Iba por el camino. Lo he pensado. Son largos los caminos y los pensamientos se hacen largos. He considerado. He llegado hasta una cima. Montañas al fondo. Desde allí, como si de repente la encontrara, he saludado a Caroline. Bonjour, Caroline! El mundo devastado no existe tan arriba, donde hay tanto silencio y tanta vida. El mundo devastado siempre es el infierno y hasta ese otro tipo de infierno que es el Hades en lo profundo está, hay que descender para llegar hasta él. Por eso quizá Petrarca en el Mont Ventoux intuyó el Renacimiento. Desde las cimas...
Hay que andarse con cuidado en estos tiempos. Lo dice el aire que respiramos. Lo dice esa calma tensa, esa mar de fondo que parece cercar todas las costas; todo en cualquier punto del planeta... como si un gran avispero hubiera sido destapado y de él, desde las profundidades de cualquier idea de infierno, salieran a borbotones, a miles, a millones, avispas y más avispas y más avispas.
El día es hermoso y terrible. Cada vez profundizo más en la comprensión real de la idea de que el tiempo no existe como dimensión sino como destino. Lo que lo científico, como forma de interpretación del mundo en todo mensurable, llama tiempo es para otras formas racionales de interpretación del mundo -Goethe, su Fausto- la idea de destino. Escribo: araño la posibilidad de alcanzar una interpretación verosímil de este axioma de Spengler.
Hay muchas guerras.. ¡Qué bueno sería un poco de silencio y vida!.. una cima...
No espantarse con las nieves perpetuas.
Mirar sólo este día de frente.
De nada sirve, se dice. Y calla durante un largo espacio. De forma abrupta (como se da de bruces uno con un abismo en noche de luna nueva) gritará, ¡De nada sirve!
Son los modos de las palabras (¿es lo mismo tiempo y destino? ¿es la noción de tiempo la idea espacial del destino?). En ellas enjaulados. Camina recto. Con el ánimo destrozado. Siempre el paso de los años provoca lo mismo en los estetas. No hay que huir. Moverse quizá sí. No huir. Así es que se lanza por un camino con retorno... y siempre vuelve (siempre gira)
Piensa si alguna tarde no volverá. Se quedará en lo alto de la cima cuando la ola de frío sea intensa y morir consista en aguantar la ventisca (si no se aguanta ya no se muere -producirse- sino que se es ya muerto -producto-). El producto es movimiento muerto.
Cae la nieve. Llega hasta su rostro furiosa. Se enfrentan la nieve y él. Ambos se desharán antes de saberse vencedor o perdedor (en la lógica de los seres humanos sólo existe esa dualidad. Aún no hemos llegado a más. Te mentirá quien aseguré que sí, que hemos sido capaces de atravesar terceras y cuartas y ene vías).
Podría no ser sábado por la tarde. No ser sexo masculino. Podría haberse cortado las uñas. Podría haber atravesado la ventisca y haber surgido en un mundo nuevo, quizá más tropical. Nada de eso se atrevió a hacer... siempre, siempre acaba en ese giro y gira y vuelve...
No sólo es la historia dinámica... Herder zarpa y con él se diría que se gesta... No es el individuo... se sea individuo si realmente es posible que se sea... No es sólo atreverse al mar y mirar el abismo. También es la fe abramánica en la posibilidad del amor.
Podría darse una distorsión cuántica que variara el curso de los destinos.
También se podrá afirmar: en nuestra física decir lo horizontal absoluto o lo vertical absoluto en un eje de abscisas y ordenadas, no tiene sentido.
Transgredir la sintaxis.
Ensayar como juego.
Estos idus de marzo cumplieron con su dios.
...los álamos.
La calavera que ha nacido de la búsqueda en el claroscuro.
Irse muy lejos.
Volver...
Hay que detenerse
Buscar las pelotas que se sumen por sumideros por los que el agua se asilvestra
[sin saberlo...
La física
del pezón en invierno...
No llego más allá
No es el próximo minuto
Sería, quizá, un instante más de madera...
lo que no queda del dórico
Hurgar
Sacudirse...
Los últimos vientos resultaron
rojizos
Más allá,
más, más allá...
menos aquí,
menos, menos aquí
Fue sólo la silueta
(también silueta la primera sensación de su mano)
su tacto en mi pubis
tan cercano al canto...
Va a dirigirse hacia la cima
Desde allá arriba todo se puede ver de otra manera
Seres extraños que se encuentran
Puede haber un amor perfectamente callado
Un placer que no se emita
Sí, va a dirigirse hacia la cima
No cruza las manos
No se cruza y queda absorto
El tiempo es la ocurrencia
No existe
En un rato, sí, en un rato va a subir a la cima
Algún día o nunca (eso es)
Eso somos: algún día o nunca
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Ensayo poético
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/04/2022 a las 20:20 | {0}