Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
La lengua perfecta

Constatemos, eso, sí señor, constatemos; constatemos abiertamente, constatemos con la fuerza de una gravedad menor (energéticamente). Constatemos pues la inexcusable esencia del ser occidental a sentirse culpable. Culpa. ¡Oh, culpa, chúpame la polla! ¡Hazme una buena succión y a ver si así mi leche blanca te alivia esa sobrecarga que llevas como si fueras calva! Constatemos. Hagamos hincapié. No sometamos a veredicto. No esperemos a las mayorías que son siempre cerriles aunque por supuesto respetables en su esencia de oveja. No seamos injustos. No seamos vengativos. Ni esperemos de la Historia una sentencia favorable. La culpa, la culpa, la culpa, la culpa, ¡uhuhuhuhuhuhuhuhuhuhuhu! Bonita Idea (platónicamente hablando. Quiero decir que al igual que hay una quintaesencia de mesa que es LA MESA también habrá LA CULPA, LA CULPA, LA CULPA. Trío. Trinidad. Hebreo. Judío. Cristiano. ¡Qué estrecha es realmente la Tradición Bíblica! Ya lo hemos dicho. Dicho está) esa de la Torre Babel. Que si una torre que llegara hasta el Cielo (Heaven) era una osadía y así Yahvé (o Eloí) dijo (porque en el principio fue el Verbo. Y así nos va) embobado de sí  (menudo complejo de inferioridad. Siento adelantarme algunos miles de años al tachar de acomplejado a Yahvé. ¿Hubieran surgido en Freud sus teorías si no hubiera vivido en la Época Victoriana? En fin, anacronismos): Os he de confundir las lenguas y así no os entenderéis y no podréis construir la puta torre (esto en verdad son licencias que me tomo con la literaridad de las Escrituras que aunque más violentas son menos obscenas). De donde resulta que la diversidad de lenguas viene dada por un nuevo castigo divino. Y entonces el hombre occidental busca la expiación y decide encontrar la lengua perfecta, la que nos reconcilie con Dios (ya es Dios) y entonces constatemos, eso, constatemos la pansemiótica cabalística, la lengua perfecta de Dante, el Ars Magna de Ramón Llull, la concordia universal en Nicolás de Cusa, Los Hieroglyphica de Horapolo, Kircher, la lengua mágica de Dee, Bacon, Comenius, Descartes y Mersenne, John Wilkins, la característica y el cálculo, el problema de los primitivos, el pesamiento ciego, Leibniz, la traducción. Constatemos. Constatemos. Y hagamos una pregunta. Lancemos esta pregunta: ¿por qué es perfección la unidad de la lengua e imperfección la diversidad? ¡Puto Platón!

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/07/2013 a las 17:02 | Comentarios {1}


Si al principio fue el entrechocar de unas piedras...
La estalactita y su eco en la cueva...
Si fue el primer gruñido, la leve sonoridad de la ronquera...
Si es la composición para terceto de lluvia, hierba y tierra...
O la sabia combinación de ola y mar...
No sé si fue el pelo y el viento
quienes indicaron al constructor la esencia del arpa...
o si quédamente, en el preciso momento en el que los animales nocturnos se retiran y los diurnos aún no se han desperezado,
el oído de una muchacha creyó intuir en el rocío sobre el musgo una canción...
Las montañas nos dijeron tantas cosas...
el alud generador de los rezos, la cima y su insolencia calva como el sonido del gong, los salientes afilados, las laderas...
Y los ríos...
Y los ríos...

Ensayo

Tags : Sobre la música Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/07/2013 a las 23:46 | Comentarios {0}


Chesterton citado por Borges en el texto El idioma analítico de John Wilkins. Otras Inquisiciones 1952


Esperanzas y utopías aparte, acaso lo más lúcido que sobre el lenguaje se ha escrito son estas palabras de Chesterton: "El hombre sabe que hay en el alma tintes más deconcertantes, más innumerables y más anónimos que los colores de una selva otoñal... cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y de chillidos. Cree que del interior de una bolsita salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo" (G. F. Watts, pag. 88, 1904).

