Docudrama o novela de no ficción de Emmanuel Carrère. El título traducido al castellano De vidas ajenas. Editado por Anagrama en 2011. Traducción Jaime Zulaika
Extracto 1 Pags. 121-122
... Así que, por supuesto, no creo que todos los cánceres se expliquen de este modo pero creo que hay personas cuyo núcleo tiene una fisura prácticamente desde el principio y que, a pesar de todos sus esfuerzos, su valentía, su buena voluntad, no pueden vivir realmente, y que una de las maneras en que la vida, que quiere vivir, se abre camino en ellos es quizá la enfermedad, y no una cualquiera: el cáncer. Precisamente porque creo esto me escandalizan tanto los que dicen que somos libres, que la felicidad se decide, que es una elección moral. Para esos profesores de la alegría la tristeza es una falta de gusto, la depresión una señal de pereza, la melancolía un pecado. Estoy de acuerdo, es un pecado, incluso un pecado mortal, pero hay personas que nacen pecadoras, que nacen condenadas, y a las que todos sus esfuerzos, todo su coraje y buena voluntad no liberarán de su condición. Entre los que tienen una fisura en el núcleo y los que no la tienen ocurre igual que entre los pobres y los ricos, igual que en la lucha de clases, sabemos que hay pobres que dejan de serlo, pero que la mayoría no, siguen siéndolo, y decirle a un melancólico que la felicidad es una decisión es como decirle a un hambriento que coma bollos. Así que yo creo que la enfermedad mortal y la muerte pueden ser para esas personas una oportunidad de vivir, como afirma Pierre Cazenave (piscoanalista especializado en pacientes con cáncer), y lo creo tanto más porque, si hay que confesarlo todo, en algunos momentos de mi vida he sido lo bastante desdichado como para desearlas.
Extracto 2 Pag. 155
La arenga de Baudot. Este Baudot, uno de los inpiradores del sindicato de la magistratura en los años setenta, había sido sacionado por el ministro de Justicia, a la sazón Jean Lecanuet, por haber pronunciado ante unos jueces jóvenes el discurso siguiente: "Sed parciales. Para mantener la balanza entre el fuerte y el débil, entre el rico y el pobre, que no pesan lo mismo, inclinadla hacia un lado. Tened un prejuicio favorable con la mujer contra el hombre, con el deudor contra el acreedor, con el obrero contra el patrono, con el atropellado contra la compañía de seguros, con el acusado contra la justicia. La ley se interpreta, dirá lo que quieran ustedes que diga. Entre el ladrón y el robado, no tengáis miedo de castigar al robado."
... Así que, por supuesto, no creo que todos los cánceres se expliquen de este modo pero creo que hay personas cuyo núcleo tiene una fisura prácticamente desde el principio y que, a pesar de todos sus esfuerzos, su valentía, su buena voluntad, no pueden vivir realmente, y que una de las maneras en que la vida, que quiere vivir, se abre camino en ellos es quizá la enfermedad, y no una cualquiera: el cáncer. Precisamente porque creo esto me escandalizan tanto los que dicen que somos libres, que la felicidad se decide, que es una elección moral. Para esos profesores de la alegría la tristeza es una falta de gusto, la depresión una señal de pereza, la melancolía un pecado. Estoy de acuerdo, es un pecado, incluso un pecado mortal, pero hay personas que nacen pecadoras, que nacen condenadas, y a las que todos sus esfuerzos, todo su coraje y buena voluntad no liberarán de su condición. Entre los que tienen una fisura en el núcleo y los que no la tienen ocurre igual que entre los pobres y los ricos, igual que en la lucha de clases, sabemos que hay pobres que dejan de serlo, pero que la mayoría no, siguen siéndolo, y decirle a un melancólico que la felicidad es una decisión es como decirle a un hambriento que coma bollos. Así que yo creo que la enfermedad mortal y la muerte pueden ser para esas personas una oportunidad de vivir, como afirma Pierre Cazenave (piscoanalista especializado en pacientes con cáncer), y lo creo tanto más porque, si hay que confesarlo todo, en algunos momentos de mi vida he sido lo bastante desdichado como para desearlas.
Extracto 2 Pag. 155
La arenga de Baudot. Este Baudot, uno de los inpiradores del sindicato de la magistratura en los años setenta, había sido sacionado por el ministro de Justicia, a la sazón Jean Lecanuet, por haber pronunciado ante unos jueces jóvenes el discurso siguiente: "Sed parciales. Para mantener la balanza entre el fuerte y el débil, entre el rico y el pobre, que no pesan lo mismo, inclinadla hacia un lado. Tened un prejuicio favorable con la mujer contra el hombre, con el deudor contra el acreedor, con el obrero contra el patrono, con el atropellado contra la compañía de seguros, con el acusado contra la justicia. La ley se interpreta, dirá lo que quieran ustedes que diga. Entre el ladrón y el robado, no tengáis miedo de castigar al robado."
