Yo nací en las grandes ciudades de Europa
Sé mi estirpe
Sé muchos de sus momentos, desde siglos, desde muchos siglos, desde antes del castellano
Y porque nací en las grandes ciudades de Europa
soy incapaz de saber cómo se muere asfixiado en un camión frigorífico en una autopista austriaca habiendo sido un refugiado del Sur; soy incapaz de saber cómo mirarían mis ojos de refugiado del Sur a mi hija que ya ha muerto asfixiada en un camión frigorífico en una autopista austriaca
Porque soy de las grandes ciudades de Europa
no consigo alcanzar la germinación del mijo
nunca conseguiré entender el crecimiento del roble, la altura del cedro, la carrera de la liebre, el reptar de la víbora ni la esponjosidad del musgo
Porque soy del Norte –aunque sureño del Norte- jamás alcanzaré a sentir el dolor del padre del Sur que se mete con su hijo en un camión frigorífico para que unos miserables –tan miserables como él mismo- les transporten a Europa, a Europa, a Europa
¿Cómo se muere asfixiado en un camión frigorífico siendo un refugiado del Sur?
¿Cuánto dura la agonía en un camión frigorífico siendo un huido del Sur?
¿no pudieron setenta cuerpos volcar el camión? ¿no pudieron setenta personas llamar la atención de alguna manera? ¿No pueden setenta personas abrir las puertas de un camión frigorífico?
Porque yo nací en las grandes ciudades de Europa me hago estas preguntas y son ellas las que me muestran mi ignorancia de todo; el cálculo de la nieve; la previsión de las estrellas; la muerte de una galaxia; la espantosa vida que te lleva a subirte junto con otras setenta personas a un camión frigorífico e iniciar un trayecto fiando tu vida a un hombre al que tu vida no le importa lo más mínimo
Porque nací en las grandes ciudades
no sé mirar el mar
Porque nací en las grandes ciudades
no sé indignarme
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
no me atrevo ni a entrever la vida diaria en Rasaféh
no sabré –a no ser que ocurra la debacle y entonces lo aprenderé muy rápido- lo que es el hambre que corroe el estómago; no sabré la noche en la que como hombre tomo la decisión de iniciar un viaje cuya papeleta para morir está servida; no sabré cómo se mira a los que están a tu cargo y a los que vas a embarcar en ese mismo viaje; no sé cómo se dan los primeros pasos; no sé cuánto miedo debe anidar en ese corazón
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
el grifo me surte de agua potable cada día
cago en un retrete cuyo funcionamiento desconozco
tengo la energía que deseo y me conecto con el mundo como si fuera un dios
y cuando el hambre acucia me voy a unos lugares donde alimentos y bebidas fluyen como maná, iluminados con los más vivos colores, colocados para que mi vista se extasíe y yo sólo alargue el brazo y con mi mano prensil coja el producto
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
me indigno cuando unos asesinos asesinan a unos artistas y me uno al coro de voces que claman por la libertad de pensar y porque nací en las ciudades del Norte no puedo dejar de sorprenderme porque no se produzca la misma indignación ante un camión frigorífico con setenta muertos dentro que luchaban por mucho menos que la libertad de pensar. Luchaban por la posibilidad de vivir.
Porque nací en las urbes
jamás entenderé la corteza del árbol
y seguiré sintiendo grima de los insectos y moriré sin haber tomado entre mis manos a una lagartija y teclearé un día y otro y hablaré de mis amores perdidos, de mis dolores de polla, de cierto spleen que me aburre
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
no consigo aceptar que setenta refugiados del Sur muertos en un camión frigorífico que fue abandonado en un autopista del Norte es la prueba palpable de la selección natural
Sé mi estirpe
Sé muchos de sus momentos, desde siglos, desde muchos siglos, desde antes del castellano
Y porque nací en las grandes ciudades de Europa
soy incapaz de saber cómo se muere asfixiado en un camión frigorífico en una autopista austriaca habiendo sido un refugiado del Sur; soy incapaz de saber cómo mirarían mis ojos de refugiado del Sur a mi hija que ya ha muerto asfixiada en un camión frigorífico en una autopista austriaca
Porque soy de las grandes ciudades de Europa
no consigo alcanzar la germinación del mijo
nunca conseguiré entender el crecimiento del roble, la altura del cedro, la carrera de la liebre, el reptar de la víbora ni la esponjosidad del musgo
Porque soy del Norte –aunque sureño del Norte- jamás alcanzaré a sentir el dolor del padre del Sur que se mete con su hijo en un camión frigorífico para que unos miserables –tan miserables como él mismo- les transporten a Europa, a Europa, a Europa
¿Cómo se muere asfixiado en un camión frigorífico siendo un refugiado del Sur?
¿Cuánto dura la agonía en un camión frigorífico siendo un huido del Sur?
¿no pudieron setenta cuerpos volcar el camión? ¿no pudieron setenta personas llamar la atención de alguna manera? ¿No pueden setenta personas abrir las puertas de un camión frigorífico?
Porque yo nací en las grandes ciudades de Europa me hago estas preguntas y son ellas las que me muestran mi ignorancia de todo; el cálculo de la nieve; la previsión de las estrellas; la muerte de una galaxia; la espantosa vida que te lleva a subirte junto con otras setenta personas a un camión frigorífico e iniciar un trayecto fiando tu vida a un hombre al que tu vida no le importa lo más mínimo
Porque nací en las grandes ciudades
no sé mirar el mar
Porque nací en las grandes ciudades
no sé indignarme
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
no me atrevo ni a entrever la vida diaria en Rasaféh
no sabré –a no ser que ocurra la debacle y entonces lo aprenderé muy rápido- lo que es el hambre que corroe el estómago; no sabré la noche en la que como hombre tomo la decisión de iniciar un viaje cuya papeleta para morir está servida; no sabré cómo se mira a los que están a tu cargo y a los que vas a embarcar en ese mismo viaje; no sé cómo se dan los primeros pasos; no sé cuánto miedo debe anidar en ese corazón
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
el grifo me surte de agua potable cada día
cago en un retrete cuyo funcionamiento desconozco
tengo la energía que deseo y me conecto con el mundo como si fuera un dios
y cuando el hambre acucia me voy a unos lugares donde alimentos y bebidas fluyen como maná, iluminados con los más vivos colores, colocados para que mi vista se extasíe y yo sólo alargue el brazo y con mi mano prensil coja el producto
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
me indigno cuando unos asesinos asesinan a unos artistas y me uno al coro de voces que claman por la libertad de pensar y porque nací en las ciudades del Norte no puedo dejar de sorprenderme porque no se produzca la misma indignación ante un camión frigorífico con setenta muertos dentro que luchaban por mucho menos que la libertad de pensar. Luchaban por la posibilidad de vivir.
Porque nací en las urbes
jamás entenderé la corteza del árbol
y seguiré sintiendo grima de los insectos y moriré sin haber tomado entre mis manos a una lagartija y teclearé un día y otro y hablaré de mis amores perdidos, de mis dolores de polla, de cierto spleen que me aburre
Porque nací en las grandes ciudades del Norte
no consigo aceptar que setenta refugiados del Sur muertos en un camión frigorífico que fue abandonado en un autopista del Norte es la prueba palpable de la selección natural