Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
1.- Toda la base dramática occidental es una palabra: NO
2.- Superar esa barrera del NO (no puedes amar a ese chico/ no puedes tomar esa colina/ no puedes superar esa pérdida/ no puedes atravesar el tiempo/ no puedes acostarte con tu madre) es el conflicto.
3.- El conflicto genera esfuerzo. El esfuerzo supone desgaste. En el conflicto se gasta energía.
4.- El conflicto, inevitablemente, supone una pérdida de inocencia.
5.- La pérdida de inocencia conlleva a su vez un descenso en la confianza.
6.- Enfrentar el conflicto implica desconfiar.

7.- Entrar en conflicto supone desear un cambio.
8.- Al desear un cambio nace el apego al resultado de ese cambio.
9.- El conflicto genera apego.
10.- La naturaleza propia del apego es reductora.
11.- Enfrentar el conflicto es reducir las posibilidades.

12.- Resuelto el conflicto -es decir, vencido o vencedor- en vez de terminar se abre.
13.- Todo inicio dramático es el final de una situación (la situación inicial previa al conflicto).
14.- Todo final dramático es el inicio de una situación (la situación inicial posterior al conflicto).
15.- Al ser toda situación inicial potenciadora de un conflicto, todo final de un conflicto tiene en su germen el inicio de otro (¿será nuestro amor eterno?/ ¿podré mantener la posición de la colina?/ ¿sabré encarar la próxima pérdida?/ ¿podré salirme del tiempo?/ ¿respondí al tabú no acostándome con mi madre?).
16.- Aceptar UN conflicto es aceptar EL conflicto, su naturaleza, su perennidad.

17.- Sin apego no habría conflicto.
18.- Sin conflicto no habría drama.
19.- Sin drama no habría NO.
Butoh
Butoh

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/06/2012 a las 10:57 | Comentarios {0}


Georges Steiner. La poesía del pensamiento. Editado por Siruela.



Morir es dejar de charlar

Miscelánea

Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/06/2012 a las 22:57 | Comentarios {0}



No naciste viva y he sentido tu muerte. No sé por qué (ni siquiera vi el vientre de tu madre hinchado albergándote). Me hubiera gustado (¡qué extrañas todas las palabras que estoy poniendo!) que hubieras salido a este mundo y lo conocieras (este mundo tan cruel y tan hermoso; este mundo que nos obligó - a la especie humana- a desapegarnos de él para dejar de resistir y empezar a existir y así creamos la cultura -que es un mundo paralelo dentro del propio mundo-). Me hubiera gustado ver la evolución de tu rostro desde la vejez del recién nacido hacia la niñez del niño. Esas cosas. También pienso en Rocamadour. Me recuerdo a la Maga escribiéndole a su niño muerto, Rocamadour, bebé, Rocamadour... Ni siquiera, pequeña, has tenido nombre (con lo importante que es eso para nosotros hasta el punto que si alguien se olvida del nuestro solemos molestarnos) y así no puedo llamarte Clara o Candela o María o Marisol. Ahora escucho, casualmente (¡ay, cuánto habrías hablado de eso llamado casualidad!) un tema de Bola de Nieve que se llama Babalú y que habla de un velatorio.
Niña que naciste muerta, un beso muy, muy fuerte (te habrían encantado los besos) de un vivo al que dentro de muy poquito darás la bienvenida.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/06/2012 a las 17:59 | Comentarios {1}



Me acaricia el viento, mano invisible que al ser brisa es mano femenina. Al subir la noche. La voz de una mujer gritona por fin se ha callado. Entonces la brisa, mano femenina, acaricia más. Acaricia mis piernas, desde los pies -uno, el izquierdo, pie obrero; el derecho, aristócrata decadente- va subiendo por las pantorrillas -la izquierda se esfuerza en ser columna; la derecha es fuste plano, sin relieve alguno- y llega hasta los muslos -el izquierdo torpe en su forma; el derecho delicadamente masculino- y refresca las ideas de esta noche, cercana ya la cama. La cama sola. Cerraré las ventanas. Bajaré las persianas. Nada entonces será metáfora de caricia. Quizá, en algún movimiento mío, la sábana. Pero estaré dormido.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/06/2012 a las 23:37 | Comentarios {0}


...aunque quizá todo venga de una décima que escribí hace unas horas cuya sonoridad dura se va diluyendo hasta llegar a los últimos sonidos:
como cama en boca de una dama.


¿será la espera?
He visto a unos hombres
y moría en el otoño.
La cuerda
¿O era una cadena?
pendía de la polea toda ella cubierta de orín (en fecha antigua -1275- el vocablo era femenino... precisamente este uso antiguo del artículo el ante los femeninos de inicial vocálica fue el causante del cambio de género como lo fue por ejemplo en origen... pero además presenta orín una dificultad en la vocal inicial. Corominas cree haber demostrado que la base real de orín es una forma AURIGO que ya exisitó en latín vulgar. Esta palabra es bien conocida en el sentido de 'ictericia' y también en el de 'roya', especie de hongo amarillento que ataca a los cereales) lo que dificultaba así su paso para subir, subir, apretar...

¿será la espera?
Una especie de castigo (de propia advertencia)
No castigo,
sería cautela, un hasta que... no podrás.
Cuando miro a través de la ventanilla del coche
El mundo encajonado
Donde no participo realmente
Desde aquí sí

¿será la espera?
Este ansia
La desconcentración en la mañana. Mucha más en la tarde (la tarde es lo plúmbeo de la vida. Lo que acogota. Lo que ya está muriendo. La luz que se niega a cada minuto que pasa) sobre todo estos últimos días.
Esas relaciones tan manidas.
El envejecimiento del cuerpo.
La cabeza en cambio
¿será que era más valiente en la juventud?
¿será que la madurez es prudencia (cuya exaltación sería quizá la cobardía)?
Lindes.

¿será la espera?
No atreverse.
No aparcar.
La luz ha huído.
Celo de luna.
Luna ciega.
Áspera luna.

¿será la espera?

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/06/2012 a las 21:16 | Comentarios {0}


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