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/07/2013 a las 11:06 | Comentarios {1}


Nelson Mandela
El ADN que corría por las praderas hace dos millones de años era el de Nelson Mandela.
La savia del hombre que crece
La savia del hombre que quiere existir
Corriendo, corriendo, corriendo entre las rejas de Robben Island
y diciendose cada día: Las praderas están ahí afuera,
yo vengo de las praderas de Kenya y de las praderas de Escocia y de las praderas de Asturias y de las praderas de Kentucky y de las praderas de Sudáfrica
e iré a esas mismas praderas porque desde siempre, en cualquier circunstancia, con otros hombres salvajes,
con otras inquisiciones y otros métodos de tortura y sometimiento, he existido.
Una veces me llamé Espartaco, otras Sócrates, en una ocasión me dijeron Miguel Servet y también Galileo y otra Águila sobre la montaña y también Juana de Arco e Hypatia
pero siempre, siempre fui Nelson Mandela
y cuando ya no sea Nelson Mandela y descanse por fin en las praderas de la Nada, en la dulce nada/muerte, en la más pura ignorancia de haber sido, seguirá habitando en este planeta injusto y brutal y miserable y conflictivo y codicioso y negativo, el ADN de Nelson Mandela y volverá a luchar y volverá a estar prisionero veintisiete años de su vida, de su única, preciosa, irrepetible vida y mirará a través de las rejas de su Robben Island particular las praderas por las que lleva dos millones de años corriendo
y sentirá el aire del mar en sus pulmones
y sentirá la caricia de sus hijos
y sentirá la sonrisa emocionada del amigo
y el clamor general por sus hazañas que no son otras que haber sido un hombre en un planeta donde hay tan pocos hombres.
Adiós Nelson Mandela, nacido el 18 de julio de 1918 en Mvezo, perteneciente al clan Madiba de la etnia xhosa,
Hola Nelson Mandela que apenas acabas de exhalar tu primer llanto y agarras con desespero el pezón de tu madre, tú, que llevas dos millones de años corriendo por las praderas del mundo; hola, Nelson Mandela, hombre entre los hombres, ADN vigoroso, ADN libre, ADN hermoso, bienvenido seas.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/06/2013 a las 17:42 | Comentarios {1}


No sé qué me hizo interesarme especialmente por la palabra botarga y por la posible derivación de abotargado de la primera.
Esto es lo que he descubierto (insisto en que sin motivo ninguno, en apariencia, para este afán. Al mismo tiempo he navegado por la concepción budista tibetana del regreso a la Tierra y he sentido una gran satisfacción -o una suerte de Iluminación- cuando he conseguido unir conceptualmente toda la información que iba recibiendo. Como si el velo de Maya (lo fenoménico) se hubiera descorrido un poco.

Las acepciones modernas las tomo del Diccionario del Español Actual de Seco, Andrés y Ramos

En su moderna acepción abotargado se define como: Embotado, entorpecido y también hincharse [una persona  su cara o una parte de ésta]. Se utiliza frecuentemente en participio y como ejemplos para la feliz comprensión de las definiciones se puede leer: 1) García Hortelano de Amistades : Había dormido desde la comida. Una laxitud le abotargaba los músculos. Y para la segunda definición 2) Palomino de su obra Torremolinos: Con la ayuda de media docena de cremas refrescantes y revitalizadoras, el rostro abotargado y soñoliento de Paquita recuperará la chispa vital.

De botarga nos indica lo siguiente: A f 1 (reg.) Vestido ridículo de varios colores propio de un personaje típico de mojigangas y fiestas populares. Tb. el mismo personaje. | NAl 18.1.91, 15: La villa campiñesa de Valdenuño Fernández celebró... su fiesta anual en honor del Niño Perdido, que... cuenta puntualmente con el estrellazgo de la botarga y del grupo de danzantes.
2 (raro) Cierta clase de embuchado. | Cela Rosa: En mi alimentación de entonces estaban desterrados por decreto los gozos y los gustos del chorizo y de la salchicha [...] del obispillo y de la sobrasada, de la botarga.
B m. (reg.) 3 Hombre vestido con la botarga [1]. | Cela Alcarria, 14: El tío Hermenegildo que empezó de botarga en Beleña y talla las máscaras en madera de nogal.
4 Individuo que baila delante de los danzantes en las fiestas populares. | DPa 13.6.88: Lo danzantes  son ocho más el botarga o birria que los dirige.

Ante las definiciones de ambos términos me dije (no sé por qué seguía lucubrando con ambos términos, qué extraña imantación sentía por ellos) que no había analogía posible entre el estado de torpeza del a-botarg(a)-ado o de hinchazón de la cara con el vestido ridículo  de varios colores o con el que lo viste -a no ser, y me parecía una relación cogida por los pelos, que la hinchazón o la torpeza fueran tenidos por ridículos como un vestido de colores vivos  que sólo se ve en fiestas populares-.
Sí me pareció que pudiera tener mayor relación con el embutido pero me resultó muy extraño que la derivación a adjetivo viniera de la acepción rara en el sentido de poco usual de botarga.

Así es que decidí rastrear el término acudiendo al diccionario de Covarrubias (1611), al diccionario de Autoridades (1726) y decidí -sin saber si era yo quien tomaba la decisión o cierta sakti consejera- acudir en instancia última al diccionario etimológico de Corominas  (1991).

