El Estado está constituido por el monopolio legítimo
de la violencia en un territorio delimitado geográficamente
sobre una población obediente
Max Weber
de la violencia en un territorio delimitado geográficamente
sobre una población obediente
Max Weber
1.- En el diario El País de hoy Carlos Yarnoz ha escrito un artículo titulado Tirar a Matar, en el que se cuestiona por qué nadie ha puesto en duda la intervención de los Mossos de Escuadra -la policía de Cataluña- que ha matado a seis presuntos terroristas tras los atentados de Barcelona y Cambrills. Una pregunta que yo también me he hecho. ¿No vivimos en un Estado de Derecho? ¿No tienen los acusados el derecho de defensa? ¿No es inocente toda persona hasta que se demuestre su culpabilidad? Incluso, ¿no serían más valiosos vivos que muertos?
2.- ¿Qué significa que en el derecho internacional no haya todavía una definición homologada de terrorismo?
3.- ¿Por qué se pueden hacer chistes y más chistes sobre el llamamiento de un miembro de Isis para conquistar Al-Andalus y nadie es llevado de oficio ante los tribunales por ofensas -ya que últimamente se persigue a tuiteros o titiriteros por causas parecidas- y sí cuando se hacen chistes sobre Carrero Blanco la mano derecha de uno de los mayores terroristas españoles -terrorista: el que causa terror-, un tal Francisco Franco?
4.- ¿Por qué no se actúa de oficio contra el cura Santiago Martín por haber culpado a la alcadesa de Barcelona, Ana Colau, de los atentados de las Ramblas? ¿O contra el alcalde de Alcorcón del Partido Popular, David Pérez, que declaró que la alcaldesa allanaba el camino a los terroristas?
Para todas estas preguntas casi retóricas, hay una respuesta general: nos hemos vuelto sumisos con el poder y el poder ante la sumisión siempre ha hecho lo mismo: ensoberbecerse. El Poder huele el miedo y lo utiliza ya sea para matar (en los noticieros se utiliza el verbo abatir), ya sea para juzgar sólo a los que les convenga, ya sea para calumniar o simplemente para acallar.
Malos, muy malos tiempos para el librepensamiento.
¡Al pez convoco! (por la esquina convoco a la mandrágora pero muy cauto como si al hacerlo me estuviera jugando la vida)
¡A la altura convoco!
¡Al desierto convoco!
(nace la idea y se queda quieta. La invocación espera su fruto. Es un ida y vuelta -ida a Babilonia vuelta a Nueva York-. En una excitación sin vértigo la luz de la noche a través de un patio interior parece temer la voz humana. Corretea la salamandra. Respira el olivo. Se mece la mies porque piensa marzo. Las manos se mueven solas. El corazón permanece quieto -y aún así no muere el cuerpo y la sangre fluye-. Arriba. Muy arriba. Más, más arriba -imagina por encima de lo más alto que puedas imaginar-. Allí la noche explota en naranjas. La madreselva. El haba mágica. Juan sin Miedo. Cierto aire de niñez)
¡A la mujer amada convoco!
¡Al invierno convoco!
¡Al sauce convoco!
(la rodilla -piensa el hipopótamo justo en el momento en el que la levedad de la charca da paso al peso de la tierra- se quiebra. Hay una explosión de grisú. Hay un arrollamiento. El cielo no permite la alegría del color y ese detalle entristece el gesto de la niña. El carnaval se acerca y ese cuerpo queda tan lejos... tan lejos... la mirada también es líquida)
¡Al aguacero convoco!
¡Al ladrillo convoco!
¡Al marinero convoco!
(por el puerto se arría la vela. Por el puerto se descubre el pecio. Por el puerto pasea la muchacha. Por el puerto se alza la maquinaria. Por el puerto baten las olas y se retiran. Los acantilados mueven el mar y hay en el nido del águila un ansia nueva de volar. Por el puerto el mundo. Por el puerto el círculo. Por el puerto la andanada)
¡A la boca convoco!
¡A la astilla convoco!
