Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

No esperaba la mañana tan luminosa.
El silencio lo hace el canto de los pájaros, sintió.
No hay naufragio. Nada flota. La transparencia esmeralda del agua.
Habló con una extraña. El sol a sus espaldas.
Quedaba de la noche un regusto a cosa triste que estaba por ocurrir. Así no lo había pensado. Es cierto que el pozo no tiene fondo ni el techo altura máxima. Quedaba la búsqueda del pecho nutricio. No necesariamente lácteo.
Vio unos conejos.
Se acordó de unas pantallas gigantes de seguido a los conejos como si con ello pudiera dar un toque de modernidad a su existir. Fluía el manantial. Tendría que leer. La sombra estaba cerca. El mundo de la muerte se acercaba, el que está debajo de la cama, el que nunca queremos mirar. Acodado en la barandilla de hierro de su terraza estrecha y larga observó el bosque y la montaña y sintió el destierro como una garra que se aferrara a sus tripas sin soltarlas. Las nubes se acercaban indolentes, del todo ignorantes de las cuitas del hombre que las ve pasar acodado en la barandilla de hierro de una terraza estrecha y larga. La tarde dorará los verdes. Probablemente aún no haya muerto.
 

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/10/2022 a las 12:53 | Comentarios {0}



porque todo el que opina es un moralista tiendo a no opinar es ésta una frase que podría estar escribiendo cualquier autor para cualquier personaje en cualquier lugar del mundo podría ser una autora que reivindicara la escritura en los cafés de provincias podría ser una autora que estuviera empezando y lanzase al mundo esa frase con la sana intención de êpater podría ser un autor futuro una vez haya ocurrido el cataclismo el mundial porque cataclismos personales ocurren todos los días ahora mismo están sucediéndose a una velocidad excesiva simultáneamente con una idéntica intensidad de drama y con las horas subsiguientes que serán terribles y que con el tiempo incluso se olvidarán como se olvida el dolor tremendo que se tuvo cuando aquel a quien tanto se quería nos dejó o esa angustia que se derrama al fin cuando ves la muerte de un ser querido y ocurre el momento en que dejas salir toda la pena que llevas dentro también ese dolor la intensidad de ese dolor se acaba olvidando porque puede que existan las memorias de dolor pero también existen sus amnesias no no me olvido que recordaba ese otro cataclismo ese apocalipsis al que nos están entrenando esta nueva sensación de guerra fría y amenaza nuclear sobre nuestras cabezas tras ese cataclismo un autor post apocalíptico escribe desde un refugio nuclear en los bosques de Laponia algo así sobre los moralistas y la opinión y para avalar su tesis establece un inicio que lo colocaría justo antes de que estallase la primera bomba nuclear justo antes del gran exterminio ese que algunos pre apocalípticos consideramos hasta necesario para Gea ser vivo generador de mamíferos mamíferos nosotros los que tecleamos los que pensamos los que no paramos de darle a la húmeda los ultrasociales los más gregarios entre los primates los inventores por gracia de Gea del arma de su destrucción los sementales las hembras paradiroras los ni fu ni fa ni fe los conocedores de idiomas arcanos los continuadores del patrón religioso aplicado a la ciencia los adoradores esos esos todos pre apocalípticos justo antes de las fiestas familiares por antonomasia en occidente sea lo que sea occidente o antonomasia o apocalipsis o emigración o balbuceo o trampa o saduceo o maniquí o galerna o muela antes de todas esas palabras antes de los esturiones antes de la urbilateria antes antes el que opina es un moralista oh el mundo sea llenado de putos moralistas que nos aprieten los cojones o los pezones que nos los retuerzan hasta generarnos un dolor insoportable con sus putas opiniones que nos inunden con su mierda que olamos a opinión de mierda que seamos santificados por la opinión que comulguemos opinión y su cuerpo sea el sebo del prepucio de un viejo miserable en el nombre del sebo del prepucio viejo yo te bendigo ay que suspiro y me dejo llevar por los poetas ay las adelfas ay las madreperlas ay aquellos ojos que una vez miraron como si nunca hubiera habido ayer
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/10/2022 a las 19:32 | Comentarios {0}



Nunca, nunca
No me fui
No me fui nunca
¿Tarde?
Como las risotadas de dos mujeres que se escuchan, estridentes, en el rellano de la escalera
y siempre vuelven aunque sean en las laringes de otras mujeres, así yo nunca me fui
¿Tarde?
Nunca es tarde. La huella que va quedando. Tampoco es tarde.
Ya estoy.
Sólo fueron unos días. Las tormentas, ya sabes, querida, a veces me quedo dormido semanas enteras mecido por ellas; una vez, al volver de tan largo sueño, había encanecido la parte trasera de mi cabeza. Me dijeron, tú sabes cómo corren las habladurías, que ese trastorno en el pigmento capilar había sido debido a un sufrimiento largo y sostenido en el tiempo. Apenas creí. El sufrimiento no es blanco. Como mucho gris, me dije para mis adentros.
Así es que aquí estoy
siempre vuelvo
hasta el último instante
ese que en un día de vino y rosas culminaría con la nota aguda de un violín.
En el ensueño alardeo de pequeñas bacanales en las que la risa y el placer se riegan con jugos de la tierra y con largos y bien hilvanados versos. Conciencia de sí ¿qué más se le puede pedir al existir? 
Se acercan por mi nuevo horizonte nubes oscuras preñadas de transparencias.
Prepararé la cama.
 

