En las tierras sur-occidentales de Europa, en las actuales Portugal y España, convivieron hace muchos siglos tres civilizaciones: la árabe, la judía y la cristiana entre guerras y paces, entre tolerancias y razzias, entre acuerdos y traiciones. Durante cientos de años estas tres culturas mantuvieron ciertos equilibrios que obligaron a la relación. Entrado ya el siglo XV una de las civilizaciones había alcanzado una supremacía estable sobre las demás, la cristiana. Entre los siglos XVI y XVII las otras dos culturas fueron expulsadas de España. La judía llevaba en la península desde antes del diluvio universal, la árabe estuvo desde el siglo VII d.c.
No tengo ahora los libros para su consulta con lo cual será más un placer de artificio que una verdad histórica (o documental) lo que narre.
A veces uno mismo es su propio inquisidor. Mi inquisidor pone como límite la verosimilitud (que etimológicamente es símil de verdad lo que encierra al mismo tiempo una curiosísima paradoja. Lo similar no es lo auténtico) y así quisiera esbozar una historia de las historias que a mí me quedan en la memoria. Cuando empiezo a escribir me vienen a la cabeza nombres de autores, Llorente, Caro Baroja, Henry C. Lea, Marcelino Menéndez Pelayo y entre todos Américo Castro uno de los historiadores y filólogos más bellos que yo he leído, un hombre que en su forma de narrar deja correr al mismo tiempo toda la pasión y toda la ciencia que posee y que además tiene una idea de la Historia porque al fin y al cabo no se tiene más que ideas o interpretaciones de cualquier historia. Américo Castro no la esconde amparándose en una supuesta objetividad documental (lo documentos también se interpretan) sino que la muestra audaz y consciente.
Algo así quisiera, desde la literatura, inventar sobre lo recordado. La inquisición entonces... seguiré en ella.
España en su historia: Cristianos, Moros y Judíos. Américo Castro. Editado por Mondadori.
No tengo ahora los libros para su consulta con lo cual será más un placer de artificio que una verdad histórica (o documental) lo que narre.
A veces uno mismo es su propio inquisidor. Mi inquisidor pone como límite la verosimilitud (que etimológicamente es símil de verdad lo que encierra al mismo tiempo una curiosísima paradoja. Lo similar no es lo auténtico) y así quisiera esbozar una historia de las historias que a mí me quedan en la memoria. Cuando empiezo a escribir me vienen a la cabeza nombres de autores, Llorente, Caro Baroja, Henry C. Lea, Marcelino Menéndez Pelayo y entre todos Américo Castro uno de los historiadores y filólogos más bellos que yo he leído, un hombre que en su forma de narrar deja correr al mismo tiempo toda la pasión y toda la ciencia que posee y que además tiene una idea de la Historia porque al fin y al cabo no se tiene más que ideas o interpretaciones de cualquier historia. Américo Castro no la esconde amparándose en una supuesta objetividad documental (lo documentos también se interpretan) sino que la muestra audaz y consciente.
Algo así quisiera, desde la literatura, inventar sobre lo recordado. La inquisición entonces... seguiré en ella.
España en su historia: Cristianos, Moros y Judíos. Américo Castro. Editado por Mondadori.