Fragmento (pag. 453)
La pasión amorosa es la desesperada persecución de un fin, pero sobre todo la búsqueda de una recompensa, el encubrimiento de una necesidad impuesta por Eros y una senda para llegar a una realidad mejor. La idea del amor supone pensarnos fuera de lo que somos; la suya es una proyección idealizada de nosotros mismos y, por encima de todo, la expectativa de acabar con el mundo personal que es visto siempre como algo insuficiente. Se trata de un anhelo de desaparición en el otro, de un voluntario sometimiento del cual, en un momento u otro, nos vengaremos.