Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Escucho hace unos días a un señor en una conferencia en la que trata los temas de esta corriente new age del vivir, tipo El Poder del Ahora o El Secreto. Era un tipo calvo, con gafas, delgado, que se decía muy tranquilo y feliz de estar allí, en una profunda relajación, tras haber sufrido la bendición, un año antes, de quedarse en coma y casi morir por una equivocación médica. Lo curioso es que el buen señor sudaba como un pollo mientras desgranaba una tras otra recetas para vivir (o más que vivir para no calificar como dolor o sufrimiento ninguna de las circunstancias de la vida). Todo es una oportunidad. Todo es bendito. Y mientras desgranaba estos lugares comunes en una sociedad donde la muerte de Dios nos ha dejado huérfanos de sentido de la vida, repetía, de vez en cuando, con un orgullo extraño, que él que antes escribía ya no lo hacía. Ya no escribo, dice. ¡Pero hay que ver lo que habla el buen señor! pienso yo.
Lo curioso es que para terminar su conferencia, antes de pasar al coloquio, dice: Ya no escribo pero he escrito este folio, es sólo un folio, para terminar con la parte expositiva. Y va y lee, eso sí para todos vosotros y vosotras (siempre vosotros y vosotras, nunca vosotras y vosotros. No soporto la corrección política, el pensamiento unificador, ése que dice: el lenguaje es sexista. ¿Cómo puede ser sexista un lenguaje? Recomiendo un artículo de Ignacio Bosque: Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer) un texto que no merece el más mínimo comentario, excepto el de que era un texto escrito. ¿A qué entonces tanto orgullo... majadero por haber dejado de escribir? ¿Qué tiene de poco espiritual el escribir? Y si lo que quiere este buen señor es hacerse una cura de silencio, que se calle... del todo. Schchssst.
¡Qué difícil por sencilla es la verdad!

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/04/2012 a las 12:07 | Comentarios {0}


Alberto Giacometti. Hombre I. Litografía
Alberto Giacometti. Hombre I. Litografía
¡Esas alas verdes!
¡Ese florecer las madreselvas!
¡Las hojas del árbol se adormecen y quedan lánguidas en sus terminaciones!
¡Mira la voz que te habla!
¡Escucha los ojos que te miran!
¡Verdecerán!
¡Fuera existe!
¡Verdecerán!
¡En las aceras! ¡En las iglesias! ¡En los adoquinados! ¡En las fiestas! ¡En los trancos! ¡En los barcinos cruces de caminos!
¡Hay un niño en el cementerio más cercano!
¡Hay ala de cuervo!
¡Hay jugo de fruta!
¡Hay vuelo transoceánico!
¡Verdecerán!
¡Verdecerán!
¡Sus manos se han trocado en ramas!
¡Su pecho se viste de campana!
¡En lo alto se desvanece la sima!
¡Ruge!
¡Ladra!
¡Barrita!
¡Ulula!
¡La isla!
¡La mar!
¡La paz!
¡La espalda!

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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/04/2012 a las 12:53 | Comentarios {1}


Diccionario de Autoridades. Edición 1ª. Año 1726


COITA: s. f. Enfermedad, pobréza ù otro qualquier accidente ò contratiempo, que se padece en la salud, en la hacienda ù en otra cosa. Es voz antiquada. Lat. Aerumna. Fuer. Juzg. Prolog. I.4. Deben coidar de toler la carga è la coita de sobre los pueblos, è de sobre sí. Partid. I tit.4. 1.29 Enfermedad haviendo alguno, ò otra cóita.

ALCUZCUZ: s. m. Grano de pasta de harina cruda, de el qual después de cocído se hacen vários guisados, especialmente entre los Moros, que le usan mucho. Es voz árabe del verbo Caztase, que según el P. Guadix vale hacer granos ò pelotillas, añadido el artículo Al. Y segun Urréa en su terminación arábiga, se llama Cuscusum. Lat. Massa ex melle farinaque confecta. Esteb. fol. 117. Por no ir à tierra del Alarbes à comer alcuzcuz me fui à la fabinilla. Calder. Come. El gran príncipe de Fez, Jorn. 3.. ¿Alcuzcuz? ¿qué alcuzcucéas?/que ya no soi alcuzcuz,/ sino christiana menestra.