¡Al otero convoco!
(cuando desaparezca el poso, quedará el fondo)
¡Al bosque convoco!
¡A la arena convoco!
¡A la miniatura convoco!
(ya no está la cruz en la muñeca. La mañana ronca raspa la luz. Vuelan octavillas por el aire de la ciudad asediada. Gime el bebé. Cae la flor. Surte efecto la pócima. Alguien grita, ¡Demóstenes! Alguien replica, ¡Noah, Noah, Noah! Se enreda la araña en su tela. Evoca el chocolate te. Con el último rayo de la luna brilla la calva de la mujer. Dice, Te seguiré. Responde, Estoy escondida)
¡Al otoño convoco!
¡Al laud convoco!
¡Al alba convoco!
¡A la altura convoco!
¡Al desierto convoco!
(nace la idea y se queda quieta. La invocación espera su fruto. Es un ida y vuelta -ida a Babilonia vuelta a Nueva York-. En una excitación sin vértigo la luz de la noche a través de un patio interior parece temer la voz humana. Corretea la salamandra. Respira el olivo. Se mece la mies porque piensa marzo. Las manos se mueven solas. El corazón permanece quieto -y aún así no muere el cuerpo y la sangre fluye-. Arriba. Muy arriba. Más, más arriba -imagina por encima de lo más alto que puedas imaginar-. Allí la noche explota en naranjas. La madreselva. El haba mágica. Juan sin Miedo. Cierto aire de niñez)
¡A la mujer amada convoco!
¡Al invierno convoco!
¡Al sauce convoco!
(la rodilla -piensa el hipopótamo justo en el momento en el que la levedad de la charca da paso al peso de la tierra- se quiebra. Hay una explosión de grisú. Hay un arrollamiento. El cielo no permite la alegría del color y ese detalle entristece el gesto de la niña. El carnaval se acerca y ese cuerpo queda tan lejos... tan lejos... la mirada también es líquida)
¡Al aguacero convoco!
¡Al ladrillo convoco!
¡Al marinero convoco!
(por el puerto se arría la vela. Por el puerto se descubre el pecio. Por el puerto pasea la muchacha. Por el puerto se alza la maquinaria. Por el puerto baten las olas y se retiran. Los acantilados mueven el mar y hay en el nido del águila un ansia nueva de volar. Por el puerto el mundo. Por el puerto el círculo. Por el puerto la andanada)
¡A la boca convoco!
¡A la astilla convoco!
¡Al otero convoco!
(cuando desaparezca el poso, quedará el fondo)
¡Al bosque convoco!
¡A la arena convoco!
¡A la miniatura convoco!
(ya no está la cruz en la muñeca. La mañana ronca raspa la luz. Vuelan octavillas por el aire de la ciudad asediada. Gime el bebé. Cae la flor. Surte efecto la pócima. Alguien grita, ¡Demóstenes! Alguien replica, ¡Noah, Noah, Noah! Se enreda la araña en su tela. Evoca el chocolate te. Con el último rayo de la luna brilla la calva de la mujer. Dice, Te seguiré. Responde, Estoy escondida)
¡Al otoño convoco!
¡Al laud convoco!
¡Al alba convoco!
Está en un manglar
(Interpretación: la vida es una jungla)
Quizá no sea ella a la que se está mirando pero no lo puede asegurar. Ve, entonces, a sí misma o a otra que parece ser ella en un manglar.
(Interpretación: ¿Quién es uno?)
Entre los mangles aparece un cocodrilo inmenso, es un leviatán de ojos amarillos, fauces descomunales, cuerpo de escamas de acero, cola que pareciera el instrumento de Eolo para sacudir los vientos.
(Interpretación: la vida se contagia de terrores leviatanes. Aún no haciendo nada, aún pasando de largo, lo que causa terror siempre es inmenso.)
El cocodrilo la husmea. Parecen sus orificios nasales ollas de Satán. Ella tiene una reacción curiosa y animal: se tumba en el suelo y permanece inmóvil. Apenas respira. Prefiere cerrar los ojos.
