Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Grabado de Pulgarcito de Gustave Doré
Grabado de Pulgarcito de Gustave Doré
72.- Si alguna vez se dialogara en la vida real como en algunas obras dramáticas, en cuyos diálogos la verdad supura por cada poro de la piel de los personajes y al final, ahítos de tanta verdad y tanto dolor consiguen su famosa catarsis y ya entonces se pueden ir a dormir tranquilos...

73.- El realismo impide la expresión directa de la verdad (la verdad entendida en su sentido postmoderno). 

74.- El arte no es una mentira que dice la verdad (como expresó Picasso). El arte -en su relación con la verdad- es una sublimación de la misma.

75.- Porque si dijéramos dramáticamente la verdad en la vida real, los crímenes familiares adquirirían unas proporciones colosales. No habría cárceles para tanto delincuente y los Juzgados de Familia necesitarían una ciudad para ellos solos.

76.- No se puede tapar el ruido con la música.

77.- Hay días en los que el dolor es tan grande que se diría que el lóbulo frontal se ha vuelto loco y que la amígdala basolateral se está pasando cien pueblos con su descarga de temor y agresividad.

78.- El químico dijo, El hombre no quiere saber que tan sólo es química. El químico, probablemente, tiene razón.

79.- La contemplación de espacios horizontales, unido al lanzamiento de una pelota más la carrera de un cánido y algo de viento, provocan en el alma del neurótico una auténtica sedación mental.

80.- Pensemos en el equidno, un animal muy interesante desde el punto de vista de la evolución: son supervivientes de una época en la que algunos reptiles empezaron a transformarse en mamíferos: adquirieron pelo y sangre caliente.

81.- Porque tiene pelo es mamífero; porque es mamífero añora el pezón primero; porque añora el pezón primero tiene problemas mentales; porque tiene problemas mentales no sólo es mamífero sino primate; los primates son por lo tanto la clase de mamíferos que tiene problemas mentales.

82.- La respiración honda. La calma en la espiración. El ritmo del paso. La cadencia. Todas esas cualidades del movimiento alejan la mente del suicidio.

83.- Contrasta las características del sacerdocio con las del chamanismo y podrás llegar con cierta facilidad a entender dos visiones diametralmente opuestas de la concepción del mundo.

84.- Repara en que valorando -en apariencia- la individualidad, la sociedad sigue estando arraigada en la esencia de las sociedades agrícolas: suprimir las manifestaciones individualistas.

Los aforismos que van desde el nº 72 al número 84
-y que se compendian bajo el título de Aforismos (8)-,
son todos responsabilidad del director y autor de esta revista.

Ensayo

Tags : Aforismos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/09/2019 a las 17:39 | Comentarios {0}


Documento 24 de la serie de Los Archivos Póstumos de Isaac Alexander.
Datado el 15 de noviembre de 1999 en la ciudad de Madrid