BRIBA: s. f. La holgazanería y arte picaresca de los que fingen miseria, y hacen arenga de pobres, por no trabajar, y vivir en su libertad. Dícese también Bribia, y de un modo y de otro se halla usado, y se usa promiscuamente. Viene del francés Bribeux, que es Bribón, y por esta razón se han de escribir todas las voces que salen de este origen con B y no con V, como se hallan frequentemente en los Autores. Lat. Ignavia. Desidia. Obscura turpis mendicitas.

A: (Inicio) Primera letra del Alphabéto, no sólo en nuestra lengua Castellana, sino en las demás que se conocen. En la Hebréa se llama Aleph, de quien la tomaron los Árabes llamándola Aliph, los indios Alephu, los Phenices Alioz, y los Griegos Alpha. Los Latínos dicen A sin otro aditamento, y del mismo modo se expresa en las lenguas Italiana, Francesa, Teutónica, Esclavóna, y de otras Naciones, que usan de caractéres para la expresión de esta letra. En el orden es la primera, porque es la que naturaleza enseña al hombre desde el punto del nacer para denotar el llanto, que es la primera señal que dá de haver nacido y aunque también la pronuncia la hembra, no es con la claridad que el varón, y su sonido (como lo acredita la experiencia) tira más a la E, que à la A, en que parecen dan à entender, que entran en el mundo como lamentándose de sus primeros Padres Adán y Heva. Permanece tan propia en el sugeto, que aunque nazca mudo siempre la pronuncia, y con su sola aspiración ayudándose del tono, del semblante, del movimiento de las manos, pies, ojos, y otras acciones corporales, dà a entender y manifiesta muchas veces lo que no alcanza con muchas palabras el más avisado y entendido : de que se infiere, que la letra A es la más simple y fácil de las vocales, llamadas assí porque solas y sin ayuda de otra letra hacen sonido perfecto. El que resulta de la pronunciación de la A viene formado desde la arteria, y suavizado conforme va saliendo del paladar se despide por la boca con solo abrirla con más blandúra, y más remisso que al principio.

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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/04/2012 a las 23:00 | Comentarios {0}


Atravesar. Doncella/planta/luna/animal. Tener que. Seguir.
Le buscó por todo el reino tres días y tres noches.
¿no es demasiado pequeño?
De anima mundi et natura. El universo dionisiaco. La gnosis y el tiempo.
Levantarse. Hacer lo que hay que hacer. Tener una voz que te escucha. Rendirse.Comer. El aliento. El diafragma.
La creencia otoñal del río llega a su tiempo.
La tarde. Ir. Volver. Acostumbrarse. La rojez de las hojas. Mirar. Respirar. La rabia dejátela dentro. Dilúyela de otra forma.
Argumenta el físico Craig Hogan: el espaciotiempo cuántico contiene un temblor, si consiguiésemos medirlo, probaríamos que el universo no es ese continuum suave que percibimos en nuestra escala sino que el espaciotiempo estaría compuesto por bits mínimos de información (como ocurre cuando te acercas mucho a la imagen de un televisor y la imagen se diluye para entrever los píxeles).
Seguir este domingo de abril. Deshacer lo que no se llegó a completar. Puzzle.
La normalidad es que el mundo vive de la muerte.

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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/04/2012 a las 15:52 | Comentarios {2}


Las máscaras de Dios. Joseph Campbell. Volumen 1º. Mitología Primitiva. Editado por Alianza Editorial, 1991.



Uno de los problemas principales del hombre, filosóficamente, es el de reconciliarse en sentimiento, así como en pensamiento con la monstruosidad del mundo tal cual es.

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Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/04/2012 a las 21:19 | Comentarios {0}


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