Ayer por la noche llovía. Serían las nueve y media. Bajé con Nilo, mi perro, al que no le gusta nada el agua, a darle un paseo. Atravesamos rápido el patio que nos separa de la puerta de salida (para que Nilo aprenda a que no se puede hacer pis dentro del recinto) y al abrir la puerta exterior entró un perro. Tras él había una pareja de unos treinta años que se quedaron mirando a Nilo, a mí y al perro que acababa de entrar. Les pregunté si el perro era suyo y me dijo ella -con ligero acento rumano- que no, debía de haberse perdido. Los cuatro (Nilo incluido) nos quedamos mirando al perro que husmeaba en el arenero que hay en el centro del patio para que los niños jueguen. Llovía. Tras un momento de indecisión ella dijo, Bueno, voy a cogerle y ya vemos. Su pareja le contestó, Ten cuidado, no te vaya a morder. Y ella con una seguridad y una amabilidad a partes iguales, encaminándose hacia el perro, le contestó, ¿Cómo me va a morder a mí un perro? Llegó hasta él, se puso en cuclillas y el perro, mansamente, se dejó coger por ella.
Yo me fui con Nilo a dar el paseo. Al abrir la puerta exterior de mi casa, me encontré de nuevo a la pareja. Les pregunté si habían encontrado al dueño. Ella me dijo que no, que vivían en el edificio contiguo al mío y que a la mañana siguiente llevarían al perro a un veterinario para ver si tenía chip. Yo les dije: ¡Que buena gente sois! Ellos negaron, ¡No, no, qué va, cualquiera lo haría! Al subir la escalera de mi casa me resultó extraño que fuera la primera vez que veía a esa pareja tan encantadora.
Esta mañana he sacado a Nilo, temprano. Al doblar la esquina me he encontrado con la pareja y les he preguntado si habían encontrado al dueño y me han constestado, Justamente ahora venimos de llevarle el perro. Nos hemos sonreído creo que por lo mismo y yo me he ido con la sensación de si realmente esa pareja existe, si existió el perro de ayer, si los volveré a ver porque ellos, desde el principio, me parecieron la esencia de una vieja aspiración mía: una gente que hace el bien de forma natural, sin valorarlo como virtud sino como la más elemental de las formas de vivir. Y esa forma de vivir me recordó a mi tata Julia, mi querida y siempre recordada tata Julia.
Yo me fui con Nilo a dar el paseo. Al abrir la puerta exterior de mi casa, me encontré de nuevo a la pareja. Les pregunté si habían encontrado al dueño. Ella me dijo que no, que vivían en el edificio contiguo al mío y que a la mañana siguiente llevarían al perro a un veterinario para ver si tenía chip. Yo les dije: ¡Que buena gente sois! Ellos negaron, ¡No, no, qué va, cualquiera lo haría! Al subir la escalera de mi casa me resultó extraño que fuera la primera vez que veía a esa pareja tan encantadora.
Esta mañana he sacado a Nilo, temprano. Al doblar la esquina me he encontrado con la pareja y les he preguntado si habían encontrado al dueño y me han constestado, Justamente ahora venimos de llevarle el perro. Nos hemos sonreído creo que por lo mismo y yo me he ido con la sensación de si realmente esa pareja existe, si existió el perro de ayer, si los volveré a ver porque ellos, desde el principio, me parecieron la esencia de una vieja aspiración mía: una gente que hace el bien de forma natural, sin valorarlo como virtud sino como la más elemental de las formas de vivir. Y esa forma de vivir me recordó a mi tata Julia, mi querida y siempre recordada tata Julia.
Criadero de metal
Arca
Sotil de sangre
De aire spiritus arteria
Ñudosa de piernas
Miseraica
De piedra (lapidis vena)
De agua
Vena de loco (impulso súbito y caprichoso)
Andar venado (con el estómago vacío de por la mañana)
Venal
Ligadura de mies Vinciglio Vencill Vincilho
¿Designa la soga del ahorcado?
Cypselus apus
Vencejo como pájaro no puede venir de vencejo como atadura
Metió la madre voces carpellidas
tenié con sus manos onçejas las massiellas rompidas (Gonzalo de Berceo)
¡Ay, ay, ay! ¡Haya aya
que halle ayes!
Onçeja = Uña Garra
Ni sombra de duda
Arca
Sotil de sangre
De aire spiritus arteria
Ñudosa de piernas
Miseraica
De piedra (lapidis vena)
De agua
Vena de loco (impulso súbito y caprichoso)
Andar venado (con el estómago vacío de por la mañana)
Venal
Ligadura de mies Vinciglio Vencill Vincilho
¿Designa la soga del ahorcado?
Cypselus apus
Vencejo como pájaro no puede venir de vencejo como atadura
Metió la madre voces carpellidas
tenié con sus manos onçejas las massiellas rompidas (Gonzalo de Berceo)
¡Ay, ay, ay! ¡Haya aya
que halle ayes!
Onçeja = Uña Garra
Ni sombra de duda
Suena el teléfono. Ella mira el aparato y respira hondo antes de cogerlo. Al fin lo coge y le tiemblan la mano y los labios.
Escucha con el cuerpo encorvado y la mano que le queda libre sirve de apoyo a su frente.
Cuelga.
Fuera llueve.
La mujer se levanta y corre el visillo. Mira la lluvia a la luz de una farola.
Lentamente, muy lentamente, una sonrisa se perfila en sus labios y dos lágrimas rebosan de sus ojos.
Escucha con el cuerpo encorvado y la mano que le queda libre sirve de apoyo a su frente.
Cuelga.
Fuera llueve.
La mujer se levanta y corre el visillo. Mira la lluvia a la luz de una farola.
Lentamente, muy lentamente, una sonrisa se perfila en sus labios y dos lágrimas rebosan de sus ojos.
La verdad es un sentimiento. No se puede saber.
Ensayo
Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/09/2012 a las 23:07 | {0}
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/09/2012 a las 20:12 | {0}