Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Sección del programa Jardines en el bolsillo que emite Radio Nacional de España los lunes de 5 a 6 de la mañana.


La reconciliación de Oberon y Titania de Joseph Noel Paton
La reconciliación de Oberon y Titania de Joseph Noel Paton


Esta es ya la tercera temporada en la que colaboro en el programa de literatura Jardines en el bolsillo de Radio Nacional de España haciendo la sección de teatro llamada El Rincón de las tablas.
En estos artículos pondré el audio de mi sección y también el link del programa completo por si alguien quiere escucharlo.
A parte de la sección de teatro, el programa cuenta con otras tres secciones. Una de literatura juvenil hecha por Ana Rosetti. Otra de poesía hecha por Elena Medel y una última de libros curiosos hecha por Ángel Rodríguez Abad. La realización corre a cargo de César Díaz Azcárate y de la dirección y presentación del programa es responsable Pilar Martín

El link del programa emitido el 12 de febrero es el siguiente Jardines en el bolsillo 12 de febrero 2018.
Y así iré colgando en orden inverso los programas.

Este es el audio de mi sección. Espero que os guste.
 
sueno_de_una_noche_de_verano.mp3 Sueño de una noche de verano.mp3  (27.88 Mb)

Sonidos

Tags : Jardines en el bolsillo Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/02/2018 a las 22:36 | Comentarios {0}


Documento 17 de los Archivos póstumos de Isaac Alexander.
Sin fecha ni lugar.


Para contar bien una historia sólo hay un camino: empezar por la primera frase.
La primera frase, te dirás... la primera palabra de la primera frase.
La primavera es cruel, por ejemplo
o Me digo: he de intentarlo de nuevo. Inténtalo de nuevo como cuando eras chico
(una mesa verde de oficina. Una mesa verde que trajo mi padre de la oficina en la que trabajaba, en la que no trabajaba de abogado que era lo que ponía cuando me obligaban a que pusiera la profesión de mi padre. Una mesa verde de oficina, metálica, con un cristal encima. No era cómoda aquella mesa para escribir. Fue mi primera mesa. Frente a la pared. De espaldas a la puerta del cuarto. Un cuarto que compartía con mis dos hermanos). Me hacía distinto. Seguro que pensaba que me hacía distinto. Era la único distinto. No tenía máquina de escribir. Tampoco sé si en esta historia se habrán inventado las máquinas de escribir. Ahora he sido cobarde. Porque iba por otro sitio. Estaba recordando, realmente, hechos que pudieron haber ocurrido. La noche se ha hecho grande. Eso es lo que tiene. He echado una ojeada a unas hojas. Uno ya sabe cuándo está empezando a poner paja.

Para contar bien una historia hay que poner toda la paja que se necesaria y luego hay que tener los arrestos para primero llamarlo paja y después quitarla, arrasar con ella.
Suficiente por hoy.

Ensayo

Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/01/2018 a las 00:40 | Comentarios {0}