(Interpretación: Ni siquiera la música es capaz, en ocasiones, de amainar el miedo a la existencia. Existimos y tememos. La infancia es el territorio idílico de las grandes emociones y los grandes descubrimientos. Cuando se produce una gran emoción en los primeros años, genera una impronta indeleble... ¡qué hermosa palabra! La quietud, la apariencia del absoluto reposo, puede confundir a los depredadores. Muchos animales utilizan esta táctica para salvar la vida. Un lagarto rodeado de serpientes se salvó así. Supo mantenerse quieto hasta que encontró una escapatoria. Las serpientes le siguieron, intentaron rodearlo, pero el punto de fuga había sido bien calculado. Un altozano puede ser el final de la escapada.)
El cocodrilo se pone encima de ella. Parecen sus ojos ciegos ahora. Incluso se diría que sus fosas nasales sólo pueden oler el aire y no lo que se encuentra a ras de suelo. Ella siente las uñas del animal en su piel (leve piel de espalda, sensible permanencia de peso, disco intervertebral a punto de quebrarse) y el peso brutal de la bestia que le impide casi respirar. Curiosamente esa dificultad es una ventaja porque le obliga a inspirar muy despacio, casi sin hondura.
(Interpretación: A veces no llegamos a ser conscientes de que el peso de la culpa es el sueño de un cocodrilo en nuestra espalda.)
En la frontera entre el sueño y la vigilia el cocodrilo parece haber perdido su rastro y ella empieza a sentir el cosquilleo de una patas mucho más ligeras en su cuello. Empieza a salir del sueño.
(Interpretación: No es el hecho, es la opinión sobre el hecho)
Entonces despierta y siente claramente el caminar de un cucaracha entre sus cabellos. Da un salto en la cama. Es profunda la madrugada. Se la quita de encima de un manotazo. Enciende la lámpara de noche. Ve al artrópodo correr por las sábanas blancas. Lo persigue. Lo alcanza. Lo mata. Siente repugnancia en cada punto nervioso de su piel. No está aterrada.
(Interpretación: Si una cucaracha es para la mente un cocodrilo, ¿qué distorsión de la realidad puede llegar a provocar el sentimiento de culpa?)
(Interpretación: la vida es una jungla)
Quizá no sea ella a la que se está mirando pero no lo puede asegurar. Ve, entonces, a sí misma o a otra que parece ser ella en un manglar.
(Interpretación: ¿Quién es uno?)
Entre los mangles aparece un cocodrilo inmenso, es un leviatán de ojos amarillos, fauces descomunales, cuerpo de escamas de acero, cola que pareciera el instrumento de Eolo para sacudir los vientos.
(Interpretación: la vida se contagia de terrores leviatanes. Aún no haciendo nada, aún pasando de largo, lo que causa terror siempre es inmenso.)
El cocodrilo la husmea. Parecen sus orificios nasales ollas de Satán. Ella tiene una reacción curiosa y animal: se tumba en el suelo y permanece inmóvil. Apenas respira. Prefiere cerrar los ojos.
(Interpretación: Ni siquiera la música es capaz, en ocasiones, de amainar el miedo a la existencia. Existimos y tememos. La infancia es el territorio idílico de las grandes emociones y los grandes descubrimientos. Cuando se produce una gran emoción en los primeros años, genera una impronta indeleble... ¡qué hermosa palabra! La quietud, la apariencia del absoluto reposo, puede confundir a los depredadores. Muchos animales utilizan esta táctica para salvar la vida. Un lagarto rodeado de serpientes se salvó así. Supo mantenerse quieto hasta que encontró una escapatoria. Las serpientes le siguieron, intentaron rodearlo, pero el punto de fuga había sido bien calculado. Un altozano puede ser el final de la escapada.)
