Otoñada

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/11/2024 a las 19:46


Con toda la decisión. Así sería. No se aturdiría más. Estaba dispuesta. La sonrisa un poco más abierta. ¿Más abierta? Con estos días todo debería de ser fácil. La luz podría explotar o las nubes teñirse de gris. De eso, sí, de eso podría hablarle. Luego callaría. Miraría a lo lejos con la sonrisa más abierta. Esperaría a ver si él... si él. ¿Cómo sería? ¿Hasta dónde estarían dispuestos a llegar? ¿Es cierto que existe la posibilidad? ¿Pero no es ya una mujer adulta, con una niña y dos divorcios a cuestas? ¿Por qué espera con esta ilusión de mayo los sucesos de noviembre? Se pondrá un ligero colorete. No, mejor el color de la piel nacido bajo los aires de las sierras. El color de la tez de las alturas. Se pondrá un jersey grueso que disimule el contorno de su pecho. Se pondrá unos pantalones de marcha. Calzará botas. Tendrán barro. Llevará el pelo a su ser y será su voz la voz de Audrey Hepburn cuando cantaba Moon river. No tan delgada. Casi igual de elegante. Luego tendrá que llegar el día en el que él se decida a invitarla a una cerveza en el jardín de su casa. Él le dirá que si quiere esa misma tarde, que el jardín mira al oeste y si las nubes corren por el cielo cuando el sol decae, éstas adquieren tal pasión que se diría el cielo  espacio de la lujuria, manto bajo el que cubrirnos los dos. No, ella sabe. Eso lo callará.
Ahí viene. Me ha visto. ¡Qué hermoso podría ser hoy el crepúsculo!
 
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