Miss Diciembre 1953
Miss Diciembre 1953
A partir del affaire Weinstein y su continuación con el hastag #metoo y ese punto y seguido de las mujeres vestidas de negro en la entrega de los Globos de Oro, un grupo de artistas e intelectuales francesas publicó en el diario Le Monde del 8 de enero de 2018 el artículo titulado Nous défendons une liberté d’importuner, indispensable à la liberté sexuelle.Traducido al castellano: Defendemos la libertad  para importunar, indispensable para la libertad sexual.
Llevo ya tiempo pensando que desde el punto de vista del feminismo radical de la actualidad yo soy machista por más que a lo largo de toda mi vida jamás se me haya ocurrido pensar que un ser humano por el hecho de ser de uno u otro sexo tenga más o menos derechos o que yo por ser macho tenga más libertad que una hembra o que una persona por ser mujer tenga que cobrar menos o que por el hecho de ser yo hombre sea más inteligente. Es más siempre he pensado que casi todas las mujeres que he conocido tienen una inteligencia que a mí me falta y jamás se me ha ocurrido despreciar a un artista por el hecho de ser mujer. En fin, que yo pensaba que era una persona que amaba o detestaba a otras personas por el hecho de ser personas no por ser macho o hembra. Y también pensaba que en el terreno de las relaciones sexuales me comportaba de una manera correcta y que dentro de esa corrección justamente uno de los mayores valores era la incorrección.
Empieza el artículo de Le Monde afirmando: La violación es un crimen.  Pero el flirteo insistente o incómodo no es un delito ni la galantería una agresión machista. Es tan grave lo que está pasando que aún a riesgo de exponerme al escarnio tengo que adherirme a la reflexión de estas mujeres que es mi propia reflexión porque en el fondo -y lo volvemos a ver una y otra vez- todo es una cuestión de lenguaje. La diferencia estriba en llamar a un hombre Pesado o llamarle Agresor cuando lo que está haciendo es -por ejemplo- poner una mano en el muslo de la mujer con la que se quiere acostar.
Esa autocensura -que no es tal porque las censuras son siempre asuntos sociales- que cada vez se impone más; ese miedo a parecer lo que no se es, es el sempiterno comienzo de la enésima caza de brujas -en este caso caza de brujos hombres y cerdos- . Si además le añadimos a este mejunje la muy acertada reflexión de Juan Soto Ivars en el diario El Confidencial en su artículo titulado La izquierda facha, en el cual razona que los progresistas tienen tanto miedo  a parecer fachas que antes que eso prefieren no decir nada que sea incorrecto políticamente mientras que a los fachas todas esas cuestiones de la correcta ideología se la trae al pairo y así les va de bien, tenemos el caldo de cultivo perfecto para que una nueva época victoriana campee a sus anchas por el mundo y como siempre venga importada de los países anglosajones tan duchos en estas hipocresías.
Por lo tanto en esta primera entrega de mi machismo -machista desde el punto de vista de esas señoras vestidas de negro- firmo los presupuestos de las mujeres francesas y abogo por insistir si se desea a una mujer, dando por sentado que cuando la mujer esté harta sabrá alejarme de ella (normalmente basta una mirada fría) y que este importunar a otro es parte del sempiterno juego de la seducción. Por cierto también hay mujeres que atosigan a hombres.
Como todo es cuestión de lenguaje he utilizado los términos: Importunar, Insistir e incluso Atosigar.

Ensayo

Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/01/2018 a las 17:30 | Comentarios {0}


Tengo a la Muerte clavada en la columna vertebral
sonríe mucho y se mira en el espejo mientras me cepilla los pelos del cogote
Tengo a la Muerte en los pedos que me tiro
que no son pedos míos sino olor del espacio que he de atravesar hasta llegar a la otra vereda 
Estigia = Azufre = Enzimas de cerdo
Tengo a la Muerte subida al carromato del que yo mismo tiro
No me canso sólo me agota la visión de un horizonte que no llega a ser lejano
No voy a beber alcohol porque me muera
Ni voy a lanzar exabruptos siempre y cuando la muerte no me duela
Incluso agradezco unos sueños eróticos que tuve la otra noche
(era una muchacha que no llegaría a los veinte años en bragas y camiseta paseando por mi casa -estaba descalza-. Nos besábamos con lujuria y nos dejábamos caer el uno al lado del otro como si ya lo hubiéramos vivido todo)
y las sensaciones de última vez que suelo sentir cuando repito algo que venía haciendo
Porque ahora sé que vivir es dejarlo todo por hacer
Tengo a la Muerte en el zumo de naranja
y en el hombro derecho se me cuelga a veces como si fuera el loro de John Silver
y entonces leo y leo y leo porque sé que dejaré todos esos libros que he empezado sin terminar
De nadie me despido
No sé a dónde me dirijo
Sólo siento a la Muerte clavada en mi columna vertebral
y cómo una de sus manos aprieta -ahora, justo ahora- con gracia mi páncreas
(como si me estuviera diciendo: ¡Idiota, yo soy la joven en bragas y camiseta!)
No temas, en todo caso, porque no quiero quitármela de encima
No quiero luchar contra su tiranía
No quiero acudir a templos ni a  curanderos ni a filósofos
sólo quiero pasear con mi perro por las inmediaciones de unas montañas
(coronadas desde hace días por la nieve)
mientras un viento del norte nos azota
y la Muerte, juguetona, canta no sé qué balada acompañada por el ritmo de mis vértebras
(ritmo que es crujido que Ella -intérprete máxima de mis huesos- cruje)
Y ahora voy a pensar en colchones
Me voy a dejar llevar por mañas
Pensaré que el gran Pagador ronda cerca
y que todos están dispuestos a venerar la última morada
La guerra no se presenta mal