Covarrubias: Botarga: Latine botulus; cierta especie de longaniza, fit enim botulus ex suilla carne, in farctis intestinis, dcitus a bolis, id est, frustulis, carnis quibus est inbetus. [Vse. Zaharrón].

Fuime a mirar Zaharrón: Çaharrón. El momarrache o botarga, que en tiempo de carnaval sale con mal talle y mala figura, haciendo ademanes algunas veces de espantarse de los que se topa, y otras de espantarlos. Alguno dicen su nombre arábigo de çahal, que vale mendigo, por ir estos en hábitos muy viles; otros que está corrompido de zamarrón porque suelen llevar unos zamarros con unas corcovas, para dar que reír a la gente. Pero sin duda es arábigo, de las raíces dichas verbo çareheño, del verbo çahar, o del verbo çahhal que vale tener miedo o ponerse [sic: ponerle], recatarse, etc.
El término abotargarse este diccionario aún no lo contempla.

Diccionario de Autoridades ataca la botarga con las siguientes acepciones.
Botarga: f. s. Una parte del traje que se trahía antiguamente, que cubría el muslo y la pierna, y era ancha. Pudo decirse cuasi Bota Larga, por ser toda de una pieza, que empezaba en la cintura, y llegaba hasta el tobillo.  Lat. Substrictum ad nates fubligar Hispaniense. Quev. Mus. 6. Romanc. 17: Andaba entonces el Cid/ mas galan que Gerineldos,/ con botarga coloráda,/ en figúra de pimiento.

Botarga: Vulgarmente se llama oy un vestido ridículo, que sirve de disfráz, y es todo de una pieza, que se mete por las piernas, y despues entran los brazos, y se abotóna con unos botónes gordos. Está hecho de vários colóres casados en contrário, para causar risa à los circunstantes. Lat. Persona, Larva, ae.

Botarga: Se llama tambien el sugéto que lleva este vestído en las mogigangas y entremeses, que se hacen en los theatros, para la diversión común. Lat. Parsonatus. Larvatus. Pant. part. 2. Rom. 18. Y estos justillos de vello/ con que naciste botarga,/ y en que tu fregona musa,/ sino se goza, se rasca.

Botarga: En Aragón llaman también à la figúra que se compone  de un pellejo u ódre, vestido de soldado, y con una carátula, y sirve de gracéjo en las fiestas de toros, que comunmente se dice Dominguillo de toros.

Botarga: Relléno de carne de puerco, partida en pedacitos à modo de longaniza. Trahe esta voz Covarrubias y quiere que sea del Bolus Griego, que significa pedazo. Lat. Botulus, Botellus, i. Rebolled. Ocios, fol. 195. Especie de salchichó o botarga pero mucho más apetitosa y regalada.

En cuanto al término abotargado, el Diccionario de Autoridades no lo recoge pero sí recoge ya el término abotagado y abotagarse sin la (-r-).
Quiere este diccionario que abotagarse venga a ser: v. r. Lo mismo que hincharse: efecto que suele causar el beber mucho. Es voz compuesta de la partícula A y del nombre Bota, por lo que ésta se hincha, ò con el aire, ò otra cosa que la introducen. Lat. Intuméscere in modum utris, inflari, distendi.

No me resultó suficiente como es natural detenerme ahí. ¿Qué había pasado con la -r-? ¿Cuándo se la había añadido? ¿Y por qué? Pero ¿Quién era yo para  poner en duda la etimología de los sabios autores del siglo XVIII?
Así es que en la búsqueda de respuestas a una pregunta del todo punto inútil: ¿Viene abotargado de botarga?, recurrí al Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de Coromimas y Pascual y encontré lo que sigue.

