Utamaro (1788)
Es casi nada. Del sueño debe de venir. Es una suerte de flotación en el pasado. Tiene algo de tango y algo de ranchera. Atraviesa la mañana. Llega hasta la tarde. Invade la noche. Se parece tanto a amar que quizá sea tan sólo eso. Todo vino al sentir una agujita de pino clavada en mi emoción. Una aguja recién nacida, con su verde fresco, ajeno aún al oscuro verde de una aguja de pino adulta. Eso siento. Nostalgia de haber amado, de haber amado tanto. Dos detalles mientras transitaba por las calles: el encuentro entre un hombre negro y un hombre árabe que de nada se conocían y pronto se han puesto a hablar acodados en la barra del Naviero, (un bar de la calle Mayor de Madrid al que recomiendo que se vaya. Es un bar de los de antes. Con camareros de antes y tapas de antes), y luego la mirada de una mujer en un escaparate que observaba una braga muy hermosa de satén y bordados blancos. Esos dos detalles me han hecho recordar el tiempo que nos amamos. Muy ligero todo. Sin llegar a la obsesión. Sin llegar a la excitación cuando he imaginado la tarde en que nos contemplamos y nos tocamos mientras el cielo era atravesado por una inmensa bandada de patos y el lejano ladrido de un perro nos advertía de la soledad de ese momento.
La sutileza de esta emoción me permite pasar de puntillas sobre ella. No quisiera que nada alterara su intensidad. Está bien así, melodía en escala menor de un hermoso concierto, sin sus armonías, sin casi ritmo. De alguna forma, en algún recóndito lugar de mis asociaciones libres, recuerdo la relación del King Kong de Peter Jackson con Anne. Ese amor condenado a destruir a los amantes. Ese amor despojado de geografía. Ese amor sin futuro. Todo amor anhela futuro.
Brisa de amor antiguo.
La sutileza de esta emoción me permite pasar de puntillas sobre ella. No quisiera que nada alterara su intensidad. Está bien así, melodía en escala menor de un hermoso concierto, sin sus armonías, sin casi ritmo. De alguna forma, en algún recóndito lugar de mis asociaciones libres, recuerdo la relación del King Kong de Peter Jackson con Anne. Ese amor condenado a destruir a los amantes. Ese amor despojado de geografía. Ese amor sin futuro. Todo amor anhela futuro.
Brisa de amor antiguo.