Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Cabelleras de mujer en fardos de 22 kilos
Montañas de gafas
Miles de tijeras
Brochas de afeitar, cepillos de dientes, cepillos para los zapatos, ropa vieja
Los vencidos han de hacer el trabajo sucio
Arrastran los cuerpos muertos, esqueléticos hacia enormes fosas comunes
Un soldado de los vencedores llora al recordarlo sesenta años después
Los gemelos eras apreciados y enviados al Doktor
Una día y otro día
Una generación tras otra generación
Un siglo tras otro siglo
Tras la alambrada
Siempre será en blanco y negro
Siempre ¿hasta cuándo es siempre? esos nombres
Porque ¿no es lo mismo Abu Ghraib que Bergen-Belsen?
Los símbolos
La nieve. La sensación de frío siempre. Aunque fuera verano debía de existir en los campos una sensación de helor, de rigidez fría
Las miradas
No hay en el mundo nada que pueda reflejar con exactitud de matarife como refleja lo vivido una mirada
Luego
La decisión
Más tarde
El pueblo que participó en la tortura es obligado a pasear por el lugar
¡Ah, sí! Los gestos. Los pañuelos en la nariz
¿Son los actuales campos de refugiados de Hungría o es Daschau?
¿Cuánto dura siempre?
La sal en los ojos
Los agujeros en el craneo
La impudicia de un cuerpo desnudo, famélico y muerto a hombros de un hombre robusto
El cigarrillo en el descanso
La moviola
Claro que se escribieron versos

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/04/2017 a las 01:33 | Comentarios {0}


Fragmento de la Introducción El lado oscuro de la vida cotidiana escrita por Connie Zweig y Jeremiah Abrams para el libro Encuentro con la sombra (varios autores).
Editado por Kairos.


Ruinas del Templo de Apolo en Delfos
Ruinas del Templo de Apolo en Delfos
Fragmento pág. 11

Conócete a ti mismo
En la antigüedad los seres humanos conocían las diversas dimensiones de la sombra: la personal, la colectiva, la familiar y la biológica. En los dinteles de piedra del hoy derruido templo de Apolo en Delfos -construido sobre una de las laderas del monte Parnaso- los sacerdotes grabaron dos inscripciones, dos preceptos, que han terminado siendo muy famosos y siguen conservando en la actualidad todo su sentido. En el primero de ellos, «Conócete a ti mismo», los sacerdotes del dios de la luz aconsejaban algo que nos incumbe muy directamente: conócelo todo sobre ti mismo, lo cual podría traducirse como conoce especialmente tu lado oscuro.
Nosotros somos herederos directos de la mentalidad griega pero preferimos ignorar a la sombra, ese elemento que perturba nuestra personalidad. La religión griega, que comprendía perfectamente este problema, reconocía y respetaba también el lado oscuro de la vida y celebraba anualmente -en la misma ladera de la montaña- las famosas bacanales, orgías en las que se honraba la presencia contundente y creativa de Dionisos, el dios de la naturaleza, entre los seres humanos. Hoy en día Dionisos perdura entre nosotros en forma degradada en la figura de Satán, el diablo, la personificación del mal, que ha dejado de ser un dios a quien debemos respeto y tributo para convertirse en una criatura con pezuñas desterrada al mundo de los ángeles caídos. Marie -Louise von Franz reconoce las relaciones existentes entre el diablo y nuestra sombra personal afirmando: «En la actualidad, el principio de individuación está ligado al elemento diabólico ya que éste representa una separación de lo divino en el seno de la totalidad de la naturaleza. De este modo, los elementos perturbadores - como los afectos, el impulso autónomo hacia el poder y cuestiones similares - constituyen factores diabólicos que perturban la unidad de nuestra personalidad».
 
 
Nada en exceso
La segunda inscripción cincelada en Delfos, «Nada en exceso», es, si cabe, todavía más pertinente a nuestro caso. Según E. R. Dodds, se trata de una máxima por la que sólo puede regirse quien conoce a fondo su lujuria, su orgullo, su rabia, su gula -todos sus vicios en definitiva - ya que sólo quien ha comprendido y aceptado sus propios límites puede decidir ordenar y humanizar sus acciones. Vivimos en una época de desmesura: demasiada gente, demasiados crímenes, demasiada explotación, demasiada polución y demasiadas armas nucleares. Todos reconocemos y censuramos estos abusos aunque al mismo tiempo nos sintamos incapaces de solucionarlos.
¿Pero qué es, en realidad, lo que podemos hacer con todo esto? La mayor parte de las personas destierran directamente las cualidades inaceptables e inmoderadas a la sombra inconsciente o las expresan en sus conductas más oscuras. De este modo, sin embargo, los excesos no desaparecen sino que terminan transformándose en síntomas tales como los sentimientos y las acciones profundamente negativas, los sufrimientos neuróticos, las enfermedades psicosomáticas, las depresiones y el abuso de drogas, por ejemplo.

