Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

In memoriam




Releía hace unos días la larga tirada en versos octosílabos (el metro que usaba para narrar un suceso el viejo romance español) en la que el rey Basilio cuenta a su acompañamiento el por qué encerró a su hijo Segismundo y cerró al mundo la posibilidad de conocerlo.
Ocurre en la escena VI. Y empieza de esta hermosa forma:

Estrella: Sabio Tales,
Astolfo:                   docto Euclides,
Estrella: que entre signos,
Astolfo:                              que entre estrellas,
Estrella: hoy gobiernas,
Astolfo:                          hoy resides,
Estrella: y sus caminos,
Astolfo:                         sus huellas
Estrella: describes,
Astolfo:                  tasas y mides.

Narra el rey Basilio que:

Basilio:...
Publicóse que el infante
nació muerto y, prevenido,
hice labrar una torre
entre las peñas y riscos
de esos montes, donde apenas
la luz ha hallado camino,
por defenderle la entrada,
sus rústicos obeliscos.
[...]
Allí Segismundo vive,
mísero, pobre y cautivo
[...]

El destino de los hombres y sus mundos (quisiera decir)
No hay tampoco juicio moral, argucia retórica.
Un gesto fantástico.
El miedo del hombre a ser libre. (ser libre no está unido a ser feliz)

Hay un titular de un diario que me gusta por su mala redacción: Cuatro detenidos por vender a Hoffman la heroína que lo mató.
Me explico: ¿Cómo saben que es ésa la heroína que lo mató?
Lo lógico sería decir: Cuatro detenidos por vender heroína a Hoffman.
Pero no era de sintaxis de lo que quería hablar, y menos aún de aventurar hipótesis como veredictos. No, me gusta la idea: vender a Hoffman la heroína.

Me pregunto:
¿Quién es esa heroína?
Y me respondo:
La única heroína que mata es la vida. (la vida es una heroína que utiliza a los individuos para seguir viva. Si estuviera escribiendo un guión y esta frase fuera parte de un diálogo, escribiría: desarrollar más adelante). Y me pregunto: ¿El personaje ha llegado a esta conclusión sólo porque se droga y esa droga que él toma le abre caminos de interpretación? ¿O es la propia heroína quien le habla en uno de sus extravíos?

Interpretación de una interpretación. Moral. Vale.

Philip Seymour Hoffman en su particular torre de New York sacrificándose a la Vida que se regenera en sueño... eterno.



Philip Seymour Hoffman

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/02/2014 a las 18:54 | Comentarios {2}


variacion_sobre_un_tema_racional.mp3 Variación sobre un tema racional.mp3  (6.1 Mb)





Tema: Pienso luego existo. (René Descartes o Cartesius)

Variación: Si hay pienso, existo (Isaac Alexander o Alexandius)



Sonidos

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/02/2014 a las 09:15 | Comentarios {2}


Diccionario de Autoridades

Hay días en los que ante un comentario, la reacción hace salir lo que aún le queda a uno dentro. ¡Qué fácil es teorizar! y ¡qué difícil practicar lo teorizado!

Gracias, Liana, por tu acierto en tu comentario.


Materials for a Leisure Hour, William Harnett 1879
Materials for a Leisure Hour, William Harnett 1879


VANIDAD: s. f. Falta ò carencia de substancia, entidad ò realidad en las cosas. Es del Latino Vanitas. Inanitas, atis. Sandov. Hist. de Ethio. lib. i cap. 7. Admitido con toda humanidad del Rey, comenzó a mostrarle con razones la vanidád de la Idolatría, y la alteza de la Fé Christiana. Solis, Hist. de Nuev. Esp. lib. 4 cap. 17. Observaciones peligrosas, que deben aborrecer los más advertidos... porque al mismo tiempo, que se conoce su vanidád dexan preocupado el corazón con algunas especies, que inclinan al temor, ù à la seguridad.

