En esta noche fría de mayo,
tras una serie que produce de mí tristeza
quiero confesarte, amigo: lo tengo.
No hay en este poema un afán de poesía
como en el silencio no anida la virtud de ser callado,
sencillamente lo es.
Porque quisiera estar ahora en otra parte,
sé que lo tengo;
porque el aire se agudiza en los pulmones,
sé que lo tengo;
porque quisiera la mirada, el abrazo, la calma
sé que lo tengo.
Hay en este poema un sortilegio contra él.
La noche avanza y me pregunto
¿por qué lo aireo de esta forma?
Hay en este poema la maduración
de la espera, la glotonería, la queja,
la ausencia, mi padre muerto, la mano.
Porque no sé desde hace tiempo,
sé que lo tengo;
porque las nubes tan sólo cubren el cielo,
sé que lo tengo;
porque busco una frase cada día,
sé que lo tengo.
tras una serie que produce de mí tristeza
quiero confesarte, amigo: lo tengo.
No hay en este poema un afán de poesía
como en el silencio no anida la virtud de ser callado,
sencillamente lo es.
Porque quisiera estar ahora en otra parte,
sé que lo tengo;
porque el aire se agudiza en los pulmones,
sé que lo tengo;
porque quisiera la mirada, el abrazo, la calma
sé que lo tengo.
Hay en este poema un sortilegio contra él.
La noche avanza y me pregunto
¿por qué lo aireo de esta forma?
Hay en este poema la maduración
de la espera, la glotonería, la queja,
la ausencia, mi padre muerto, la mano.
Porque no sé desde hace tiempo,
sé que lo tengo;
porque las nubes tan sólo cubren el cielo,
sé que lo tengo;
porque busco una frase cada día,
sé que lo tengo.
Redes. Diccionario combinatorio del español contemporáneo. Dirigido por Ignacio Bosque. Editado por SM, 2004.
destino ◆ aciago, azaroso, caprichoso, ciego, cruel, desolador, fatal, fatídico, fausto, forzoso, frustrado, fulminante, funesto, halagüeño, honroso, humano, implacable, imponderable, impredecible, imprevisible, incierto, ineludible, inevitable, inexorable, infausto, inmediato, inminente, irrenunciable, negro, obligado, providencial, trágico ◆ al borde (de) ◆ fuerza (de), golpe (de), ironía (de) ◆ abandonar(se) (a), acatar, aceptar, adivinar, afrontar, alcanzar, anular, anunciar, aprobar, asumir, atisbar, augurar, burlar, buscar, cerrar los ojos (ante), confirmar, conocer, cumplir, dar, deparar, desafiar, desentenderse (de), desviar(se) (de), detener, dilucidar, dirigir, elegir, encarrilar, enderezar, escapar (a), esclarecer(se), evitar, exigir, forzar, frenar, impedir, justificar, labrar, lamentar, ligar, llegar (a), llevar sobre {los hombros/las espaldas/la conciencia}, luchar (contra), marcar, nublar(se), organizar, pactar, pedir, perseguir, prever, ratificar, rebelarse (contra), recomendar, regir, resignarse (a), revocar, sentenciar, solicitar, sonreír, sugerir, tener, vislumbrar.
Ejemplos que ensueño:
Aciago destino, te miraré de frente hasta que tú arranques mis ojos o yo destruya tu futuro.
Destino ciego como la uva que nunca vio que sería vino.
Deja de sonreír, destino cruel.
Fausto fue que sus brazos tuvieran como destino nuestros abrazos.
Fulminante como el destino, al llegar noviembre se quedó desnudo.
Destino ineludible, me encontrarás a las tres en la azotea de siempre.
Cierra los ojos ante el destino y al perder la visión desaparece el presente.
Al borde del destino, se dio la vuelta y se fue por otro camino.
Desentenderse del destino, dijo mi maestro Isaac Alexander, es lo menos majadero que puede hacerse en esta vida.
La fuerza del destino es tan débil como la gravedad.
Fuerza al destino a que eche el freno y que te vaya bonito con el airbag.
Escapar al destino, decía mi maestro Isaac Alexander, vale tanto como ir a misa los domingos.
Nublarse el destino despeja el presente.
Pido al destino que se olvide de mí.
Alumbra el sol y vislumbrarás tu destino.
Ejemplos que ensueño:
Aciago destino, te miraré de frente hasta que tú arranques mis ojos o yo destruya tu futuro.
Destino ciego como la uva que nunca vio que sería vino.
Deja de sonreír, destino cruel.