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/03/2017 a las 00:32 | Comentarios {0}


Leo hoy que una persona que ha hecho comentarios sobre el presidente franquista Luis Carrero Blanco y su forma de morir -en un atentado de ETA hace más de 40 años ¡¡¡¡¡hace más de 40 años!!!!!- ha sido condenada a un año de cárcel y a siete de inhabilitación por la Audiencia Nacional. El año de cárcel si la sentencia se hace firme (imagino que la recurrirá ante el Supremo) no lo cumplirá pero los siete de inhabilitación -según sus palabras- le han arruinado la vida porque ella pensaba dedicarse a la educación -imagino que en centros de titularidad pública-. He leído muy por encima los comentarios que ha hecho esta señora y al leerlos lo que no entiendo es como no han sido llevados ante la justicia el arzobispo Cañizares (por incitar al odio con sus homilías) o el portavoz del PP Rafael Hernando cuando realizó frente a las cámaras de televisión unas declaraciones en las que tachaba de peseteros a los que querían recuperar a sus familiares asesinados por el franquismo -es decir: víctimas del terrorismo de Estado-.
Muchas veces la Reacción ha vencido a los Movimientos Progresistas, es cíclico y no me voy a poner aquí a recordar episodios de este cariz (historiadores tiene la historia). Vivimos una época retrograda, demócrata/fascista (mano de hierro en guante de terciopelo). Si tanto se cacarea la libertad de expresión, dejemos que la libertad se exprese y si no es así: ¡Señores retrógrados: quítense las caretas. Sus abuelos -por lo menos- tenían más cojones (perdón, seamos políticamente correctos) u ovarios que ustedes y llamaban a las cosas por su nombre y enterraban a sus enemigos en las cunetas de las carreteras o rapaban al cero los cabellos de sus enemigas. Ahora con las puñetas de sus jueces hacen callar a alguien que un día ¡Oh, escándalo! escribió: Kissinger le regaló a Carrero Blanco un trozo de luna y ETA le pagó el viaje. Ahora eso sí, el comisario Antonio González Pacheco, alias Billie el NIño, torturador de ciudadanos durante la modélica transición española, sigue en la calle tan pancho.
¡Váyanse a la Santa Mierda! Son ustedes la hez de eso que llaman justicia (¿podré escribir esto? ¿me meterán en la cárcel? ¿me llevarán a juicio? ¿me acusarán de terrorista?).

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 29/03/2017 a las 19:02 | Comentarios {0}





Quiero ver el mar
y escuchar el silencio
entre dos olas

***

Allí en el desguace de automóviles
someterme al abismo
del mar entre dos olas

***

Silencio entre las grúas
en la noche sin luna.
¡Que está lejos el mar!



 

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/03/2017 a las 12:40 | Comentarios {2}


La cruz ha sido quemada en el campo.
Nadie ha visto nada. Tan sólo cuando la cruz ardía se reflejó su llama inmensa en el cristal de la ventana del dormitorio de la muchacha y ésta que quizá duerma con los ojos entreabiertos -como dicen que duermen los que han temido mucho- se fue despertando como -relataba- si estuviera inmersa en el Infierno y el Diablo que era Dios (-porque es el Diablo el dios de esta tierra; porque la voz tronante del dios veterotestamentario es el Diablo que se adueñó de esta tierra que sí es cierto que fue obra de un dios, de uno de los infinitos dioses que pueblan los universos infinitos, como también lo es que cual ventosidad que nos aligera los intestinos y una vez realizada su función olvidamos, así le ocurrió a ese dios con esta tierra: que una vez expulsada y aligerada de esta forma la infinita capacidad creadora de un dios en todo infinito, la olvidó y fue colonizada por uno de sus ángeles caídos también infinitos en número como corresponde a todo lo que humee a divinidad.) fuera lanzando a su rostro llamas de fuego y calor y se despertó temerosa del mundo oscuro en el que estaba y se despertó empapada en sudor y lágrimas mientras en los cristales de la ventana observaba los reflejos amarillos y rojizos de la madera crucificada. Más tarde confesó -pues confesarse parecía que era lo que hacía- que cayó en el suelo, abrió los brazos y de hinojos rezó al Diablo que ella creía Dios para que no castigara su visión de la cruz ardiendo y elevando la vista hacia nosotros concluyó la muchacha que Dios posó su mano en sus senos y arrancó para siempre el ahogo de ellos. Desde entonces respira como si sus pulmones contuvieran menta y hierbabuena y ya no teme las cruces ardientes ni el que dirán por empeñarse en llevar los senos descubiertos para que todos admiren la huella indeleble de Dios en su carne mortal y nutricia.

Cuento

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/03/2017 a las 18:06 | Comentarios {0}


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