San Agustín en su tratado sobre la música le pregunta a su discípulo, ¿Qué es la música? Y el discípulo le contesta, No me atrevo a responder.
En la Tablilla VIII del Poema de Gilgamesh, el héroe, al perder a su amigo Enkidu quiere ofrecerle una flauta coralina mientras se lamenta de que su amigo ya no le pueda oír.
¡Amigo mío, mulo errante,
onagro montaraz, pantera de la estepa;
Enkidu, amigo mío, mulo errante,
onagro montaraz, pantera de la estepa!
¡Fuimos a una y escalamos [la montaña];
capturamos el Toro del Cielo [y lo matamos];
abatimos a Humbaba,
[que vivía] en el Bosque de los Cedros!
Y ahora, ¿qué sueño te ha arrebatado
para que en ti te hayas perdido
y ya no me oigas?
Libro tibetano de los muertos: en el momento de la muerte, cuando todavía la conciencia del fallecido deambula por el canal central del sistema nervioso, se deberá repetir una oración al recaudo de su oído con la finalidad de implantarla en su mente.
Según Ramón Andrés en su libro El Mundo en el Oído, editado por Acantilado, el que conocemos como Libro Tibetano de los Muertos, cuya denominación le fue dada por su primer editor W.Y. Evans-Wentz en 1927, tiene, sin embargo, un título original muy revelador: Bardo Todol (bar.do' i.thos.grol), esto es, Liberación por audición en el estado intermedio
El sonido es un espacio. La música propone un orden a ese espacio.
En la Tablilla VIII del Poema de Gilgamesh, el héroe, al perder a su amigo Enkidu quiere ofrecerle una flauta coralina mientras se lamenta de que su amigo ya no le pueda oír.
¡Amigo mío, mulo errante,
onagro montaraz, pantera de la estepa;
Enkidu, amigo mío, mulo errante,
onagro montaraz, pantera de la estepa!
¡Fuimos a una y escalamos [la montaña];
capturamos el Toro del Cielo [y lo matamos];
abatimos a Humbaba,
[que vivía] en el Bosque de los Cedros!
Y ahora, ¿qué sueño te ha arrebatado
para que en ti te hayas perdido
y ya no me oigas?
Libro tibetano de los muertos: en el momento de la muerte, cuando todavía la conciencia del fallecido deambula por el canal central del sistema nervioso, se deberá repetir una oración al recaudo de su oído con la finalidad de implantarla en su mente.
Según Ramón Andrés en su libro El Mundo en el Oído, editado por Acantilado, el que conocemos como Libro Tibetano de los Muertos, cuya denominación le fue dada por su primer editor W.Y. Evans-Wentz en 1927, tiene, sin embargo, un título original muy revelador: Bardo Todol (bar.do' i.thos.grol), esto es, Liberación por audición en el estado intermedio
El sonido es un espacio. La música propone un orden a ese espacio.