The atrocity exhibition
Desde lo más alto ha ido escuCHÁNdose el lamento de los tambores indios y un eco de clarinete quería hundirse entre las sÓlidas rocas del CAÑÓN. ¡Canta, querida niña! Ha susurrado un dáimoN de la noche, el ser invisible que se transparenta en el viento; llegado desde muy lejos, en cónclave con hadas y duendes, a la sombra del sombrero de una seta, decidierON satisfacer las querencias de tu voz; más lejos el mar se ha embravecido y queda en una OLA la secuela de una pierna flácida; no fue obra del tiburón ni del escurridizo virus; fue más bien un accidente del mundo que se empeña en calificar de desastre lo que no es más que una particularidad; sI puedes VIVIR, se dicen; sI PUedes ser autónomo se DICEn, qué defecto se puede dar; luego callan (los seres que conforman el Anima munDI) y brindan con ambrosía recién llegada del Monte OLIMpo; yérguete querido violonchelo, tú ases con tu mano el asa de un ÁNfora REcuBIERta de coral y brilla tu pupila con el fulgor de la estrella; tú pasas por los días sin darles mayor importancia aunque en tu cabeza no quepA el que morirás más tarde; has decidido ser vampira y beberte la sangre de las CIERvas y ocultar al comÚN de los mortales tu condición eterna; no te levantes tan temprano; no te despiertes deprisa; la canción ha de elevarse aún y no son tiempos éstos PARA meditar calamidades; así la noche, la CUAresma arde en un buen rincon del infierno; vomita el volcán; se calma la mandrágORA porque el semén del ahorCADO dejó de gotear y sus pies ni siquiera bailan ya con esta ligera brisa -fresca por fin- que se ha levantado; Bum, dicen los tambores; CRI contesta el grillo; SSSSShhhhhTTT alardea el reptil; UHUHUhuhuhu canta el bÚHo en esta noche repleta de silencios entre los rítmicos zambomBAZOS del tambor; tú elevas la cara hacia la negritud de la noche y un suspiro de aluvión nos dejá en el regazo pepitas de oro; tú elevas los brazos y las mariposas Uranias terminan su migración con éXITO; tú ladeas la cabeza y la montaña adopta tu posición y en el fondo del mar el pez abisal decide apagar para siempre su cuerpo espectral; dáiMON mío, pequeño extraterrestre, deja a la cierva que para otra cierva; permite a la nutria continuar su nado; promete que el lago se vaciará de monstruos; otorga a mi nIñA el don deL AIRE; y VOSotros: canción que llegas de tan lejos; sonidos de los instrumentos de viento; pulsaciones todas que crean los armónicos más sutiles que oído humano haya POdido escuchar jamás; cadencia; puntillo; silencio clAmad, clamad a las nubes para que descarguen el agua que nos merecemos; haced que los puentes se conserven un día más; promoved la comida entre todos los SERes; aglutinad por familias las esferas y el pan; concordar un asunto que no tenía fin; mirad que los ancianos del barrio obreRO se rían de nuevo Y que un bando municipal INVIte a que los niños vuelvan a tomar las calles; haced así, yo os lo pido aunque en mi nombre lo haga la voz de la NIÑA que canta, esas cuerdas vocales que más que cuerdas son hilos de holanda tejidos en forma de colcha que cubre cielos y ciudades y estepas y sabANAS y estadios y hospitales y cuEVAs Y andurriales y soportales y estuarios y cimas y valles y pozos y árboles y hierbas y mares; cómo reDOBLA el MUndo; cóMO se EScUcHa la risa; como alardea el CARdo de su condición sereNA y cómo el humo baja hasta donde el corazón se ELEva.