Mismo escenario que en la escena anterior.
En el reloj de la Iglesia dan las siete. Es la mañana.
En el rostro de Edgardo se reflejan las luces de un televisor. Se escuchan de fondo, indistinguibles, los comentarios de una partida de ajedrez. Edgardo replica en un tablero la partida que está viendo. Es una partida clásica con lo cual los movimientos serán muy pocos, tres a lo sumo.
Habrá grandes espacios de silencio en esta escena por parte de Edgardo. Los comentaristas siempre estarán de fondo por más que nos podamos llegar a entender. Habría que aguzar mucho el oído.
Mientras avanza la escena va amaneciendo.
También si se quiere una taza con café con leche y unas tostadas con pan tumaca.
Todo el monólogo lo dice en voz baja como si no quisiera despertar a los vecinos.
Se habla a sí mismo en segunda persona.
EDGARDO:
¿Por qué, Edgardo, no ves venir las cosas? Si hubieras sido más espabilado. Si hubieras estado más atento. Sí, coño, si hubieras sido más malo (Pausa. Hace un movimiento con las piezas negras Ce5) No te creas que es una virtud... no lo es... así te ves ahora, sin entender nada, más atento, no más sabio... conocedor, eso, conocedor del alma humana. Sigues sin conocerla. Tu intuición... ¿Cómo fue? ¿Realmente te sentiste en algún momento cómodo? ¿Creíste en ti? ¿No pensaste sino que actuabas? Hacer. Mirar sin pensar que miras. ¿Alguna vez? (Pausa larga. Primero se concentra mucho en el tablero. Desiste. Se levanta. Va hasta la ventana. En tres cuartos de escorzo. Siente el frío. Se escucha el vaciado de un depósito de retrete y su rellenado. Se hace de nuevo el silencio.) Desayunar. Ir varias veces a cagar. Salir con la perra. Dar un largo paseo. Querer contemplar. Contemplar. Dejar que los recuerdos. Dejar que las reflexiones. Quedarme atónito. Echar de menos. Tener nostalgia de lo que no pasó. ¡Hay que ser pinche cabrón! Mirá que sos boludo, Edgardo. Sentir tristeza de lo que no fue. (Atiende a algo que acaban de decir los comentaristas de la partida y que nosotros no hemos oído. Edgardo se acerca al tablero. Mira con aire severo. Se sienta. Hace un movimiento con las blancas: g3) Ahora sí recuerdas su mano regordeta. Recuerdas cogerle de esa mano. Recuerdas sus ojos oscuros y castaños. Recuerdas sus primeros pasos. Fue así también. No seas tan severo. Vete a la cama si quieres. Altera tu rutina por un día.
Edgardo se concentra en la partida . Muy poco a poco sus brazos van cediendo hasta que su cabeza se apoya con dulzura en el tablero. Ruedan una torre negra y la dama blanca. Es posible que se escuche un gallo muy a lo lejos.
TELÓN