Es el viento quien susurra en lo alto de la montaña los rezos que
agradan a los dioses
¡que eres bello! ¡ay, que lo eres!
¡Mira! la piedra
ha rodado hasta el fondo del mar
No vuelvas
Nunca
No vuelvas
Siempre
Me quedaré a tu lado
Bramaré como una bestia a la que le acaban de abrir de parte a parte
Mira que vuelvo
No vuelvas. Ya no. Ya atente.
Frio como la muerte
Atento como la espada
Deja. Ya no importa. No miro más allá
porque se diluye
y amaba los límites
como quien ama las riberas
¡No, no vuelvas!
No vueles no ames no esperes no llagues no atravieses no contengas no aflores no permanezcas no aligeres no estremezcas
ni pidas las llaves del reino que surge en la noche que en marzo mayea vestida de tul
¡Cómo duele la espada!
Y crujen los huesos
desespera el nuncio
se amilana el can
Estuve allí. En algún momento sentí la dicha de percibir. Es una emoción intensa. Sabe a sal. Estuve allí y vi el atardecer mientras olía la mar a espera, a constante vaivén de una idea. ¡Vaya si estuve! Ahora ha vuelto a girarse el aire y se ha burlado de mí, de mi sorpresa, del tropiezo. ¿Qué es el sur?
A veces es la extrañeza extrema, ésa que nos deja con la boca entreabierta, absortos en una imagen mental que se ve mejor si inclinamos y ladeamos un poco el cuello hacia su lado natural; a veces es una ternura cuyo límite sería el miedo o cualquier otro tipo de parálisis; a veces es congoja; otras...
¿Sólo gimnasia? Entonces ¿el fracaso existe? ¿quedamos en eso? ¿Y Homero? ¿La labor ha sido vencida? ¿No podría ser una elección que no ha sido programada por la mente sino por un afán que estaba ahí, una miasma con alma si quieres, que se hubiera introducido en el organismo al inhalar el aire de un salón en otoño a través de cuyas paredes de cristal se puede ver un jardín de arces en plena decadencia del color en sus hojas? Una elección del alma cósmica digo, una elección arbitraria e inconsciente.
A punto de saltar la trascendencia estuve. No me rompí del todo tan sólo me quedé quebrado.
¿Recuerdas que estuvimos juntos en el sur? Los dos sabíamos lo que era el sur. Si decíamos sur entendíamos lo mismo. Encajábamos el sur en su contexto con la naturalidad propia de los naturales de una lengua. También tus ojos. También nuestras miradas, esa lengua también la compartíamos. ¿Recuerdas aquellos días de julio en el suroeste? Las tardes. Los juegos. La risa. El cansancio. Cierto tedio. ¿Fue allí el principio? ¿Recuerdas que estuvimos juntos en el sur?
...blanca [...] no quisimos seguir sus pasos nos calentamos solos en la llanura nos quedamos móviles como si fuéramos elementos de una escultura de Calder sujetos a la física clásica sin sentir el vacío nosotros tan llenos de él [...] azul [...] habíamos dejado de escribir de sexo como si éste se hubiera ensanchado en su tabú y las personas siempre temerosas del qué dirán nos refugiáramos en nuestros conceptos y los ocultáramos a los demás porque su publicidad supondría la purga [...] amarillo [...] no éramos alegres aquella tarde la silueta de un enfermo había aparecido en una de las ventanas del ático su gesto nos conmovió sus manos arañando el cristal nos produjo grima algunas gritamos otros recorrimos sin aliento los últimos cincuenta metros muchos y alguna esperaron la llegada de una mano que pudiera significar fraternidad [...] verde [...] ¡la noche! ¡la espada! ¡el alba! [...] rojo [...] la rosa se había quedado en sépalos no podríamos saber su color la angustia se reflejaba en nuestros ojos como se refleja la última luz del día en nuestras pupilas una niña rio un río sonó y las calaveras vueltas hacia nosotros se quedaron huecas como si el mundo todo se hubiera convertido en aspa que gira infinita por una soledad sin mácula [...] negra [...] la nube baja hasta nuestros huesos y crea en nos la estela los sauces y la corriente que nos lleva
Narrativa
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/02/2024 a las 18:18 | {0}Me quedaré [...] ha sido al volver, no han sido los ojos de las personas fijos en mi boca ni la ligera mueca de disgusto de una mujer vieja que escuchaba sentada el sarcasmo contra un obispo muerto hace más de cien años [...] ha sido al volver, las nubes de evolución, las crestas de una sierra, el granito que brillaba o que parecía brillar [...] no ha sido sentir cierta gratitud, no ha sido tener la certeza de haber hecho el bien, ni seguir viviendo junto al animal querido, ni deambular por la casa, por su jardín, por la maraña de esta existencia que se va quedando vacía de contenido [...] tierra estéril en otro tiempo fértil gracias al abono (mierda que da la vida) [...] una empieza a morir cuando los demás le dejan de echar mierda y cuando una misma -yo misma- se deja de cagar encima [...] tierra estéril, faro que no avisa de ningún escollo [...] ¿Dónde está el océano? ¿Dónde están esas olas que iba a cabalgar hasta quedar exhausta? ¿Dónde está la arena caliente bajo la cual hundir los pies una mañana de mayo? ¿Dónde está el sendero que me conducía hasta el corazón del bosque y allí esperaba la llegada del Amado, aquel que deja tras de sí un no sé qué que queda balbuciendo [...] ha sido al volver, sí, ha sido al volver, seguro que más tarde querré despertar.
Teatro
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/02/2024 a las 19:46 | {0}¿Sería posible el concepto de la mecánica cuántica sin el idealismo kantiano? ¿No es la física cuántica metafísica de la física clásica? ¿Se superponen al mismo tiempo lo científico y lo filosófico (entendiendo estas dos disciplinas como conceptos tan opuestos como gato vivo/gato muerto de Schrödinger) en la física de los quantos? […] ¡Juego de la imaginación y del lenguaje en esta tarde de enero cuando la ola de calor ha llenado el aire de impurezas y se respira con la dificultad propia de los apocalipsis […] ¿es posible que el concepto femme fatale –creado por los europeos a lo largo del siglo XIX- haya devenido en el actual homme fatal? Atención a esa creación -sígase a Mario Praz en su interesante, frío y meticuloso ensayo titulado La carne, la muerte y el diablo en la literatura romántica, editado en España por la editorial, deliciosa, Acantilado-. La femme fatale destruye a los hombres tras someterlos sexualmente. L’homme fatal destruye a las mujeres tras someterlas sexualmente. L’homme fatal actual además ya no es brutal en sus acciones, pura fuerza física, sino que se ayuda de estrategias propias de la femme fatale del XIX: los tósigos, la manipulación mental, el control, el manejo del tempo de la relación […] ¡cuánto la echas de menos! ¿Verdad que hay veces en que se repite una situación que viviste con ella y de inmediato te entra una congoja que fluye, mansa, hacia la pena al sentir su ausencia; una misma situación con su ausencia por su presencia (mecánica cuántica de lo ínfimo de nuestras emociones, ley de la superposición, contra intuitiva) […] se deshace enero, polvo de estrellas, ya se ve en el horizonte de las mediciones humanas al mes de febrero, ese mes extraño, la excepción. […] Callarás […] iras […]
Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/01/2024 a las 18:55 | {0}
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Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/02/2024 a las 19:06 | {0}