Transcribí esta mañana un poema que me envía Raúl como comentario a la entrada Crítica No sé por qué, no me sentí a gusto. El poema se puede seguir leyendo.
Escribí una coda a ese poema. No sé por qué no me sentí a gusto. La he quitado y tan sólo han quedado estos restos:
Es cierto que tienes cierta sensación de ahogo y que la espina del pescado quizá se atravesó en tu esófago. Déjala. Déjala que anide. Quizá mañana nade un pez en tus entrañas y seas tú su río.
El órgano de tus emociones hoy se llama alma, mañana quizá se llame tripa o tráquea.
Es cierto que el día ha amanecido nublado y parece que la niebla se condensará un poco.
Vale.
Escribí una coda a ese poema. No sé por qué no me sentí a gusto. La he quitado y tan sólo han quedado estos restos:
Es cierto que tienes cierta sensación de ahogo y que la espina del pescado quizá se atravesó en tu esófago. Déjala. Déjala que anide. Quizá mañana nade un pez en tus entrañas y seas tú su río.
El órgano de tus emociones hoy se llama alma, mañana quizá se llame tripa o tráquea.
Es cierto que el día ha amanecido nublado y parece que la niebla se condensará un poco.
Vale.