...alguna vez estuviste en el frente... la mirada casi de algodón... la espalda desnuda y una ambición desmedida [...] La roca no se destruiría. Lo sabías. Lo sabías... ¿Le quisiste? Piénsalo bien. No hace falta que te precipites. Cálmate. Repasa. Quizás en una noche de invierno cuando él te arropó y besó tu frente. Calma. Calla. No respondas aún que tu respuesta se la llevará el viento y cual heraldo antiguo de una tragedia bien urdida se la entregará a quien corresponda [...] anagnórisis provocará tu respuesta, tú, sí, tú que alguna vez estuviste en el frente [...] ahora debes mantener alta la cabeza y sonreír ante la lluvia que llega a destiempo (como una invitada pintona que es bienvenida) [...] ¿en lo alto del acantilado le quisiste? ¿cuando te calmo por un desencuentro con tu madre?... ¡Ay, tu madre! [...] se lo pensó, sí, ¿lo hizo? ¿decidía postergarlo?... como tú ahora... no confundas postergar con no precipitarse... tienes que tomar decisiones... Él mismo se colocará frente a los fusiles, pegado al paredón; habrá ideado un ingenio para que nadie haya de apretar los gatillos sino que por medio de un movimiento suyo (¿de su boca? ¿de sus ojos?) se aprieten y las balas vayan todas dirigidas a su frente donde él ubica el pensamiento que no es sino un diálogo introspectivo que a nada lleva [...] ¿Ya lo sabes? ¿Te atreves? ¡Dispara!
Los fusiles
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/05/2024 a las 19:51...alguna vez estuviste en el frente... la mirada casi de algodón... la espalda desnuda y una ambición desmedida [...] La roca no se destruiría. Lo sabías. Lo sabías... ¿Le quisiste? Piénsalo bien. No hace falta que te precipites. Cálmate. Repasa. Quizás en una noche de invierno cuando él te arropó y besó tu frente. Calma. Calla. No respondas aún que tu respuesta se la llevará el viento y cual heraldo antiguo de una tragedia bien urdida se la entregará a quien corresponda [...] anagnórisis provocará tu respuesta, tú, sí, tú que alguna vez estuviste en el frente [...] ahora debes mantener alta la cabeza y sonreír ante la lluvia que llega a destiempo (como una invitada pintona que es bienvenida) [...] ¿en lo alto del acantilado le quisiste? ¿cuando te calmo por un desencuentro con tu madre?... ¡Ay, tu madre! [...] se lo pensó, sí, ¿lo hizo? ¿decidía postergarlo?... como tú ahora... no confundas postergar con no precipitarse... tienes que tomar decisiones... Él mismo se colocará frente a los fusiles, pegado al paredón; habrá ideado un ingenio para que nadie haya de apretar los gatillos sino que por medio de un movimiento suyo (¿de su boca? ¿de sus ojos?) se aprieten y las balas vayan todas dirigidas a su frente donde él ubica el pensamiento que no es sino un diálogo introspectivo que a nada lleva [...] ¿Ya lo sabes? ¿Te atreves? ¡Dispara!
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Fantasmagorías
| Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/05/2024 a las 19:51 |
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