Fausto fue que sus brazos tuvieran como destino nuestros abrazos.
Fulminante como el destino, al llegar noviembre se quedó desnudo.
Destino ineludible, me encontrarás a las tres en la azotea de siempre.
Cierra los ojos ante el destino y al perder la visión desaparece el presente.
Al borde del destino, se dio la vuelta y se fue por otro camino.
Desentenderse del destino, dijo mi maestro Isaac Alexander, es lo menos majadero que puede hacerse en esta vida.
La fuerza del destino es tan débil como la gravedad.
Fuerza al destino a que eche el freno y que te vaya bonito con el airbag.
Escapar al destino, decía mi maestro Isaac Alexander, vale tanto como ir a misa los domingos.
Nublarse el destino despeja el presente.
Pido al destino que se olvide de mí.
Alumbra el sol y vislumbrarás tu destino.
Invitados
Tags : Citas del mes de mayo Listas ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/05/2013 a las 23:20 | {0}
Capítulo IV. Transformaciones de la luz. 3. El Advenido. Imagen del mito de Joseph Campbell. Editado por Atalanta, 2012.
A César.
La palabra yoga proviene de la raíz sánscrita yuj, que significa "uncir, sujetar, enganchar", unir una cosa a otra. Lo que el yoga tiene la función de unir es la conciencia a su raíz, de manera que el ser viva en el conocimiento de su propia identidad consigo mismo, de la raíz de la que parte, y no sea meramente el ego limitado de su cotidianidad. [...]
Expresado en términos algebraicos, si x es el misterio que ha de ser desvelado más allá de las categorías, y a es "tú" entonces el mensaje de la enseñanza de Aruni (que identifica el misterio que ha de ser desvelado con uno mismo: tat tvam asi, "eres tú mismo") parece ser que a = x. No obstante, en un segundo enfoque -ya que parece evidente que el "tú" al que hace referencia Aruni no puede ser la apariencia temporal, nominable, efímera con la que nos identificamos en nuestra conciencia cotidiana-, la meditación apropiada a la contemplación de ese mero efecto de maya sería más bien neti, neti, "esto no, esto no", cuya fórmula algebraica sería propiamente ésta: a ≠ x, "no eres tú mismo". Con lo que finalmente llegamos a la formulación, aparentemente absurda, a ≠ = x (a no es igual, en el aspecto temporal, pero sí es igual, en el aspecto trascendental a x), como la clave del secreto del misticismo.
Pensamiento que, además, no se aplica sólo a uno mismo, sino a todo cuanto existe, ya sea en la tierra, el cielo o el infierno. Porque el yogui ha de penetrar para apartarse de sí, como la serpiente se deshace de su piel, todo el teatro de la fenomenalidad: formas, nombres, relaciones..., dejando que sólo permanezca en su contemplación aquello que brilla a través de todas las cosas como una conciencia indiferenciada.
Tómese, por ejemplo, un objeto cualquiera. Mentalmente, tracemos a su alrededor una barrera que lo separe del mundo. Olvidemos su uso, su nombre, tratemos de olvidar de qué está hecho y cómo, además de las partes que lo componen; ignoremos qué es, concentrándonos sólo en que es, en contemplarlo simplemente. Y entonces planteémonos qué es.
Cualquier cosa con la que practiquemos este ejercicio, ya sea un palo, una piedra, un pájaro o un gato, una vez que lo hayamos disociado de todo concepto e idea, se aparecerá ante nosotros como una maravilla sin "significado" alguno, como un comienzo y un fin en sí mismo; como el propio universo así "llegado a ser" (tathagata). El Buda es llamado El Advenido, "el que ha llegado a ser", Tathagata, con el que "todas las cosas son Buda". O como lo expresa James Joyce en el Ulises: "Todo objeto, cuando se contempla intensamente, se convierte en una puerta de acceso a la intemporalidad incorruptible de los dioses". Porque en la contemplación pura regresamos a nuestro estado más puro, como sujeto del objeto, donde ambos son aspectos del misterio "que ha llegado a ser":
Enciende el fuego,
que te enseñaré algo grandioso:
¡Una gran bola de nieve!
