Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Porque nací en las grandes ciudades de occidente
me cuesta desnudarme ante ti
Yo me acercaría y expondría con vehemencia  la inocencia en tu perro
desviaría mis ojos de los tuyos (aunque previamente los hubiera mantenido en ti)
y haría -al modo de los bluesman- un baile con mis hombros
un baile si quieres sincopado
incluso te concedería un baile de borracho lento
Porque nací en las grandes ciudades
me observo de vez en cuando en el espejo
y espero en el balcón el alarde de tus pechos sin sostén
como si renegaras, con ese vaivén, del rito de las primates humanas y sus blufs de seducción
Porque nací en las grandes ciudades
recelo del que habla mucho
me fijo en las uñas pintadas
acierto con las normas de circulación
sé que los ancianos son esclavos de la ciencia y su miedo a morir
Porque nací en las grandes ciudades
ensueño ferocidades con tus nalgas
y riego con mi orina el recodo último cuando sé que no hay nadie y el chorro a nadie alterará (ni tan siquiera a mí)
Porque nací en las grandes ciudades de occidente
mi mente divaga, la loca de la casa,
y he de dejarla hasta que se agote
como ayer que se agotó justo cuando contemplé
la luna haciéndose señora de mis humores
y supimos que debíamos atravesar el plenilunio una vez más

Narrativa

Tags : Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/09/2015 a las 11:07 | Comentarios {0}


Si tan solo fuéramos y de nosotros mismos apenas supiéramos nada
Si hubiera habido personas que lucharon a brazo partido por darnos una razón de ser
Si tan sólo fuéramos máquinas donde habitan genes
Será la nostalgia
o esa idea sin palabras que en realidad es una imagen
(dos cuerpos abrazados)
y la escasez
Si hubiera un día
Cogería unos diccionarios
Me mantendría estático muy atento a la respiración en la punta de la nariz
Quedarme quieto en la contemplación del último sol sobre las hojas de las encinas
Respirar de nuevo
Respirar hondamente
Recuperar la esencia primera cuando caminé hasta el final
Y decirme, en un aparte, Sólo mamíferos
Pensar es un aborto de la naturaleza
Dar un paso más
Cae la noche y alguien, muy cerca, se ha roto una cadera
Me causa ternura
También la doctora joven que crea proximidad entre mi cita con el reumatólogo y su aniversario de boda
Buscar, me digo
Genes, me digo. Busco su raíz indoeuropea y dejo que las lágrimas caigan sin peso
Dejo que las moscas se arremolinen y me ataquen los ojos
Sé que en el descenso hay que tener un gran cuidado
No importa cuándo
No importa dónde
Llegará el sueño (al final siempre llega el sueño)
Un día, no muy lejos, vislumbraré la isla
y la casa donde moriré hasta vivir

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/09/2015 a las 21:58 | Comentarios {1}


Miro el tomo de la Consagración de la primavera
y lo pienso
cuántas horas, cuántas nos lleva la belleza
siquiera entreverla
o quite la palabra belleza y arguya sólo construcción
pero no quiero, no quiero quitar la palabra belleza
y mantengo la tercera frase:
cuántas horas, cuántas nos lleva la belleza

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/09/2015 a las 21:31 | Comentarios {0}


Porque ya no vivo en las grandes ciudades
me gusta hacer siempre el mismo sendero
Me han aconsejado otros, me han dicho:
Antes de tal sitio hay un paso y luego un paseo ancho con encinas
También he querido ir yo por otros senderos, una dehesa antigua por ejemplo
sólo que aunque hubiera vistas hermosas (el pantano a lo lejos, las montañas, el ocaso)
no me sentía a gusto sabiendo que a los lados hay cercas de alambre y espino
Es cierto que mi sendero también tiene muro a un lado pero es de piedra y en muchos lugares está derruido y puedo ver a las reses pastando y puedo oler su cuerpo y su hez y mi perro puede atravesarlo y también yo podría si quisiera sólo que no quiero porque yo amo el sendero que recorro cada día, amo su geografía, conocerla; sé que primero está la gran curva; luego sé dónde está el enebro y los últimos quejigos; sé la bajada empinada y la subida estrecha; sé el primer bosque y el riachuelo que transcurre por él tras el deshielo; y más, más lugares sé del sendero
Porque amo el conocimiento y sé que para saber un sendero hay que hacerlo miles y miles de veces
Como amo la geografía de su cuerpo y no sabeis cuánto echo de menos no haber tenido tiempo para terminar el mapa que estaba haciendo de él
Para conocer un sendero, digo, y luego poderlo dibujar hay que saberlo al cerrar los ojos
como para saber un cuerpo y luego poderlo amar hay que reconocerlo al cerrar los ojos
A mí no me gusta descubrir nuevos senderos
más bien me gusta que me descubran ellos a mí;
yo no busco senderos, los encuentro
como no buscaba ese cuerpo y también lo encontré;
Y así podría decir que si el sendero no me abandona siempre volveré a él, siempre será un descubrimiento para mí (hoy ha sido un olor intenso a otoño al terminar el segundo bosquecillo, el que lleva a las últimas llanuras justo antes de las Aguas Altas)
Como también podría decir porque ya no vivo en las grandes ciudades
que la geografía del sendero siempre estará ahí, cambiante, hermosa, sin fin
lo que me obliga a aprenderla cada día
y a saber que las estaciones hacen de las suyas
alteran orografías
como a veces se altera el alma de un hombre
cuando un cuerpo de mujer se diluye en sí
Mañana dejaré de nuevo el lago a mi derecha
subiré a ritmo las primeras cuestas
y borraré, en cuanto aparezca,
el boceto del mapa cuya geografía no alcancé a descubrir

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/09/2015 a las 19:59 | Comentarios {0}




Es una mujer tendiendo la ropa
El arcoiris fue ayer mismo
Hoy ha sido ver desde la lejanía el pantano esquilmado de agua
A veces es un instante
También ese día en que sientes que tu ilusión se va a cumplir
Esta tarde ha sido una conversación desnuda
Esta mañana ha sido la amabilidad de un mecánico
A veces es la rabia (por qué no decirlo)
colocar con enfado una correa
tropezar en el escalón donde nunca tropezaste
o el velo de la mora al final de la calle
A veces es una frase feliz
mirar al perro tumbado en la silla la que está en la terraza justo al lado del arce
atentamente tocar la pluma con la que escribiste una novela
o sentir en el cuello que el otoño se acerca

 

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/09/2015 a las 21:49 | Comentarios {3}


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