Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

A Liana en cuya terraza las palabras se desgranan como fruto de vid



01.- El concepto abstracto de cualquier materia ha de tener un sustrato intuitivo.
02.- Justamente de la lucha (o el encuentro) entre la razón y la intuición suele nacer la comicidad.
03.- Por lo tanto un concepto abstracto como enamorar o doler sólo tiene su sentido (y por lo tanto su explicación) si se sustenta en un principio intuitivo.
04.- Voy a ensayar el sentido de estos dos términos desde la racionalización de una intuición.
02a.- Intentaré evitar lo cómico.

05.- ENAMORAR Despertar amor en una persona. Iluminación de los sentidos. El amor duerme largos sueños. Normalmente ocurre cuando tuvimos una vigilia de amar (o de creer amar) y aquella vigilia se desmaya o, si es más grave la caída, cae en coma. Desaparece el despertar. No queremos despertar. Entonces, un día, cualquier día, fijamos en otro el amanecer y el amanecer despierta y los sentidos se iluminan y las contelaciones se tornan una sola.
05a.- Ese despertar va acompañado de un deseo del cuerpo del otro. Ese amor que abre los ojos no es el amor al amigo (que es un amor que se forja) sino un amor también de los sentidos porque lo que busca el enamorado (el despertador de amor) es agudizar la vista, el oído, el gusto, la intuición, el equilibrio, el tacto y el olfato hacia el objeto de su despertar y que el despertado (o al que se intente despertar) sienta esa misma pulsión, esa misma inclinación a sentir con los sentidos (no a sentir con las abstracciones de los sentidos).
05b.- Enamorar es íntimamente físico.
05c.- Amor es la poesía del sexo.

06.- FALL IN LOVE Esta forma de expresar los ingleses el enamoramiento yo la relacionaría con el enamorarse. Caer en el amor. Entonces ya no es despertar amor en una persona sino que una persona despierta amor en nosotros. Curiosamente es lo mismo que enamorar sólo que en este caso nosotros no somos sujeto sino objeto de amor. Y a más podemos ser objeto involuntario, es decir quien nos enamora quizá no quería despertar en nosotros ese amor.  Por eso caemos en él. Enamorarse contiene en su partícula reflexiva cierto grado de egotismo que puede llevar (y en muchos casos lleva) a la desesperación y justamente a lo opuesto que pretendía despertar: desamor que es desmayo de los sentidos, coma inducido.

07.- DOLER (María Moliner) 2. Causar sentimiento (a alguien) un desengaño, prueba de falta de cariño o mal trato moral que recibe. Doler no implica necesariamente juzgar ese dolor. Decir, Me duele no conlleva necesariamente queja. Hace tiempo me dijeron que el sufrimiento es una opinión sobre el dolor. Si esto fuera así (o aceptándolo para lo que sigue), el sufrimiento sí es una queja sobre el dolor. Afirmar que algo duele es tan sólo la constación de un hecho. Y me atrevería a afirmar que reconocer el dolor y recordarlo tiene algo de vacuna. Recordar un dolor sin juzgarlo es tener el virus adormecido de la enfermedad del sufrimiento que produce ese dolor.

08.- DOLERSE En el dolerse hay lamento.

Enamorar. Doler. (Se)

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/09/2013 a las 09:49 | Comentarios {0}


Hay días en que me levanto con miedo al futuro y aunque soy capaz de pensar, Temes la nada el hormigueo del terror se aposenta en mis entrañas.
Hay días en que, tras mantener una conversación con C., me siento un vago aunque sea capaz de pensar, ¿Qué es ser vago? Y pueda llegar a intuir el término contemplativo como una forma tan decente de vivir como aquélla de la persona toda acción.
Hay días que me hacen temblar.
Hay días que me hacen nadar.
Hay días que arrastran la rémora de la noche pasada como la melodía que no se logra recordar y atraviesa la espina dorsal de un minuto.
Hay días pescadores ocultos en un bosque de cortinaje sombrío.
Hay días que pienso: ¡Es enorme su afán de aprender!
Hay días en los que el varón me resulta de una desvergüenza vergonzosa.
Hay días veinticinco y días veintiseis (que es el único número que se encuentra entre el cuadrado de otro, el cinco, y el cubo de otro, el tres).
Hay días lagos.
Hay días carpas.
Hay días en los que el tiempo pasa y no logro amarrar el sentido de esta existencia y topo con un pensamiento de otro que tampoco lo encontró, cierto pensamiento estoico lejano como el alba en Borneo e infinito, infinito.
Hay días saga.
Hay días, como el de hoy, en el que quisiera desnudarme y sentir que lo que el espejo refleja no es el cuerpo de un ser humano sino la materia que compuso en su día la vida de una estrella.
Hay días universo.
Hay días caos.
Hay días cama.
Hay días alba.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/09/2013 a las 10:40 | Comentarios {2}