VANIDAD: Vale también presunción, satisfacción de sí mismo, ù desvanecimiento proprio por las prendas naturales, sangre, &c. Lat. Vanitas, Praesumptio animi. Ribad. Raz. del Instit. cap. 21. A los de la Compañía es de suma importancia... si no están sobre aviso, y cierran de todo punto la puerta a la vanidád, y ambición. Casan. Var. Ilustr. Vid. del P. Balthasar de Loyola. Ni es nombre, ni apellido, sino apelativo, con que ellos en su Arábigo explican vanidád de que se glorían estos Monarchas.

VANIDAD: Significa también fausto, pompa vana, ù ostentación. Lat. Ostentatio, Superbia. Jactantia. Sandov. Hist. de Carl. V lib. X. Epigraph. Digo los Imperios, los Cetros estimados, y gloriosos de la vanidád del Mundo. Parr. Luz de Verd. Cath. part. I Plat. 23. A quantos trahe en un pie esta vanidád esta pompa, estas ostentaciones.

VANIDAD: Se toma también por palabra inútil, ò vana, è insubstancial. Lat. Inutile verbum, vel inane.

VANIDAD: Se toma asimismo por vacuidad. Trahelo Nebrixa en su Vocabulario, en la voz Latina Inanitas.

VANIDAD: Se llama también la vana representación, ilusión, ù ficción de la phantasía. Lat. Illusio mentis. Falsa species, vel inanis. Cald. Com. En esta vida todo es verdad &c. Jorn. 2. Cielos; lo que veo, y escucho/ es verdad; ò es vanidád/ de mi phantasía...

VANIDAD: Metafóricamente se toma por insubssistencia, poca duración, o inutilidad de las cosas. Lat. Vanitas. Fr. L. de Gran. Symb. part. 3 trat. 3 cap. 3. Por todos estos caminos andan los amadores de esta vanidád por alcanzar lo que apasionadamente desean. Hortens. Quar. f. 6. Ya hemos dicho, aunque corta prueba, mayor nos las dará Salomón: "Rex fui in Israel, y que era vanidád todo.

Hacer vanidád: Phrase que vale preciarse, ò jactarse de alguna cosa. Lat. Jactari, Gloriari. Ulloa. Poes. pl. 106. Yo tengo mis desprecios por gustosos/ Haciendo vanidád de que los passo/ Quando no son los méritos dichosos.

VANIDOSO, SA: adj. El que tiene vanidad, y la dá à conocer. Lat. Vanus, a, um. Gloriosus.

VANISSIMAMENTE: adv. superl. Con mucha vanidad. Lat. Gloriosisime. Valde inaniter.Maner. Prefac. &9. Blasonaban estos de perfectos, y se gloriaban vanissimamente de espirituales.

VANISSIMO, MA: adj. superl. Mui vano. Lat.  Valde, vel fumme, vanus, inutilis aut inanis. Fonsec. Amor de Dios, part. 2. cap. 1. Esta consideración condena los deseos vaníssimos de algunos hombres. M. Avil.  Trat. Oye hija cap. 2. Que el mismo Dios, y su Ley sean tenidos en poco, y puestos debaxo de los pies, porque la vaníssima honra no se pierda


Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/02/2014 a las 19:33 | Comentarios {0}


