Esta noche, cuando la madrugada, por el pasillo de la casa que no es mía, he visto pasar la luz blanca de un fantasma.
Esta mañana, cuando el día iluminaba, aún tumbado en una cama que no es la mía, he recibido un beso en la mejilla.
Más tarde he salido a la ciudad con mi perro, la ciudad que me vio nacer y de la que poco a poco me he ido alejando. ¿Podría también la ciudad alejarse de mí?
En el parque el perro pasea suelto.
A la vuelta las calles no están especialmente sucias.
Bebo un café de vuelta en la casa que me acoge. Converso con un muchacho. Me agrada y agradezco sus palabras.
Comeré lo que el estómago tenga a bien soportar. Viviré la extrañeza una tarde más. Volveré al lugar donde habito. He de volver. Voy a volver.
Duerme el perro a mi vera.
Junio está a punto de terminar. Este junio estuve vivo.
Salve.