El cocodrilo se pone encima de ella. Parecen sus ojos ciegos ahora. Incluso se diría que sus fosas nasales sólo pueden oler el aire y no lo que se encuentra a ras de suelo. Ella siente las uñas del animal en su piel (leve piel de espalda, sensible permanencia de peso, disco intervertebral a punto de quebrarse) y el peso brutal de la bestia que le impide casi respirar. Curiosamente esa dificultad es una ventaja porque le obliga a inspirar muy despacio, casi sin hondura.
(Interpretación: A veces no llegamos a ser conscientes de que el peso de la culpa es el sueño de un cocodrilo en nuestra espalda.)
En la frontera entre el sueño y la vigilia el cocodrilo parece haber perdido su rastro y ella empieza a sentir el cosquilleo de una patas mucho más ligeras en su cuello. Empieza a salir del sueño.
(Interpretación: No es el hecho, es la opinión sobre el hecho)
Entonces despierta y siente claramente el caminar de un cucaracha entre sus cabellos. Da un salto en la cama. Es profunda la madrugada. Se la quita de encima de un manotazo. Enciende la lámpara de noche. Ve al artrópodo correr por las sábanas blancas. Lo persigue. Lo alcanza. Lo mata. Siente repugnancia en cada punto nervioso de su piel. No está aterrada.
(Interpretación: Si una cucaracha es para la mente un cocodrilo, ¿qué distorsión de la realidad puede llegar a provocar el sentimiento de culpa?)
El 4 de octubre de 2011 escribí el artículo http://www.fernandoloygorri.com/Will-More-Joaquin-y-Carmen-mis-primos-hippies_a721.html?com (si quieres leerlo no tienes más que clicar sobre el título). En el artículo hacia referencia a un admirador suyo que aventuraba la posibilidad de que mi primo hermano ya había muerto y cuál no fue mi sorpresa cuando pocos meses después recibí un correo suyo negando esa muerte y dándome su dirección en Madrid (vivía en el barrio de Chamberí) por si quería ir a hacerle una visita. Quedamos en vernos y no nos vimos.
En mayo de este año volví a saber de él por un azar que a veces parece orden. Joaquín/Will estaba internado en un hospital aunque según la información que recibí de otra prima hermana nuestra, Patricia, no parecía nada grave. Pensé en ir a visitarle y no fui.
Esta no relación con este hombre, de alguna forma enigmático, se cerró ayer cuando una redactora de la revista Vanity Fair me escribió a mi correo para ver si me podía hacer una entrevista para un artículo que estaban preparando tras la muerte de Will More. Así me enteré de su muerte.
Arrebatado, como todos lo seremos (de momento), no creo que Will me vuelva a escribir para decirme que sigue vivo y coleando y si lo hace será porque en otro arrebato se convirtió en vampiro.
En mayo de este año volví a saber de él por un azar que a veces parece orden. Joaquín/Will estaba internado en un hospital aunque según la información que recibí de otra prima hermana nuestra, Patricia, no parecía nada grave. Pensé en ir a visitarle y no fui.
Esta no relación con este hombre, de alguna forma enigmático, se cerró ayer cuando una redactora de la revista Vanity Fair me escribió a mi correo para ver si me podía hacer una entrevista para un artículo que estaban preparando tras la muerte de Will More. Así me enteré de su muerte.
Arrebatado, como todos lo seremos (de momento), no creo que Will me vuelva a escribir para decirme que sigue vivo y coleando y si lo hace será porque en otro arrebato se convirtió en vampiro.
Crónicas enviadas por Olmo Z. desde algún lugar del Mato Grosso
Daphne: ¡Soy un hombre!
