En la casa todo sigue igual, si exceptuamos algunos presentimientos. No debo, sin embargo, adonizarme; los presentimientos nacen de una mala acción. Durante el afeitado, con la mente sin telarañas, puedo pensar; mis pies, afelpados, apenas rozan la alfombrilla, como topos. Pienso: En general, cada animal mata para comer o para que no le coman, pero estos instintos pueden deformarse enfermizamente, saliéndose de su función específica, y dirigirse, o contra los demás (agresión feroz e indiscriminada, contra todo y contra todos, como ocurre entre los humanos en la crisis de amok) o contra sí mismo. Yo fui alejado del parque los sábados y los domingos, y ni podía montar en los caballitos ni en las barcas, porque en esos sitios había niños muy golfos. En esos pensamientos estoy cuando vuelvo a escuchar los recuerdos de palabras que se dijeron, de gritos gritados, de gemidos y ayes de gozo y de dolor y descubro que actúa ya en mí la extraña ambigüedad del trasvestido o el eonismo.
Miro, tras la ventana, el bosque. Sobre el pardo matorral asoman los contrahechos y ásperos arbustos, sobre un suelo pobre y seco: cornicabra, ladierna, madroño. Un viajero se tumba a descansar un rato a la sombra de una noguera maternal y copuda en la que canta un pájaro y salta la descarada ardilla pelirrubia mientras mi esposa, semidesnuda, desafía en la galería volcada sobre el bosque que rodea la casa, la crudez atmosférica. En su mano izquierda existen grandes destrozos por mordedura. Sé que ella ha pensado muchas veces en escaparse de tantas pesadumbres y lacerías.
Miro, tras la ventana, el bosque. Sobre el pardo matorral asoman los contrahechos y ásperos arbustos, sobre un suelo pobre y seco: cornicabra, ladierna, madroño. Un viajero se tumba a descansar un rato a la sombra de una noguera maternal y copuda en la que canta un pájaro y salta la descarada ardilla pelirrubia mientras mi esposa, semidesnuda, desafía en la galería volcada sobre el bosque que rodea la casa, la crudez atmosférica. En su mano izquierda existen grandes destrozos por mordedura. Sé que ella ha pensado muchas veces en escaparse de tantas pesadumbres y lacerías.