1.- Descorazonamiento. España es un país trumpista (imagino que el Oxford English Dictionary ya habrá incluido la acepción en su última edición). Yo por decirlo con cortesía: me cago en los machos y machas de la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol.
2.- Luis Rubiales, su presidente, es un gañán. ¿Cómo es posible que un gañán represente un país como España? Sólo si España es un país gañán. España es canalla y es gañán.
3.- Paradojas: ¿Quién tiene más aspecto de árabe en todo el arco político español que Santiago Abascal el presidente del partido más fascista de esta España gañán?
4.- Cuando escucho la palabra feminismo es boca de estos machos me entran unas ganas irresistibles de emascular.
5.- ¡Qué verano tan atroz! El mundo se está volviendo irrespirable, la irresponsabilidad de los responsables de la responsabilidad me dan arcadas y temor. ¿En manos de quién estamos?
6.- Las aguas mediocres volverán a su cauce. El entrenador de la selección nacional masculina de fútbol, con gafas de marca, con la seriedad de los oficiales de escalafón medio, aplaude a su presidente machista, fascista, gañán sin mover un músculo de su cara. Merdre!
7.- ¡Oh, dónde estáis mujeres! Cuándo, cuándo...
8.- Es cierto que todo empuje genera una resistencia equivalente. No estaría mal que en este mundo que está a punto de saltar por los aires, en el que nos vamos a asar vivos; en este mundo en el que los poderosos siguen enriqueciéndose con la carne, la sangre y los huesos de las mayorías; estaría bien digo, Merdre! estaría bien que alguna vez venciera la justicia, no la ley sino la Justicia, Justicia, ¡Hostias!, Justicia.
9.- Sueño campos de educación sentimental en los que sean recluidos todos estos canallas que hablan de feminismo como si supieran siquiera lo que podría llegar a significar e imagino que desde por la mañana se les vistiera con faldas, se les llamara Luisa Rubiales -por ejemplo- y a lo largo de todo el día se les estuviera acosando, tocando, menospreciando, ninguneando, acusándolas de mentirosas, de víctimas, de histéricas. Así un día y otro día, un año y otro año, una generación y otra generación...
10.- Los movimientos de liberación son necesarios. El feminismo como tal lo es. Es el siglo XIX el que genera toda una literatura en el que la carne, la muerte y el diablo se relacionan con el sexo femenino. ¡Merdre el siglo XIX (curiosamente tan querido por la burguesía)!
11.- Merdre! Merdre! Merdre! Venez père Ubu! Sauvez-nous!