Carta que me envía el enfermero del manicomio de Acra.
En el manicomio de Acra estaba internado Olmo Z.
Durante un tiempo soborné a este enfermero para que me enviara los textos que Olmo Z. escribía durante su internamiento.
Estimado señor Loigorri (escribe mal mi apellido o quizás su máquina de escribir no contenga la "y"):
Porque imagino que usted siente cierto amor por el loco Olmo Z. -al que aquí todos llamamos Expósito- me permito escribirle estas líneas para informarle de que el enfermo mental Expósito u Olmo Z. ha escapado del manicomio en la madrugada entre el 1 y el 2 de mayo del año de nuestro Señor de 2016.
También le informo de que el enfermo mental Expósito está herido. Su huída está marcada por un reguero de sangre; esta hemorragia quizá sea debida a los cortes que hubo de producirse al saltar el muro que rodea el edificio y cuya coronación está sembrada de cristales rotos.
Dada la voz de alarma, un grupo de vigilantes y servidor salimos en su persecución al rayar el alba; seguimos el rastro de su sangre hasta que de improviso, y para sorpresa nuestra, el rastro desapareció de golpe, en mitad del desierto, a unos siete kilómetros. Uno de los vigilantes, de la tribu Fula, y gran rastreador se mostró sorprendido por este hecho y lo achacó a dos posibilidades: una que alguien le esperara y lo trasladara en algún tipo de transporte curándole la hemorragia y borrando el rastro o -y por ésta se inclina el vigilante- que el Gran Espíritu del río Gambia, al oler la sangre, lo haya llevado consigo para convertirlo en alimento de su fauna.
Si diéramos con el cadáver de Olmo Z. o lo halláramos vivo me pondré en contacto con usted. También le rogaría que si usted tuviera noticias suyas tuviera a bien comunicármelo. Y por último, la ayuda que me enviaba me permitía dar de comer a los míos todos los días. Ójala pueda usted seguir enviándomela.
Su seguro servidor.
Porque imagino que usted siente cierto amor por el loco Olmo Z. -al que aquí todos llamamos Expósito- me permito escribirle estas líneas para informarle de que el enfermo mental Expósito u Olmo Z. ha escapado del manicomio en la madrugada entre el 1 y el 2 de mayo del año de nuestro Señor de 2016.
También le informo de que el enfermo mental Expósito está herido. Su huída está marcada por un reguero de sangre; esta hemorragia quizá sea debida a los cortes que hubo de producirse al saltar el muro que rodea el edificio y cuya coronación está sembrada de cristales rotos.
Dada la voz de alarma, un grupo de vigilantes y servidor salimos en su persecución al rayar el alba; seguimos el rastro de su sangre hasta que de improviso, y para sorpresa nuestra, el rastro desapareció de golpe, en mitad del desierto, a unos siete kilómetros. Uno de los vigilantes, de la tribu Fula, y gran rastreador se mostró sorprendido por este hecho y lo achacó a dos posibilidades: una que alguien le esperara y lo trasladara en algún tipo de transporte curándole la hemorragia y borrando el rastro o -y por ésta se inclina el vigilante- que el Gran Espíritu del río Gambia, al oler la sangre, lo haya llevado consigo para convertirlo en alimento de su fauna.
Si diéramos con el cadáver de Olmo Z. o lo halláramos vivo me pondré en contacto con usted. También le rogaría que si usted tuviera noticias suyas tuviera a bien comunicármelo. Y por último, la ayuda que me enviaba me permitía dar de comer a los míos todos los días. Ójala pueda usted seguir enviándomela.
Su seguro servidor.
F.A.
Expresa la línea el territorio (que delimita, que se estira o que divide sin posibilidad de brazos)
Quizá calentar cabeza y mano
Mayo se alterna con la faz temible de la Erinia (podría enlazar un verso y el destierro)
¿Cómo se expresa en línea la decisión equivocada? (equivocada con respecto a lo usual. No hay ensayo. Más bien la melancolía del esfuerzo. Ráfagas como rayos. Poco más)
Debería envolverme en alguna plegaria. Sugerir la limpieza. Quitar de moho (suponer moho como endeblez del espíritu [esa idea del azar Tycké griega-clásica]). Juncal mi espíritu por no darle materialidad a esto que me consume sin llama y me quema sin fuego.