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/01/2018 a las 19:58 | Comentarios {0}


Interpretación de la interpretación que Darío Sztajnszrajber hace del primer libro de la Torá o del Pentateuco o de la Biblia*


Desde la empalizada veo el desfile de los muertos (tan sólo los muertos de hoy)
No quiero angustiarme con la probabilidad de la arena que se contiene en los cientos de libros que asumo cada día (porque somos por nuestra cultura judeocristiana fundamentalmente libros y como libros somos relatos y como relatos somos interpretaciones de los escritos. Nunca lo escrito. La Verdad no existe. O la Verdad está vedada a nuestro intelecto).
¿Qué es más importante -o más terrible- que Abraham no dudara en sacrificar a Isaac por la orden de una voz en su cerebro (y de ahí Temor y Temblor de Sören Kierkegaard) o que ante semejante orden Abraham callara y se convirtiera en un secreto (y de ahí Dar la muerte de Jacques Derrida) que ni siquiera dudó en contárselo a Sara?
Una parte de nuestro ser occidental se levanta sobre los cimientos judeocristianos y éstos a su vez se basan en una historia que nada más empezar se inicia con un desacato al Dios, un asesinato entre hermanos, la sodomización por parte de Noé de su hijo (no hablemos de las hijas de Lot etc...) y por supuesto el sacrificio del hijo si la Voz lo exige como prueba. Tampoco olvidemos la otra pata de esta mesa occidental: los griegos y su desprecio de la mujer y de los bárbaros (que no todos los griegos eran de izquierdas). Relatos somos. Secuelas de esos días. Emulación de las interpretaciones que se hicieron de aquellos textos, de aquellos libros... que como nosotros -libros también, lo repito- somos interpretados por los otros y por nosotros mismos. Porque uno a sí mismo también se lee pero no lee lo que está escrito sino lo que interpreta de lo escrito.
Quizás el día en el que dejemos de ser relato y la base de nuestro conocimiento sea por ejemplo la imagen en movimiento, quizás ese día, digo, sea el inicio del fin de la civilización occidental. Y si seguimos los hitos que se nos están presentando ese hecho ya está ocurriendo. Occidente está dejando de ser un relato, una escritura para convertirse en un icono lo que nos llevaría -ciclos de la Historia- a una nueva versión de la civilización Egipcia o quizá de la  civilización Maya o -parece lo más plausible- de la civilización China con sus ideogramas.
Y así el fin de la Historia que se anuncia desde hace unos cuarenta años, es realmente el fin de una historia (en inglés se diferencia mejor la idea. Ellos llaman History al estudio de los aconteceres humanos y Story al argumento de un relato de ficción).

Esta idea del hombre como relato me lleva, en mi experiencia vital, a una curiosa metáfora que es la siguiente: me apasionan los libros porque me apasionan las personas pero mi pasión por los libros es mayor que mi pasión por las personas o sencillamente es menos peligrosa.

*  Si os interesa la conferencia de Darío Sztajnszrajber podéis cllicar en este enlace https://www.youtube.com/watch?v=pRwAyZQIDKs

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/01/2018 a las 20:00 | Comentarios {0}


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