Con el idioma descocido
de los marineros
con el idioma desconocido
de los albañiles
con el idioma desconocido
de las partes internas del cuerpo
rodearte de metáforas,
metamorfosearte
en cuaderna, cabo o palo de mesana
describirte
por poleas, plomadas, baldas
acariciarte
las apófisis, las articulaciones, los hemisferios craneales.
Con el idioma de los viejos
besarte
Con el idioma de las putas
enredarte con calor de sexo
(introducción, sacudida, pérdida)
Con el idioma de los presidentes
declararte mi imbecilidad de hombre
(devaluado, inflacionado, parado)
Con mi propio idioma
y el de los míos
llevarte de aquí para allá
donde la luna se sumerje en sangre
atraerte hacia mis partes escondidas
pene, polla, pito, verga, huevos, cojones,
pendientes, lengua...
Con el idioma de mi barrio
(oscuro barrio de fascistas)
berrear nuestras locuras
Con el idioma de los árabes
las ideas impracticables.
Con todos los idiomas reunidos
lanzar un eructo tan fuerte
como el grito de satisfacción
de una monja que descubre su deseo
(¿hacia dios?)
Con mi idioma, sólo con mi idioma,
el que yo utilizo inconsciente:
torrentes, cascadas, oleadas, maremotos,
huracanes, sombras y faroles.