Martes de carnaval en la consulta del doctor Helvius con la paciente miss Halway

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/03/2014 a las 16:57

Escena única




Doctor Helvius:
Siéntese, quiero contarle

Miss Halway:
¿Me contará la rabia? ¿El arañazo que se le ha quedado oculto en la uña?

Doctor Helvius:
Miss Halway, siéntese.

Miss Halway:
No abriré las piernas.

Doctor Helvius:
No.

Miss Halway:
No pasearé mi lengua por mi labio.

Doctor Helvius:
No.

Miss Halway:
Ni dejaré que mi corazón se acelere y traduzca sus asistolias en la contracción de mis pezones.

Doctor Helvius:
Me parece muy razonable, miss Halway. Ahora escúcheme: anoche cuando abandonó usted la consulta, repasé las medias que se había dejado en el diván. Reconozco que las olí y luego la tiré para que la enfermera no las descubriera por la mañana.

Miss Halway:
Es usted muy atento.

Doctor Helvius:
Voy a internarla. Voy a mantenerla apartada del mundo. Voy a ordenar que le sean administradas diversos tipos de drogas. Voy a detener su corazón. Voy a detener sus pasiones. Va a dormir usted días y días y más días. Y yo iré a verla y usted estará dormida.

Miss Halway:
Venga a verme en presencia de mi abogado, doctor Helvius.

Doctor Helvius:
Me gusta cuando pronuncia el final de mi apellido.

Miss Halway:
Calle. Intérneme. Pero calle.

Doctor Helvius:
Miss Halway.

Miss Halway:
Doctor Helvius.

Doctor Helvius:
Una cosa más... sus medias... tenían manchas de sangre... podría saber si esa sangre... esa sangre... procede, pertenece, es...

Miss Halway:
¿Menstruación?

Doctor Helvius:
Menstruación, sí.

Miss Halway:
Lo es.

Doctor Helvius:
¿Por qué miss Halway?

Miss Halway:
Porque soy mujer fértil.

Doctor Helvius:
Fértil.

Miss Halway:
Como lodo del Nilo.

Doctor Helvius:
Sus comparaciones me obligan a internarla. Lo sabe usted y lo sé yo. Escuche algunas de las que ha pronunciado en este despacho: como el ayuno del cerdo; como la mandrágora que nacería de la lefa de su polla una vez fuera usted ahorcado; como fresa argentina; como desmemoria de sabio; como adrenalina de burra en la coronación de la Santa Virgen María; como aleluya la noche de la muerte de Juan Sebastian Bach; como prepucio de niño con fimosis; como ausencia de materia; como lentitud de espina; como Babel comprendida...

Miss Halway:
Calle. Miente. Jamás dije como Babel comprendida.

Doctor Helvius:
Lo dijo y lloraba.

Miss Halway:
Lloraba pero no lo dije. Lo recuerdo, fue en la tercera consulta, hace veintidós años; usted llevaba barba y yo lo detestaba -que llevara barba y a usted en general-. Comprendí pronto que mis comparaciones eran objeto de estudio para usted y supe que un día encontraría las razones para internarme. Nunca me pudo engañar doctor Helvius.

Doctor Helvius:
Compartirá habitación, no se preocupe.

Miss Halway:
Me parece bien. Que sean mujeres fértiles.

Doctor Helvius:
Como usted.

Miss Halway:
Como lodo del Nilo.


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