¡Qué bien se llevan el gris y el verde! Una nube tizna la cima del monte. Los pechos saltarines de una muchacha. La lluvia lenta en la ciudad rápida. La voz falsa que alardea. Fue Jesús quien entró en el Templo y se enfrentó al fraude. Las manipulaciones no deben caer en saco roto. En el periódico anuncian nuevas desgracias. La desgracia es el anuncio en sí. No hay que pasar de largo ante los estafadores. Ni dejar de mirar la sintonía entre un árbol, una nube, la lluvia y unos labios carmesíes. Mirar de frente. Apuntar la estulticia. Mantenerse alertas. El mundo no es un cuento infantil (aunque el cuento infantil contenga el mundo). Bajo el sombrero del cielo se cubre la gran cabeza y bajo la cabeza hay un suelo y bajo el suelo el inframundo. Esa exaltación del movimiento. El perro se sacude. Pasa la luz. Por fin abril se va.