Verte y comprender y a partir de ese momento dejarme ir por las nubes que me están volviendo loco y por esa capa de un gas que me está apretando el corazón, que me está llevando hasta el fin, donde debo llegar, donde debo mirar; verte y comprender me llena de un terror al que le sobra todo adjetivo. Palabras/concepto. No, no más. Realidad de la cosa viva: estar aquí, recordar a Thoreau. No ser Thoreau. Estar aquí, en el destierro rodeado de belleza. Caminar y al mirar y al girar sobre el mundo, sobre mí, la tarde que es muy gris, la ciudad, lo que sé de ese sustantivo porque yo nací en una ciudad de occidente, yo, que no existo, que soy eso, lo otro, aquí arriba, haciendo el fuego cuando el frío aprieta mucho y dibujando paisajes poblados de seres humanos que ante todo ven; verte y comprender, escribo, y leo: me parece que con el tul blanco tiene un aspecto demasiado etéreo; verte y comprender que el tiempo es sinónimo de sino sólo para no echar la vista atrás, para no quedarme atado de pies y manos como aquellas santas de la mediana edad que eran quemadas en la plaza pública por el bien de la multitud; verte y comprender que la tristeza tiene sentido y es digna de ser vivida; verte y comprender que aunque el fracaso, probablemente, sea un impostor, tiene una apariencia de atmósfera que lo puede llegar a invadir todo como una peste caída de los aires; verte y comprender: el perro duerme, se escucha la música mediante medios inauditos hace sesenta años, por fin llueve y reconozco.
Parte de las nubes
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/03/2022 a las 19:01Verte y comprender y a partir de ese momento dejarme ir por las nubes que me están volviendo loco y por esa capa de un gas que me está apretando el corazón, que me está llevando hasta el fin, donde debo llegar, donde debo mirar; verte y comprender me llena de un terror al que le sobra todo adjetivo. Palabras/concepto. No, no más. Realidad de la cosa viva: estar aquí, recordar a Thoreau. No ser Thoreau. Estar aquí, en el destierro rodeado de belleza. Caminar y al mirar y al girar sobre el mundo, sobre mí, la tarde que es muy gris, la ciudad, lo que sé de ese sustantivo porque yo nací en una ciudad de occidente, yo, que no existo, que soy eso, lo otro, aquí arriba, haciendo el fuego cuando el frío aprieta mucho y dibujando paisajes poblados de seres humanos que ante todo ven; verte y comprender, escribo, y leo: me parece que con el tul blanco tiene un aspecto demasiado etéreo; verte y comprender que el tiempo es sinónimo de sino sólo para no echar la vista atrás, para no quedarme atado de pies y manos como aquellas santas de la mediana edad que eran quemadas en la plaza pública por el bien de la multitud; verte y comprender que la tristeza tiene sentido y es digna de ser vivida; verte y comprender que aunque el fracaso, probablemente, sea un impostor, tiene una apariencia de atmósfera que lo puede llegar a invadir todo como una peste caída de los aires; verte y comprender: el perro duerme, se escucha la música mediante medios inauditos hace sesenta años, por fin llueve y reconozco.