[...] seguía escribiendo su nombre todos los días [...] ahora que la luz se va tan pronto lo relaciona con el inicio de una batalla, la que se producía a campo abierto, según reglas muy antiguas [...] ¿cómo lo hará? ¿cuánto sentido tiene? Frente a ella se alza una negritud rotunda, la que sólo es posible lejos de la metrópoli [...] ese deseo que tiene algo de dolor y verso; hacerlo así, poéticamente, a la manera de A.R. Ammons [...] apenas estaba dispuesta a tomar las llaves de la casa, conducir hasta un pueblo más o menos cercano -entre veinte y treinta kilómetros con su carretera comarcal y su trozo de autopista- en el que hubiera un bar o un pub, algo nocturno y alcohólico [...] no, no lo haría; lo dejaría en dolor y verso como la mañana que amaneció sin nubes para más tarde, más, más tarde [...] no irá en busca; vuelve a sentir el pudor adolescente. Ahora lo sabe: el mito era cierto, el del eterno retorno [...] lo sabe como que la evolución es un término demasiado triste como para ser posible o quizá lo supo, en alguna madrugada, junto al mar, sola, envenenado su cuerpo con el tósigo del beleño; abierta y sola, con la conciencia clara de que lo que escucha no es el mar en una caracola sino el mar en el universo, sean lo que sean esos espacios interestelares, se muevan como se muevan las partículas, existan o no energías oscuras, sienta o no los asteroides; ella sabe que es el mar en el universo lo que escucha con los ojos cerrados, tumbada en la arena, del todo desnuda, abierta como las valvas de los moluscos cuando quieren permitir que las aguas atraviesen sus interioridades; ella sabe el mar, el universo, las valvas, las sales, el beleño, la arena, su pelo, el deseo con algo de dolor y algo de verso; lo sabe [...] la noche estrellada [...] tan a lo lejos [...]
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/12/2024 a las 19:02[...] seguía escribiendo su nombre todos los días [...] ahora que la luz se va tan pronto lo relaciona con el inicio de una batalla, la que se producía a campo abierto, según reglas muy antiguas [...] ¿cómo lo hará? ¿cuánto sentido tiene? Frente a ella se alza una negritud rotunda, la que sólo es posible lejos de la metrópoli [...] ese deseo que tiene algo de dolor y verso; hacerlo así, poéticamente, a la manera de A.R. Ammons [...] apenas estaba dispuesta a tomar las llaves de la casa, conducir hasta un pueblo más o menos cercano -entre veinte y treinta kilómetros con su carretera comarcal y su trozo de autopista- en el que hubiera un bar o un pub, algo nocturno y alcohólico [...] no, no lo haría; lo dejaría en dolor y verso como la mañana que amaneció sin nubes para más tarde, más, más tarde [...] no irá en busca; vuelve a sentir el pudor adolescente. Ahora lo sabe: el mito era cierto, el del eterno retorno [...] lo sabe como que la evolución es un término demasiado triste como para ser posible o quizá lo supo, en alguna madrugada, junto al mar, sola, envenenado su cuerpo con el tósigo del beleño; abierta y sola, con la conciencia clara de que lo que escucha no es el mar en una caracola sino el mar en el universo, sean lo que sean esos espacios interestelares, se muevan como se muevan las partículas, existan o no energías oscuras, sienta o no los asteroides; ella sabe que es el mar en el universo lo que escucha con los ojos cerrados, tumbada en la arena, del todo desnuda, abierta como las valvas de los moluscos cuando quieren permitir que las aguas atraviesen sus interioridades; ella sabe el mar, el universo, las valvas, las sales, el beleño, la arena, su pelo, el deseo con algo de dolor y algo de verso; lo sabe [...] la noche estrellada [...] tan a lo lejos [...]
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Fantasmagorías
| Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/12/2024 a las 19:02 |
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