¿Cómo se puede mantener la idea de Dios en 2010? Desde luego si miramos a la luz de la razón el programa de REDES Nuestro Lugar en el Universo la sensación de Dios se desvanece. Hablo del Dios occidental, el trascendente, el que está fuera de nosotros, fuera de todo y rige el mundo y los mundos; la otra idea de Dios -más oriental- el dios inmanente, el que está dentro de nosotros y es nosotros adquiere una forma más sensata dentro de la tremenda insensatez que -a la luz de los conocimientos de hoy- la idea de Dios parece aportar.
Luis Felipe Rodríguez, astrofísico mejicano, nos cuenta en una larga entrevista con Eduard Punset los orígenes, evolución, estado actual y probable futuro del universo. Lo poco que se conoce. O lo mucho que se conoce. Según el método científico Dios sería (esta aproximación a Dios es mía) unas zonas del universo en expansión en las que, por causas desconocidas, los gases en vez de seguir expandiéndose se empezaron a contraer y a unir. La expansión permitió que la luz se hiciera y el espacio en vez de opaco se hiciera transparente y la densificación en ciertos lugares del universo permitió que algunos átomos se unieran y de esta unión nació toda la materia conocida la cual -según los últimos datos de los que se dispone- ocupa un 4% del total de nuestro Universo. Es decir la materia que conocemos y de la que estamos hechos es un resto de un universo cuyo restante 96% está compuesto de dos elementos que los astrofísicos creen que deben de existir: la materia oscura (que impide a las galaxias expandirse y por lo tanto a dispersarse, de ahí su movimiento circular) y la energía oscura (que empuja al universo a seguir expandiéndose). Si no existiera esta energía oscura el universo habría tenido que ir decelerando su expansión desde hace cinco mil millones de años y sin embargo aumenta su velocidad de expansión desde entonces.
Somos polvo de estrellas estalladas. Somos solidificación de hidrógeno, helio, nitrógeno, carbono y en mucha menor medida potasio o fósforo o magnesio. En nuestra galaxia, nuestro sistema solar, apenas ocupa un poquito en su parte inferior.
Dios no es más que gas.
El universo que habitamos nos ignora.
Ya hemos descubierto más de cien sistemas solares parecidos al nuestro.
Luis Felipe Rodríguez, astrofísico mejicano, nos cuenta en una larga entrevista con Eduard Punset los orígenes, evolución, estado actual y probable futuro del universo. Lo poco que se conoce. O lo mucho que se conoce. Según el método científico Dios sería (esta aproximación a Dios es mía) unas zonas del universo en expansión en las que, por causas desconocidas, los gases en vez de seguir expandiéndose se empezaron a contraer y a unir. La expansión permitió que la luz se hiciera y el espacio en vez de opaco se hiciera transparente y la densificación en ciertos lugares del universo permitió que algunos átomos se unieran y de esta unión nació toda la materia conocida la cual -según los últimos datos de los que se dispone- ocupa un 4% del total de nuestro Universo. Es decir la materia que conocemos y de la que estamos hechos es un resto de un universo cuyo restante 96% está compuesto de dos elementos que los astrofísicos creen que deben de existir: la materia oscura (que impide a las galaxias expandirse y por lo tanto a dispersarse, de ahí su movimiento circular) y la energía oscura (que empuja al universo a seguir expandiéndose). Si no existiera esta energía oscura el universo habría tenido que ir decelerando su expansión desde hace cinco mil millones de años y sin embargo aumenta su velocidad de expansión desde entonces.
Somos polvo de estrellas estalladas. Somos solidificación de hidrógeno, helio, nitrógeno, carbono y en mucha menor medida potasio o fósforo o magnesio. En nuestra galaxia, nuestro sistema solar, apenas ocupa un poquito en su parte inferior.
Dios no es más que gas.
El universo que habitamos nos ignora.
Ya hemos descubierto más de cien sistemas solares parecidos al nuestro.