Convergencia Jackson Pollock 1952
Convergencia Jackson Pollock 1952
A veces miro el teclado como si fuera el de un piano (no suena igual la o que la q). Tengo la melodía en la cabeza y un armazón de armonías.
21 horas  es la melodía. 21 horas para enseñar la representación del mundo. La voluntad que me llevó a este lugar donde añoro tanto la ternura. 21 horas para explicar que la imaginación es inagotable y el tiempo escaso; 21 horas para esbozar el principio del Mundo condensado en un canto; 21 horas de sábado; 21 horas contando.
Dispongo de 21 horas para decir bien alto que el caballo puede hablar y el cabello forma parte de un ensalmo; 21 horas para indagar en el mar tan dormido de unos cuantos y llevarles a su fondo donde duermen indómitos dolores, quebrantos, una tarde que determinó las tardes, un sueño que provoca espanto o la imagen cómica que no es si no lo mecánico en lo vivo, el mecanismo que se trasluce en un tropezón, en un bostezo, en un juego de palabras; 21 tengo para aventar fantasmas y llevarlos a otra parte.
A veces atiendo a una historia.
A veces escucho una música.
A veces miro una pintura.
A veces atrapo en el movimiento del danzarín la sonoridad del espacio.
Dispongo de 21 horas para transmitir lo que no sé si es una pasión, una lucha, un abocarse, una iluminación, un desastre, la calma, la melodía de nuevo que se va haciendo entre mis dedos que pulsan estas teclas negras en esta noche fría.
21 horas para transmitir la belleza del hombre que se sienta en un mirador frente al mar y paladea, gustoso, una droga que embriaga; llega ella; cae la tarde; la bruma.
21 horas para enfrentar al ser contra el ser; para ayudarle a llegar a sí mismo; porque en todos está todo; porque así lo quiso la Voluntad y sus adláteres. Y siendo esto así (y quisiera mantener que es indiscutible, yo, que no puedo mantener nada) durante esas 21 horas hacer ver que pocos son los que se atreven a arrojarse a las pezuñas de sí mismos, a sus caballos desbocados, a sus cabellos que son magia; quisiera en esas 21 horas tener la maestría del que nada espera, del que nada enseña, del que nada aconseja, del que ha sido vencido y mira con orgullo la derrota; 21 horas tengo para hablar de la imposibilidad, de la infinitud, de la representación que del universo los hombres se hacen mientras crecen o ya están muriendo o como ese anciano que murió ayer y ya está muerto; 21 horas para ensalzar este breve trecho entre dos Nadas aunque esas Nadas lo sean únicamente desde el trecho (de nuevo representación: espacio, tiempo, causa... eso es todo a lo que hemos llegado).
21 horas tengo. Tan sólo.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/02/2014 a las 23:38 | Comentarios {2}


Fueron estos días fríos. Pensó: descaradamente y como un profesor a la antigua gritó: ¡Manipular descaradamente! o Engañar descaradamente. ¿por qué le abrió la cabeza a la vieja? y aunque sintió que aquello era descabellado (que admite un gran número de sustantivos), saltó el murete, corrió hacia la vieja y le hundió la piedra en la cabeza. Le vieja dijo, como en un rezo, Me ha matao y cayó despacito y se quedó en el suelo con los ojos abiertos y muerta.
Supo que nadie le había visto. Volvió por donde había venido y siguió el paseo como si no acabara de matar a esa vieja, justo a esa vieja. Cuando llegó a la esquina de la rotonda pensó, Elucubración. Teoría. Sueño. Ambición.
Como siempre volvió a su casa, se quitó los guantes, colgó el abrigo en el perchero de la entrada, entonces decidió hacer algo distinto: llevó el abrigo al armario de la niña y lo colgó allí. Luego sí, luego hizo lo de siempre: fue a la cocina, hizo un café y pensó, Delito (abominable, atroz, infame) y también en caso de y comisión de y cuerpo de. Quería que nevara. Y no nevó. Si hubiera nevado entonces, pensó, Si hubiera nevado el delito atroz no se hubiera consumado porque la vieja no hubiera salido porque la vieja no le habría gritado, como todas las tardes, ¡No toque el muro! ¡El muro es mío! ¡Asqueroso! Pensó, mientras daba el primer sorbo al café hirviente, Delirio absurdo, delirio alocado, delirio extremo. Encendió un cigarrillo y al leer se necesitan los logros delineados pero no hay voluntad política de unión, se le saltaron las lágrimas y con vehemencia sintió las palabras Abrupto, bronco, desbordante, rotundo, inculcar y menos vehementemente, casi con dulzura sintió pertinaz que denota empeño y de empeño derivó en peña y de peña llegó a la piedra y recordó la cabeza abierta.
Llegada la primavera sin los aspavientos de la vieja en su paseo de las tardes concluyó, Fue el invierno. Y sintió la impunidad como un gozoso poder frente al destino, como si el azar fuera el único garante de la integridad de las bestias.

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/01/2014 a las 10:31 | Comentarios {0}


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