Osgood Fielding III: Nadie es perfecto
(Some like it hot)
Osgood Fielding III: Nadie es perfecto
(Some like it hot)
Digo Kenya y digo Lucy. Y a partir de Kenya y Lucy un espejismo (primeras risas sobre todo de mujeres). Tengo que hablar de nosotros y de vosotros. Tendré que establecer esa dualidad. Si tan sólo hubiera llevado conmigo un mechero (gran carcajada de toda la tribu) entenderíais el por qué de esta diferencia. Imagino listas. Imagino dibujos en la tierra para mostraros mi mundo pero luego me digo, ¡qué cojones de dibujos! (grandes risas y golpes de los pies contra el suelo de toda la tribu) ¿Por qué he de mostraros mi mundo? ¿Por qué habéis de explicarme el vuestro? Quisiera ser sencillamente vuestro bufón (gesto desafiante de los hombres). Tengo tantas ganas de ser sólo un bufón (uno de los hombre de la guardia pretoriana del jefe se levanta y me amenaza con un puño. Yo me hinco de hinojos y beso la tierra. El hombre se calma)... el bufón del rey vuestro señor (el hombre se vuelve a levantar y me da un pescozón. Yo deduzco que la palabra bufón no les gusta)... bueno, pues, el payaso. Vale, payaso entonces. No os conozco. No me conocéis. Esta selva es tan intensa. Me molesta el canuto en la polla. Me está haciendo una rozadura. Habrá que esperar a que haga callo. En mi mundo no nos ponemos canutos de madera en la polla. Nos ponemos calzoncillos (varias mujeres se levantan y parecen dar unos pasos de baile) que es una prenda que nos agarra los huevos y el pito y me imagino que también sirve para proteger de las zurraspas (gran carcajada general) la ropa más exterior que llevamos que se llama pantalón. Las mujeres no llevan calzoncillos (risitas) sino otra prenda que se llama braga o bragas y que a parte de la función que os he comentado del calzoncillo tiene otra relacionada con el erotismo. Las bragas sirven para poner cachondos a los hombres (toda la tribua se levanta. Dan vueltas unos alrededor de los otros mientras se mean -literalmente algunos- de la risa) sí, sí, os lo juro. Mujeres y hombres nos vestimos. Vestirse significa ponerse telas encima de la piel. Imagino que al principio lo haríamos para protegernos del frío pero la cosa ha cambiado muchísimo y ahora nos vestimos más para aparentar que para cubrir. ¡Oh, sí, no sabéis cuánto aparentamos! Aparentamos todos el santo día. Desde por la mañana estamos aparentando. Hemos llegado hasta tal punto de apariencia que ya no sabemos ni quiénes somos y se han creado profesiones (el hombre que me dio el pescozón emite un gruñido)... oficios (el hombre emite dos gruñidos. Deduzco que no le gusta el sonido ffff)... trabajos que intentan desentrañar la esencia verdadera de cada ser; primero fueron los chamanes (risas de los niños), luego fueron los sacerdotes y ahora, en mi mundo, son unos tipos que se llaman psicólogos o psiquiatras según faciliten f... medicinas o no. O algo así. Os hablaba del vestido. La capa siguiente a los calzoncillos (sonrisas) en los hombres son pantalones y camisa o camiseta; las mujeres también se ponen sobre los pechos (grandes risas) un sostén que tiene una doble función: aliviar a los pechos de la presión de la gravedad y engañar a los hombres haciéndoles creer que tienen los pechos firmes. En mi mundo es muy importante que una mujer tenga las tetas en su sitio hasta tal punto que muchas se hacen una operación que consiste en meterles dentro silicona para que se mantengan enhiestas. A algunas esas bolsas de silicona les explotan en las carlingas de los aviones. La silicona es un material sintético. Tras las bragas y el sostén muchas mujeres se ponen medias que también cumplen la doble función de cubrir las piernas y ponernos cachondos (grandes risas. Batir de palmas) a los machos heterosexuales (gesto unánime de admiración) luego ellas se siguen cubriendo con patalones -como nosotros- o con faldas (el hombre se levanta y me echa un gargajo en la cara. Yo me vuelvo a poner de hinojos. Dos hombres lo agarran porque parecía dispuesto a darme una buena tunda. El jefe se levanta. Todos se levantan. El jefe se retira. Todos se retiran tras él. Al pasar cerca de mí me ponen una mano en el hombro. Me quedo solo).
Narrativa
Tags : Las homilías de un orate bancario Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/08/2017 a las 12:58 | {0}
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Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/08/2017 a las 14:03 | {0}