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/10/2022 a las 13:29 | Comentarios {0}



Clara viene la mañana
en esta última primavera.

Sobre el cerro la luna se acuesta
tras la larga jornada nocturnal.

En los barrios de Yokohama
la vida no se altera por la luna.

En los barrios de Nagasaki
la vida no se altera con el sol.

En los barrios de Kyoto
suenan, eso sí, una flauta y un cantor.

Clara viene la mañana
por los cielos de Cipango.

Por el cerro descenderá la luna
como antaño lo hacían las aguas del Yang-Tsé.

En los barrios de Osaka
se nombra a los habitantes de Catay.

En los barrios de Tokyo
huele a té.

En los barrios de Takayama
se olvidaron de los sauces.

Dorada llega la tarde
cuando el otoño llega.

Roja la luna se hunde
en el lago Biwa. Arde.
 

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/09/2022 a las 17:37 | Comentarios {0}



vamos a pasear por el río para mirar las aguas cómo se van yendo es domingo el cielo parece descansar las nubes en cambio se mueven perezosas hacia el sur vamos a pasear al hacerlo también pasearemos nuestras cuitas las nuestras humanas las que deben ser por más que ahora mismo tú sepas que una mujer se acaba de levantar otra mujer camina por una ciudad de más de diez millones de habitantes otra mujer se hace la despistada en un supermercado un hombre se remanga un niño apenas soporta la clase de matemáticas una perdiz alza el vuelo el cielo sobre ella es muy distinto del que nosotros estamos viendo quizá ni sea el mismo día una niña está soñando la madrugada deriva lentamente hacia la aurora una orca atraviesa un estrecho se ha hecho un poco más grande el gran arrecife de coral no todo van a ser pérdidas en el atolón de mururoa se ejercitan tropas francesas un soldado recuerda a su novia la cual se encuentra de maniobras no muy lejos de allí se está haciendo caramelo en una fábrica  se limpian los cristales de millones de fachadas vamos a pasear nosotros vamos a cuidarnos nosotros en nuestra parcela bajo este sol en esta estación del año en esta comunidad de hombres casi a punto de entrar en el equinoccio de otoño vamos a pasear por los caminos que en breve se habrán llenado de las hojas de los robles vamos a pasear después tomaremos un café y unas galletas si tú quieres me dirás podemos ver una película ahora ponen muchas en muchas cadenas luego nos dejamos un poco vagamos solos por la casa en australia ocurren cosas semejantes el canguro puede estar en cualquier parte la melodía se escucha en muchos sitios austria no está lejos el almíbar no es difícil de hacer los ingleses despiden a una reina que cambió su apellido para que no se supiera que era de ascendencia alemana la muchacha asiste al rezo de la mezquita el camello envidia al dromedario por las tierras manchegas una bacina puede ser un yelmo en las montañas chinas hay ríos infinitos por eso te aconsejo que nos vayamos a dar un paseo bajo las estrellas  bajo  este sol si quieres o un poco más tarde cuando el día envidia al bronce y lo copia salgamos entonces si quieres cogidos de la mano yo te contaré tú me contarás nos parecerá el tiempo muy amable ya verás la niña hace un globo con un chicle el perro se sube a la cama de su hombre sabe que la prisa no es buena consejera y hay que esperar a que termine sus tareas sabe que le espera una pelota unas carreras el aire de la montaña los picos de las sierras el vuelo de los buitres el mugido de los chotos solitos en el corral el ladrido de otros perros el temor a ser mordido la pura aventura de vivir vamos a dar un paseo saquemos a pasear nuestras emociones dejemos que vuelen  que lloren que rían que se abstengan que desaparezcan vamos a dar un paseo amigo alma mía que tanto añoras olvida te lo ruego no dejes a esos recuerdos ser dueños de la nada sólo la nada es presente a partir del presente todo vamos a pasear se ha levantado la brisa y septiembre no es tan feroz como otros meses mañana todo sería distinto ¿ves como a partir del presente viene todo? vamos a pasear cogidos por el talle pongámosle al día el nombre que queramos le bebé empieza a reconocer rostros el potrillo cae agotado la cigüeña migra quedó vacío el campanario vamos vamos a dar un paseo
 

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/09/2022 a las 17:18 | Comentarios {0}


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