Existe una forma de narrar que tiene en común con la vida la aleatoriedad...
Un día sentí, cuando acababa de cumplir los seis meses, que dios me dejaba de soñar...
Ha surgido en mi vida la risa y la cercanía y el gozo con L. y quiero agradecérselo a A. y a R. (bueno y también a Ólafur Arnalds)...
V. y yo hacemos el ganso en la cocina...
Ahora que la tarde del domingo va hacia la noche...
Las gafas descansan donde deben descansar y han recogido de las aguas un cadáver más...
Y llegará el día... sí, llegará el día...
Echo de menos a Julia porque escribo a Helga...
Cuando dios te deja de soñar, nace la obligación de construir el mundo y en esa construcción todo se convierte en representación. Hasta el mismo dios, silente, es sólo forma...
Soy parte de la voluntad de ser... (una voluntad que tampoco me sueña y se empeña en mantenerme en la vida)...
La lámpara, la taza, la pluma, el boudoir, la estantería, el mechero y un dedal...
Un día sentí, cuando acababa de cumplir los seis meses, que dios me dejaba de soñar...
Ha surgido en mi vida la risa y la cercanía y el gozo con L. y quiero agradecérselo a A. y a R. (bueno y también a Ólafur Arnalds)...
V. y yo hacemos el ganso en la cocina...
Ahora que la tarde del domingo va hacia la noche...
Las gafas descansan donde deben descansar y han recogido de las aguas un cadáver más...
Y llegará el día... sí, llegará el día...
Echo de menos a Julia porque escribo a Helga...
Cuando dios te deja de soñar, nace la obligación de construir el mundo y en esa construcción todo se convierte en representación. Hasta el mismo dios, silente, es sólo forma...
Soy parte de la voluntad de ser... (una voluntad que tampoco me sueña y se empeña en mantenerme en la vida)...
La lámpara, la taza, la pluma, el boudoir, la estantería, el mechero y un dedal...