Releía hace unos días la larga tirada en versos octosílabos (el metro que usaba para narrar un suceso el viejo romance español) en la que el rey Basilio cuenta a su acompañamiento el por qué encerró a su hijo Segismundo y cerró al mundo la posibilidad de conocerlo.
Ocurre en la escena VI. Y empieza de esta hermosa forma:
Estrella: Sabio Tales,
Astolfo: docto Euclides,
Estrella: que entre signos,
Astolfo: que entre estrellas,
Estrella: hoy gobiernas,
Astolfo: hoy resides,
Estrella: y sus caminos,
Astolfo: sus huellas
Estrella: describes,
Astolfo: tasas y mides.
Narra el rey Basilio que:
Basilio:...
Publicóse que el infante
nació muerto y, prevenido,
hice labrar una torre
entre las peñas y riscos
de esos montes, donde apenas
la luz ha hallado camino,
por defenderle la entrada,
sus rústicos obeliscos.
[...]
Allí Segismundo vive,
mísero, pobre y cautivo
[...]
El destino de los hombres y sus mundos (quisiera decir)
No hay tampoco juicio moral, argucia retórica.
Un gesto fantástico.
El miedo del hombre a ser libre. (ser libre no está unido a ser feliz)
Hay un titular de un diario que me gusta por su mala redacción: Cuatro detenidos por vender a Hoffman la heroína que lo mató.
Me explico: ¿Cómo saben que es ésa la heroína que lo mató?
Lo lógico sería decir: Cuatro detenidos por vender heroína a Hoffman.
Pero no era de sintaxis de lo que quería hablar, y menos aún de aventurar hipótesis como veredictos. No, me gusta la idea: vender a Hoffman la heroína.
Me pregunto:
¿Quién es esa heroína?
Y me respondo:
La única heroína que mata es la vida. (la vida es una heroína que utiliza a los individuos para seguir viva. Si estuviera escribiendo un guión y esta frase fuera parte de un diálogo, escribiría: desarrollar más adelante). Y me pregunto: ¿El personaje ha llegado a esta conclusión sólo porque se droga y esa droga que él toma le abre caminos de interpretación? ¿O es la propia heroína quien le habla en uno de sus extravíos?
Interpretación de una interpretación. Moral. Vale.
Philip Seymour Hoffman en su particular torre de New York sacrificándose a la Vida que se regenera en sueño... eterno.