Botarga: 'personaje de las compañías italianas de comedia, con vestido ajustado al cuerpo y calzas rojas largas', 'calzón ancho y largo como el del botarga', tomado del nombre de Stefanello Bottarga, actor italiano que se vestía de este modo; era propiamente apodo, tomado del ita. bottarga 'especie de caviar', el cual proviene del árabe butarih y éste del copto πιταριχον relacionado con el griego τάριχος,  -ους, 'salazón': carne o pescado salados'. 1º documento: h. 1580-90.
Un personaje "vestido de botarga" aparece ya en la comedia de Lope El verdadero amante, que el autor declara haber escrito a los doce años, afirmación probablemente exagerada, por lo menos en cuanto al texto definitivo que conocemos de esta comedia; con todo es de creer que éste no sea muy posterior a 1580; en todo caso se habla de "un gran tropel de ganasas y botargas" en una descripción de fiesta fechada en 1592, y en otra fiesta de 1599 salió el propio Lope de Vega vestido de botarga, "ábito italiano que hera todo de colorado", agregándose luego que esta "máscara de Estephanello Botarga" "representava el Carnal". Desde entonces las menciones de botargas en fiestas y representaciones son frecuentísimas en todo el primer tercio del siglo XVII; desde 1600 aparece luego el vocablo aplicado, a veces como masculino, otras como femenino, a una pieza de vestir típica, que en general será el calzón ancho, largo y colorado. El primer lexicógrafo que recoge el término es Covarrubias, quien afirma es "una especia de longaniza" de carne de cerdo; de Covarrubias toman el vocablo Oudin, en su ed. de 1616 (en la de 1607 está solo boutargues, "huevas de pescado en adobo", como voz francesa), Minsheu, Aut., la Acad. y otros, mientras que en una nomencaltura de 1629, y aún en las ediciones del propio Oudin, desde 1645, sólo se registra el cast. botarga en la ac. internacional de "huevas de pescado", 'caviar'; de suerte que es natural sospechar la falsedad de la definición 'longaniza', teniendo en cuenta la facilidad con que este lexicógrafo suele forjar acepciones supuestas, con miras a sus etimologías (en este caso pìensa en el lat. botulus 'intestino, embutido') y de hecho no se ha citado otra prueba de la existencia de esta acepción que un pasaje de un libro del Conde Rebolledo, publicado en 1660; no es prueba inequívoca (pues al fin podría tratarse todavía del caviar) y la fecha tan tardía comprueba el carácter secundario de esta acepción, indudablemente debida a una contaminación del verbo embutir y su familia, contaminación que pudo producirse en la mente del pueblo o sólo en la de los lexicógrafos. Sea de ello lo que quiera, en España el vocablo fue apenas conocido como nombre de manjar, sea embutido sea caviar, y sólo es frecuente en la literatura clásica como nombre de un personaje de mojiganga o bien de una prenda de vestir, y esto mismo sigue vigente en el folclore de Guadalajara, etc.; detalles acerca del disfraz alcarreño llamado botarga, en RDTP IX. 467-92 (y passim en otros pasajes y tomos de esta revista). En cambio los demás idiomas europeos conocen el vocablo sólo en el sentido de caviar: ingl. botargo [1598], fr. boutargue [1534; con referencia a Marsella, fin s. XVIII], oc. boutargo, it. bottarga (buttagra ya en un Canto Carnacialesco, quizá del siglo XV).
La fuente inmediata debió de ser el árabe, donde el singular es bat raha [ya en Almacarí m. en 1631, y en un cuento egipcio de Las Mil y Una noches, SS. XIV-XV, Steiger, VRom. X. 47-48] y el plural se vocaliza variamente batarih o bitarih (probablemente también butarih, comp. Βοταριχου en una glosa en caracteres griegos: Dozzy, Suppl. I, 94); desde Alejandría u otro puerto de Levante entraría en Europa, quizá tanto por Marsella como por Italia; de todos modos parece claro que el castellano lo importó de este país. Este copto parece haber sufrido la aglutinación del artículo p- de este idioma; el griego τάριχος se halla desde Herodoto; para el origen definitivo, quizás armenio, vid. Lagarde, Göttinger Nachrichten 1886, 131-5, y Armenische Studien. La historia de la palabra castellana fue averiguada por la Prof. Matilde Goulard, en Melanges Karl Michaëlson (1952), pp. 198-216, donde quedan más detalles y documentación; para testimonios documetales del personaje Bottarga en Italia, V. p. 205; para apodos semejantes (Mortadella, Francatrippa, etc.) y para la actuación de la compañía de Bottarga en España, ya en 1583, V. p. 207.

Hasta aquí la información sobre botarga en el Corominas. Ninguna referencia bajo esta acepción a abotargado como derivado. Así es que, con cierto temblor, decidí ver la entrada -si venía- de abotargado.
Este fue el hallazgo:
Abotagarse, abotargarse, V. buétago

¿Qué era buétago? ¿Cómo que buétago? Fui.

Buétago, ant. santand., 'bofe, pulmón', origen incierto, quizá de una raíz romance BOTT- 'hinchazón', 'ojeto redondeado', de creación expresiva. [...] Derivados: Abotagarse 'inflarse' [princ. siglo XVIII], con variante abutagarse (en Quevedo y en Sorapán, y hoy en Bogotá: Cuervo, Ap., 794); la otra variante abotargarse que falta aún en Aut.y sólo aparece hacia 1750 es debida al influjo de BOTARGA por etimología popular.

Y aquí está, en buétago, la relación ajena entre botarga y abotargado, una simple cuestión de afecto popular y siento que el velo de Maya es esto, exactamente esto y que el mundo es un gran, descomunal botarga de mil colores que nos abotarga el entendimiento y nos impide huir de los fenómenos.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/06/2013 a las 13:18 | Comentarios {0}


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