Desde el exilio me lo manda Isaac Alexander


¿Qué cojones es Cataluña? ¿Qué es eso que tanto se expande como un reguero de gilipollez llamado identidad/identitario? ¿Qué hostias es España? e ¿Inglaterra? ¿qué mierda es Inglaterra? y qué decir de China ¿Existe realmente China? ¿Qué eslabón de la cadena de la inteligencia se perdió para creer que existe China? ¿A qué viento se le pide el pasaporte? ¿Qué aduanas existen para los delfines cuando llegan a las aguas territoriales, pongamos por caso, entre Estados Unidos y Cuba? ¿A qué eminencia se le ocurrió llamar a un país Estados Unidos de América? ¿Quién es América? y ¿Cuba?
Eso del nacionalismo es una enfermedad. Como el fascismo es un cáncer de las sociedades. Los putos fascistas. Es una enfermedad de miedo, de cerrazón. Es una enfermedad avara.
Abramos las ventanas de una vez.
Derribemos las fronteras presas de la imaginación codiciosa del hombre.
Fuera los diseñadores de ostracismos.
Yo estoy aquí acompañado por una mulata, una mujer blanca de piel alabastrina, una negra de culo zumbón y tres indios pawnees con unos rabos dignos de elevarles un altar. Estamos fumando pipas de la paz y bebiendo vino de la tierra. Reímos. Nos gozamos. Sin putas fronteras. Sin putas identidades ¡Que les jodan!
Este aire mundano me sienta de maravilla.
Sólo quería abrazaros.

Miscelánea

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/09/2013 a las 11:29 | Comentarios {6}


Moras


La mujer que observó la tarde de septiembre y le escribió una canción, se detuvo días antes en el puente del lago Hoo-Shon cuando descubrió a dos hombres alrededor de un árbol. La pimera vez, cuando se dirigía al interior del bosque acompañada por su perra y los recuerdos de una voz que justo entonces acababa de dejar atrás (en el inicio del puente, cerca de un tilo, donde todavía la cercanía del bosque ni siquiera se podía imaginar), tan sólo los miró de paso porque la llamada del bosque era fuerte; había en su umbría la cualidad del silencio y en las aves diversas que lo poblaban la conjura de unas lenguas que, sin dudarlo, proclamaban ideas. La perra también ansiaba la espesura porque en ella se encontraría el tesoro que buscaba: un palo de madera de saúco, el protector de las almas de los niños, al que días antes había dejado semienterrado junto a una jara invadida de líquenes. Y así fue, la perra encontró el palo, la mujer escuchó la lengua de los pájaros, y lentamente se fueron perdiendo en la idealidad de la realidad y el ruido se fue acallando y tan sólo fueron pesadillas el martillo neumático, la rueda y el asfalto, el grito y la jauría humana, asoladora de ciudades.
Al llegar al lago Hoo-Shon, la mujer se sentó en la Piedra Negra y fumó; la perra bajó hasta sus aguas, dejó el palo a buen recaudo junto a las caderas de su amiga, y se dedicó a husmear los juncales. La mujer tuvo la visión de los dos hombres alrededor del árbol y se fijó (en la visión) en que ambos tenían arañazos y sangre en sus brazos y en sus piernas. Y con esa visión intuyó dos versos: Moras la tierra, baya roja, de sabor dulce/ atrapada entre ramas de espinos.
El sol estaba en lo alto. La perra tras el baño en las aguas, se había tumbado junto a ella y lamía el palo. La mujer sintió el deseo de volver. El bosque sesteaba. Cuando salieron vio de nuevo a los hombres alrededor del árbol. Los saludó y les preguntó qué hacían. Ellos le enseñaron una cesta repleta de moras y le ofrecieron llevarse las que quisiera para hacerse una mermelada. La mujer declinó el ofrecimiento arguyendo, como metáfora, el dolor que les habría causado recoger el fruto y uno de los hombres, sentencioso, le respondió: Ya sabe que el que algo quiere algo le cuesta. Ella sonrió. Se acercó a ellos, cogió una mora y se la llevó a la boca.

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/09/2013 a las 09:44 | Comentarios {0}


El último sol cayó sobre la copa del olmo y la copa del olmo pareció un mar esmeralda, vertical, eso sí, y como cascada.
El aire olió a higuera y ese perfume que evoca el amarse y la frescura, trajo consigo la figura sedente del príncipe Sidharta justo antes de renacerse en Budha. Hubo en un rincón una sombra que luchaba por ser luz.
Al subir la cuesta, el perfil del último sol, en encarnizada batalla carnal con la cima de la montaña, expandía con entusiasmo y rubor unos rayos en todo semejantes al abrazo del hombre a la mujer y la cima de la montaña, robusta, ctónica, parecía rugir, en gemidos, el placer de ese abrazo en su cuerpo y gritar, en ráfagas de viento, la victoria de su cuerpo engullendo la luz.
Al bajar la cuesta una anciana aspiró su cansancio y se quedó quieta, con los ojos cerrados y las manos trémulas. No quiso abandonarse. Y no lo hizo. Resuelta se cruzó con un chico y le sonrió de veras.
Luego fue el camino por la alameda, toda sombra ya y sin embargo aún inquieta por el flujo de los vientos (¿Céfiro y Aliso?) que jugaban a encontrarse en revueltas y entradas de garajes. La suave orografía de los montes a lo lejos describió todavía que era el día y entonces, al principio superficial, como veladura blanca en el azul, surgió la luna, misteriosa y redonda, cercana en su forma a la areola, lejana en su fondo a los hombres.
Todo era maravilla: los montes mostraron radiantes sus últimos tonos; las casas sonrieron sagaces a sus habitantes; la tierra calmó la ardiente tendencia al fuego de la piedra; y los pájaros, los pájaros salieron de caza en bandadas con trinos.
Era septiembre. 

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/09/2013 a las 10:47 | Comentarios {0}


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