Devolveré mi podrida calavera al estercolero mundo vacía de cerebro, puro hueso, tosquedad pura para no enredarme más y sugerirme en plena descomposición una teoría que alivie este páramo que sueña prados.
¿Al elevar la mano?
¿Al descubrir la mancha?
¿Al escanciar la última gota de lluvia dorada?
Es definitivo asomarse al abismo (si quieres agárrame y cuando te lo pida déjame caer. Verás el descenso. El hondo suelo. Verás el reptil sobre la roca. El sapo hermoso con su disfraz de azul. Hécate se mostrará entera [no duermas entre sus cuernos]). La aurora teñirá con sus dedos rojos la esfera y me verás mantener en el descenso los ojos abiertos fijos en el manto adornado de explosiones.
Me voy a mí.
Dice un proverbio de pueblo que habita las alturas: La montaña siempre está más lejos.
Texto de Olmo Z. escrito hace dos días en el manicomio de Acra.
Agradezco al enfermero al que soborno generosamente que me haga llegar estos textos.
El semen sabe a sal
La flor acribilla
Náusea en la estratosfera
Si pudiera volvería mudas las arenas
Mata el amor
Porque es volcán mata
Porque raya en la locura mata
Porque recuerda a la Idea mata
El flujo sabe a ostra
y nadie se ampara en el hueco del bonzo en el árbol
Volverá el alacrán a su danza
Nacerá la huella en su piel
La peste se llenará de lombrices
El amor mata
El amor es un asesino, un vulgar y mediocre asesino de seres libres
No te dejes amar
No te dejes encadenar
Vomito calor por la boca
Me duele la quinta vértebra
Quisiera escalar por una ciudad de Nepalm
o vivir en la ciudad más honda de Siberia
¡Archipiélago Gulag! ¡Archipiélago Gulag!
El amor es un invento de los funcionarios de la Roma Imperial
Las mujeres con sangre latina son putamente dignas de amar
Huyo de las mujeres con sangre latina
Huyo aún más de las mujeres con sangre etrusca
Y me reviento los ojos si sé que desciende de una estirpe de las tierras de Ausonia
El cielo me abrasa
El musgo me escupe gargajos viscosos
La ciénaga se oculta
La noche se ha hecho demasiado larga
Ven, osa
Ven, liebre
Ven, musaraña
Ven, putrílago
Ven, légamo
Neutrino huye
Quark huye
Valencia huye
Protón huye
Bosón de Higgs huye, huye, huye
No hay canción comparable a unas tetas caídas
No hay caricia que soporte unos cojones canosos
La tormenta del desierto anima a la walquiria
y hay un puerto inseguro a punto de acogerte
Reina de las sodomitas
Emperador de los íncubos
Marica de uñas pintadas y rouge rosa pálido
Cardenal ilustrísima de la Puta Mierda
No voy a soñar la tarde
Tendré pesadillas
que amo
que he dejado de ser libre
que me obsesiono con unos ojos
que suspiro por un talle
que elaboro una metáfora
que sugiero un mañana entre sábanas
¿Qué son? ¿Qué son las sábanas?
Amar mata
El amor es el Herodes de los inocentes
El amor es un volcán que abre un cráter en nuestros ombligos
por donde la sangre huye de nosotros
y la debilidad se incrusta en nuestros huesos
hasta quebrarlos, hasta obligarnos a reptar, a reptar
¡Oh, Leteo!
¡Oh, Estigia!
¡Oh, barquero!