     Me dices Lucilo que te vas a casar y luego me preguntas si yo estuve casado alguna vez; dices que te resulta curioso no saberlo, tú que tanto sabes sobre mí y a quien tanto quieres. Incluso me has sugerido si yo podría aconsejarte... ¡no, no, jamás! Jamás daré un consejo, bien lo sabes, porque en mi caso aconsejar sería una impostura. Soy en esencia tan despreciable como el más despreciable de los hombres y no digo el más porque sería mentira y además petulante.
     Quizá te haya sorprendido el título de la carta con el que respondo a tu anuncio. Escucha: fracasar, 'destrozar, hacer trizas' 'hacerse pedazos, naufragar (embarcaciones)', anticuado, hoy 'frustrarse, tener resultado adverso (una empresa)'. Fracasar es palabra tomada del italiano fracassare 'hacer trizas, destrozar','quebrar ruidosamente', derivado del anticuado cassare 'romper', tomado a su vez del francés casser y éste a su vez del latín quassare 'quebrantar'.
      El quid del matrimonio no es el matrimonio en sí, querido Lucilo, sino su destrozo. Tengo en mi memoria la imagen de muchas mujeres y muchos hombres hechos trizas tras un matrimonio fallido. Pocas cosas hay que devasten más y por eso verás que muchas son las parejas que se mantienen unidas hasta el final no porque se quieran sino porque les aterroriza el naufragio que les supondrá -sin ningún género de dudas- la separación.
      El matrimonio -palabra cuya etimología se relaciona con que una mujer pueda ser madre legítima de los hijos de un varón- remite realmente no a la relación entre un hombre y una mujer sino a la capacidad jurídica de ambos para ser legalmente padres. Por lo tanto el fracaso de un matrimonio no es el quebrantar la relación íntima de la pareja sino su capacidad legal, es decir social, de ser padres. Para el amor el matrimonio es un estorbo; para la sociedad es un bien como lo pueda ser el patrimonio.
      Ocurre que las parejas que se atreven a romper su matrimonio, rompen un lazo social que al unirse al afectivo produce un quebranto absoluto de sus vidas: la vida privada y la vida pública. Habrás observado que una pareja que no viva bajo el mismo techo, si se separa no causa tanto pesar, entre los más allegados, que una pareja que haya cumplido con el rito social de ser consagrados como posibles padres legítimos de una descendencia a la que por supuesto le tocará legalmente heredar.
      Recuerda pues que al contraer matrimonio no apuestas por el amor con tu pareja sino con la Ley. Matrimonio y amor son cosas separadas que se unen bajo el amparo simbólico del rito. Pero ese rito, tenlo en cuenta, no está dedicado a la pareja sino a la pareja con respecto a la sociedad. La boda no une lo que ya estaba unido. La boda une a la pareja con la sociedad.
      Como verás no te he respondido a la pregunta que me has hecho. Hay secretos que es mejor que no se sepa ni que lo son. Estoy sentado en una cafetería cerca del Teatro Real. Un hombre de unos treinta y tantos años, sentado en la mesa contigua a la mía, ha llamado a un amigo y le ha dicho si le podría acoger un tiempo porque ha decidido no volver más con su mujer. Ha intentado bromear un par de veces. Y de hecho parece que el amigo se lo ha creído. Cuando ha colgado el teléfono su gesto ha cambiado y ha adoptado el gesto de un hombre al que nadie observara. Imperceptiblemente niega con la cabeza. Agarra con fuerza el vaso de cerveza.  Como si no fueran suyas, las respiraciones le delatan.
Club Night de Georges Bellowz 1907
Club Night de Georges Bellowz 1907

Ensayo

Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/08/2019 a las 17:57 | Comentarios {0}


Documento 23 de la serie de Los Archivos Póstumos de Isaac Alexander.
Datado con fecha 14 de noviembre de 1967 en Monterrey, California.


El señor Culo
El señor Culo
Hubo una tarde, querido pseudo Lucilo, en la que Gradiva apoyaba su cabeza en mi nalga izquierda. Estábamos esperando que un empuje brutal nos derribara para caer, enloquecidos, sobre el cuerpo del otro e iniciar uno de esos atardeceres de otoño en los que ella, como una diosa paleolítica, me mostraba los misterios y el poder de ser mujer. Mi falo aún no se había erguido hasta convertirse en palo de mesana. Mi respiración, aunque anhelaba, se mantenía en esa calma que los marineros llaman chicha. Mi piel empezaba a brillar. Mi mirada resbalaba por su cuello y por las apófisis de sus escápulas que me recordaban, por su precisión, a algunas esculturas de maestros italianos del Renacimiento. Sobre la mesilla de noche dos vasos de un vino rojo rubí encima de una tela de damasco que debía de ser antigua. Frente a mí el ocaso y el mar se abrían a través de una gran balconada con balaustrada de piedra. Al lado izquierdo de la balconada un pino. Al lado derecho una gran higuera que aún tenía esencias de su aroma de septiembre y que tanto me recordaban el olor del coño de mi amante en la zona en que se unía con el olor de su culo. El olor de su culo. El olor de su coño. Gradiva entera que como diosa primigenia pareció escuchar mi pensamiento y empezó a hablar. "El culo democratiza el sexo, Isaac. Por el culo no hay sumisión de ninguna de las partes y ese enredo final que es la reproducción se olvida. Hoy te voy a comer el culo, querido. Te voy a meter los dedos por el culo y luego te voy a follar con ese magnífico consolador que tan bien me queda atado a mi cintura. Por el culo. Entre los muslos. Acercándome a tus gónadas. Mordisqueando. Pellizcando. Lamiendo. Mojándote. Tu culo/coño. Mis dedos/pollas. ¿Tú sabes, querido, el placer que te va a dar mi lengua? ¿Conoces los secretos de tu ano? ¿Hasta dónde llegará el placer? ¿Dónde empezará el daño?
El culo, Isaac, nos vuelve iguales a ti y a mí. Cuando termine con tu culo, tú empezarás con el mío y luego cuando hayas terminado de reconocerme por detrás, cuando me hayas penetrado por detrás y te hayas corrido y veas cómo mis esfínteres devuelven al aire tu líquido seminal, como yo habré visto como mi saliva y el flujo de mi coño con el que habré mojado tu recto, salen de ti como si fueran una diarrea deliciosa, entonces, te digo, nos comeremos el culo el uno al otro, jugaremos democráticamente con nuestro orificio gemelo y entonces podremos permitirnos tocarnos nuestros genitales tan jerárquicos, tan absurdos, pero sólo como subsidiarios del Primer Ministro del sexo democrático, el señor Culo."
Dichas estas palabras Gradiva hundió su lengua en la raja de mi culo y empezó uno de los atardeceres más deliciosos que el tiempo de la vida me haya podido otorgar. Podría, lo sabes, hacer una descripción pormenorizada de nuestros juegos pero eso lo dejo para las novelistas  porque lo importante es el concepto: el culo como órgano democratizador del sexo; concepto, por cierto, que mi buena Gradiva había estudiado en Deleuze y del que escribió su conclusiones en mi cuerpo hasta agotarme de dolor y placer y risa y abrazo y sangre y vino y mar que se oscurece y cielo sin luna. 