Expresado en términos algebraicos, si x es el misterio que ha de ser desvelado más allá de las categorías, y a es "tú" entonces el mensaje de la enseñanza de Aruni (que identifica el misterio que ha de ser desvelado con uno mismo: tat tvam asi, "eres tú mismo") parece ser que a = x. No obstante, en un segundo enfoque -ya que parece evidente que el "tú" al que hace referencia Aruni no puede ser la apariencia temporal, nominable, efímera con la que nos identificamos en nuestra conciencia cotidiana-, la meditación apropiada a la contemplación de ese mero efecto de maya sería más bien neti, neti, "esto no, esto no", cuya fórmula algebraica sería propiamente ésta: a ≠ x, "no eres tú mismo". Con lo que finalmente llegamos a la formulación, aparentemente absurda, a ≠ = x (a no es igual, en el aspecto temporal, pero sí es igual, en el aspecto trascendental a x), como la clave del secreto del misticismo.
Pensamiento que, además, no se aplica sólo a uno mismo, sino a todo cuanto existe, ya sea en la tierra, el cielo o el infierno. Porque el yogui ha de penetrar para apartarse de sí, como la serpiente se deshace de su piel, todo el teatro de la fenomenalidad: formas, nombres, relaciones..., dejando que sólo permanezca en su contemplación aquello que brilla a través de todas las cosas como una conciencia indiferenciada.
Tómese, por ejemplo, un objeto cualquiera. Mentalmente, tracemos a su alrededor una barrera que lo separe del mundo. Olvidemos su uso, su nombre, tratemos de olvidar de qué está hecho y cómo, además de las partes que lo componen; ignoremos qué es, concentrándonos sólo en que es, en contemplarlo simplemente. Y entonces planteémonos qué es.
Cualquier cosa con la que practiquemos este ejercicio, ya sea un palo, una piedra, un pájaro o un gato, una vez que lo hayamos disociado de todo concepto e idea, se aparecerá ante nosotros como una maravilla sin "significado" alguno, como un comienzo y un fin en sí mismo; como el propio universo así "llegado a ser" (tathagata). El Buda es llamado El Advenido, "el que ha llegado a ser", Tathagata, con el que "todas las cosas son Buda". O como lo expresa James Joyce en el Ulises: "Todo objeto, cuando se contempla intensamente, se convierte en una puerta de acceso a la intemporalidad incorruptible de los dioses". Porque en la contemplación pura regresamos a nuestro estado más puro, como sujeto del objeto, donde ambos son aspectos del misterio "que ha llegado a ser":
Enciende el fuego,
que te enseñaré algo grandioso:
¡Una gran bola de nieve!
Un par de zapatos viejos. Vicent van Gogh
Invitados
Tags : Citas del mes de mayo Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/05/2013 a las 17:35 | {0}¿Vendrá la luz y dirá? Entre la oscuridad, pregunta.
O será en la mañana o mientras conduce por una carretera de montaña que se inicia en un hoyo y luego se eleva.
No tendrá razón (principios de razón) e intuirá que la historia de víctimas históricas que ahora se cuenta de las mujeres, no es cierta (la historia nunca es cierta). Porque la especie siempre es injusta con sus individuos (y si los individuos tienen nombres más aún).
Es cierto: a través del cristal esmerilado ve a la mujer ducharse. Y su silueta y sus movimientos y su cabello mojado le resultan belleza opaca.
No se atreve a girar un poco más rápido.
Piensa: ¿esta crítica a la victimización de la mujer es rencor o es intuición de idea?
También piensa: esta idea que se aposenta lentamente, dulcemente se diría, ¿es claridad? Y piensa: ¿No es más cierto que la relación entre las mujeres y los hombres ha sido -y es- equilibrada? Que no se puede coger como ejemplo la conducta animal de unos machos para hacerla extensiva a todos los hombres. Y también: que la literatura enseña más de las relaciones entre mujeres y hombres que la historia. No entre la sociedad y las mujeres. No.
Al principio miraba la ducha de la mujer tras el cristal esmerilado con cuidado, escondiéndose él, más como espía que como observador. Entonces, un día, pensó: Ella podría bajar la persiana. Ella debe saber que cuando la luz incide sobre un cristal esmerilado permite la visión aunque borrosa de dentro. Y miró de frente, sin visillos de por medio. Miró fumando un cigarrillo. Lo más cerca posible del cristal esmerilado. Y pensaba: Si un día me dijera, ¿Usted me mira mientras me ducho? ¿No le da vergüenza?, respondería, No siento vergüenza ninguna. ¿Cómo me va a avergonzar disfrutar de la belleza?
Escuchado cuando he ido a por el pan (hace diez minutos). Una mujer vieja, pintarrajeada como una puerta.
Mujer vieja:
¡Mierda de sol que no me deja ver el móvil!
Glosa:
¿No sería más sensato (incluso sabio) decir: mierda de móvil que no se ve con el sol?
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/05/2013 a las 23:52 | {0}