La flor acribilla
Náusea en la estratosfera
Si pudiera volvería mudas las arenas
Mata el amor
Porque es volcán mata
Porque raya en la locura mata
Porque recuerda a la Idea mata
El flujo sabe a ostra
y nadie se ampara en el hueco del bonzo en el árbol
Volverá el alacrán a su danza
Nacerá la huella en su piel
La peste se llenará de lombrices
El amor mata
El amor es un asesino, un vulgar y mediocre asesino de seres libres
No te dejes amar
No te dejes encadenar
Vomito calor por la boca
Me duele la quinta vértebra
Quisiera escalar por una ciudad de Nepalm
o vivir en la ciudad más honda de Siberia
¡Archipiélago Gulag! ¡Archipiélago Gulag!
El amor es un invento de los funcionarios de la Roma Imperial
Las mujeres con sangre latina son putamente dignas de amar
Huyo de las mujeres con sangre latina
Huyo aún más de las mujeres con sangre etrusca
Y me reviento los ojos si sé que desciende de una estirpe de las tierras de Ausonia
El cielo me abrasa
El musgo me escupe gargajos viscosos
La ciénaga se oculta
La noche se ha hecho demasiado larga
Ven, osa
Ven, liebre
Ven, musaraña
Ven, putrílago
Ven, légamo
Neutrino huye
Quark huye
Valencia huye
Protón huye
Bosón de Higgs huye, huye, huye
No hay canción comparable a unas tetas caídas
No hay caricia que soporte unos cojones canosos
La tormenta del desierto anima a la walquiria
y hay un puerto inseguro a punto de acogerte
Reina de las sodomitas
Emperador de los íncubos
Marica de uñas pintadas y rouge rosa pálido
Cardenal ilustrísima de la Puta Mierda
No voy a soñar la tarde
Tendré pesadillas
que amo
que he dejado de ser libre
que me obsesiono con unos ojos
que suspiro por un talle
que elaboro una metáfora
que sugiero un mañana entre sábanas
¿Qué son? ¿Qué son las sábanas?
Amar mata
El amor es el Herodes de los inocentes
El amor es un volcán que abre un cráter en nuestros ombligos
por donde la sangre huye de nosotros
y la debilidad se incrusta en nuestros huesos
hasta quebrarlos, hasta obligarnos a reptar, a reptar
¡Oh, Leteo!
¡Oh, Estigia!
¡Oh, barquero!
Fue al final del camino, donde da la vuelta el aire. Llovía y la lluvia y el color del mundo presagiaban una emoción intensa. Bajó el último trecho donde las raíces de un árbol, casi a ras de tierra, servían de escalón y al bajar, al acercarse al regato, nacido del deshielo y de abril, olió el mundo como se huele alguna vez. Se quedó quieto. Cerró los ojos y vio los pájaros que andaban escondidos en los árboles, sintió el roce de sus alas, sus patas en los nidos, el gusano en sus picos; vio el agua fluyendo, siempre el agua fluyendo hacia el lugar que en nada le incumbe y creyó vislumbrar entre su densidad una vida fértil como el vientre de la mujer en primavera. Estaba quieto. Sus brazos caían sin tensión. Sus manos sentían la lluvia y cierto frío semejante a la nube que todo lo cubría provocaba en él la tensión propia del final. No le hubiera importado morir. Quizá por eso empezó a llorar sin el esfuerzo del desahogo sino con la calma de la respiración del mundo. Cuando el mundo respira solo. Cuando nada ni nadie le obliga a jadear. No había comunión entre él y la naturaleza porque ambos, por fin, eran lo mismo y ese ser lo mismo provocaba una emoción sin nombre, una emoción que sólo el corazón sabe descifrar y acatar sin tiempo, sin articulación, sin devenir. De ese estado surgió la idea de haber comprendido algo. En su mente la imaginación le abrió su niñez y se miró en sus ojos de niño y supo entonces que antes, alguna vez, había sentido lo mismo. Supo que ese estado lo había vivido cuando en la alta infancia jugaba sentado en una silla con el celofán de un caramelo. Los sonidos del celofán eran entonces los que le hacían uno con la naturaleza. No había juicio. No había valoración. Tan sólo había sonido de caramelo.
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Narrativa
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/05/2016 a las 16:27 | {0}