Ensayo

Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/08/2019 a las 18:12 | Comentarios {0}


58.- Esta tarde mismo, cuando anochecía, he sentido una profunda y completa comprensión del ser humano. También he comprendido la actitud de un espíritu que ocupaba un fresno y que se ha mudado al ser descubierto por mí.

59.- Esta profunda y completa comprensión que digo haber sentido no es más que un sentimiento luego al carecer de razón peca de ilógica.

60.- Etimología de la palabra nirvana: nir:; "más allá del" o "sin"; vāna: viento. Es decir nirvāna quiere decir literalmente: más allá del viento o sin viento. 
        El primer aforismo del Yogasutra (el hilo del yoga) nos dice: el yoga es la paralización intencionada de la actividad espontánea de la materia mental. Es decir mediante el yoga se llega al nirvāna.

61- Las cuatro representaciones de 1) la razón humana y el individuo responsable; 2) de la revelación sobrenatural y el único pueblo de Dios; 3) del éxtasis del yogui en el gran vacío inmanente; y 4) de la armonía espontánea del cielo y la tierra -Prometeo, Job, El Buda sentado con los ojos cerrados y el Sabio Errante con los ojos abiertos- procedentes de las cuatro direcciones (mitológicas)se han reconciliado (en la actualidad).

62.- Quizá -me digo- el aforismo 61 sea la causa de mi sentimiento de comprensión.

63.- Dos grandes motivos se manifiestan en las mitologías y religiones del mundo: el asombro y la salvación.

64.- ca. 3500 a.C en el templo de Obeid, al sur de Mesopotamia, se adoraba a la diosa Ninhursag, madre del universo y de todos los hombres, dioses y animales, protectora de los reyes a quienes alimentaba con su leche sagrada -la leche de los animales a través de los cuales la diosa obraba en la tierra y que estaban recogidos en los grandes Templos/Vaquerías.

65.- En estos primeros tiempos (hace 5.500 años aprox.) todo el misterio del ser podía ilustrarse poéticamente mediante la metáfora de la Vaca, el Toro y su Becerro, ofrecidos simbólicamente en el recinto de los primeros templos, símbolos del útero de la propia Vaca Diosa Cósmica.

66.- Las extraordinarias relaciones entre Dante y el místico sufí Ibn' Arabi de Murcia se pueden rastrear en la composición de La Divina Comedia.

67.- Querida Caroline: Sicilia fue normanda un día y lo normando entonces se vistió de musulmán.

68.- Cuando en el año 529 d.C. el emperador bizantino Justiniano mandó cerrar la escuela filosófica pagana de Atenas, los depositarios de la filosofía y la ciencia griegas fueron la Persia sasánida, la India Gupta e Irlanda.

69.- ¡Oh, Bagdad de los Abásidas, Jardín del conocimiento y la belleza!

70.- Entre los siglos VII-XIII en cuatro lenguas se expresaba el saber del Mundo: Chino, Sánscrito, Árabe y Latín.

