Suena el teléfono. Ella mira el aparato y respira hondo antes de cogerlo. Al fin lo coge y le tiemblan la mano y los labios.
Escucha con el cuerpo encorvado y la mano que le queda libre sirve de apoyo a su frente.
Cuelga.
Fuera llueve.
La mujer se levanta y corre el visillo. Mira la lluvia a la luz de una farola.
Lentamente, muy lentamente, una sonrisa se perfila en sus labios y dos lágrimas rebosan de sus ojos.
Escucha con el cuerpo encorvado y la mano que le queda libre sirve de apoyo a su frente.
Cuelga.
Fuera llueve.
La mujer se levanta y corre el visillo. Mira la lluvia a la luz de una farola.
Lentamente, muy lentamente, una sonrisa se perfila en sus labios y dos lágrimas rebosan de sus ojos.