71.- Cuando los sacerdotes españoles llegaron al Nuevo Mundo, no es de extrañar que reconocieran en las liturgias que hacían los nativos, una especie de parodia demoníaca de su propio mito desarrollado: el de la santa misa del sacrificio y la resurrección.
Una versión del hecho mitológico en el principio del tiempo que proporcionó el modelo para lo que vieron como parodia de su propia misa estos sacerdotes es el siguiente: La diosa Tlaltecuhtli paseaba sola sobre la superficie de las aguas primordiales -era una doncella grande y maravillosa, con ojos y mandíbulas en todas las articulaciones, que veía y mordía como los animales- mientras los dioses primigenios Quetzalcóatl  (La Serpiente Emplumada) y Tezcatlipoca (El Espejo Humeante) la espiaban. Ambos decidieron entonces que debían crear el mundo de ella. Se transformaron en serpientes poderosas y se le acercaron por ambos lados. Uno la agarró desde la mano derecha hasta el pie izquierdo, el otro desde la mano izquierda hasta el pie derecho, y juntos la desgarraron en pedazos. Con los trozos no sólo hicieron la tierra y los cielos sino también los dioses. Y después, para confortar a la diosa por lo que había ocurrido, todos los dioses descendieron y, jurándole obediencia, dispusieron que todos los frutos que los hombres necesitaran para la vida, vinieran de ella. Y con su pelo hicieron los árboles, las flores y la hierba; con sus ojos, los manantiales, las fuentes y las pequeñas cuevas; con su boca, los ríos y las grandes cuevas; con su nariz, los valles, y con sus hombros, las montañas. Pero la diosa lloró toda la noche porque sentía el deseo de consumir corazones humanos. Y no estaría tranquila hasta que se los llevaran. Y tampoco daría fruto hasta que la empaparan con sangre humana.
Estos aforismos se componen de dos partes: 
textos de Las Máscaras de Dios de Joseph Campbell 
y pequeñas -y casi banales- glosas mías
 
La diosa azteca Tlatecuhtli
La diosa azteca Tlatecuhtli

Ensayo

Tags : Aforismos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/08/2019 a las 00:44 | Comentarios {0}


Ayer, al caer la noche sobre el camino, descubrió en una huella de mamífero el rastro de una lombriz. De inmediato un murciélago empezó a revolotear sobre su cabeza -y por ende sobre la tierra del camino- y dedujo que los nombres y los verbos son menos manipulables que los adjetivos. No le dio más importancia al pensamiento. Quería seguir caminando junto a su perra que estaba muy cansada tras haber corrido arriba y abajo en su afán por atrapar una pelota de tenis. El silencio le decía demasiadas cosas. Le venía a la cabeza la definición que al alma daba Teresa de Ávila, La loca de la casa la llamaba. El silencio le susurró que lo que entonces se llamaba alma ahora se llama mente y que los científicos no hacen sino lo que hacían los viejos sacerdotes de la ciudad-hierática de Uruk: ser los mediadores entre el macrocosmos de los Universos y los Dioses y el microcosmos de un hombre.
Se había levantado una brisa que quizá estuviera anunciando el final del verano. Temió que al llegar a su casa -que estaba en un pueblo pobre entre gentes humildes- el ruido la llagara hasta el extremo de dejarla triste. Echó cuentas y dedujo que aún no estaba premenstrual y que por lo tanto esa nostalgia que sentía por el mar, esa sensación de distancia que le llegaba a doler no tenía que ver con el estado que solía acecharle cuando el útero exigía ser vaciado. Ojalá lloviera, pensó y colocó las palmas de las manos hacia arriba como si con ese gesto, que es el gesto universal de la plegaria, pudiera provocar el conciliábulo de las nubes sobre su cabeza. No ocurrió así. El aire, sin embargo, olía a petricor -la sangre de las piedras- y dedujo que quizás en las cimas de las montañas, hacía apenas unos minutos, había caído un chaparrón y los buenos alisios habían transportado hasta ella esa sensación húmeda que provoca el olor de la tierra recién mojada por la lluvia tras tantos meses seca. Su perra se animó con el olor y movió el rabo delante de ella. Ambas rieron -o para no sobrepasar lo real: ella rió y la perra pareció hacerlo-. Entre la maleza se escuchó una carrera. Llegaron al principio del camino donde ella había aparcado el coche y cuando tomó la carretera que le llevaría hasta su pueblo, empezó a llorar como si sintiera por primera vez en su cuerpo la palabra congoja.
La mer orangeuse de Gustave Courbet
La mer orangeuse de Gustave Courbet

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/08/2019 a las 17:42 | Comentarios {0}


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