Constatemos, eso, sí señor, constatemos; constatemos abiertamente, constatemos con la fuerza de una gravedad menor (energéticamente). Constatemos pues la inexcusable esencia del ser occidental a sentirse culpable. Culpa. ¡Oh, culpa, chúpame la polla! ¡Hazme una buena succión y a ver si así mi leche blanca te alivia esa sobrecarga que llevas como si fueras calva! Constatemos. Hagamos hincapié. No sometamos a veredicto. No esperemos a las mayorías que son siempre cerriles aunque por supuesto respetables en su esencia de oveja. No seamos injustos. No seamos vengativos. Ni esperemos de la Historia una sentencia favorable. La culpa, la culpa, la culpa, la culpa, ¡uhuhuhuhuhuhuhuhuhuhuhu! Bonita Idea (platónicamente hablando. Quiero decir que al igual que hay una quintaesencia de mesa que es LA MESA también habrá LA CULPA, LA CULPA, LA CULPA. Trío. Trinidad. Hebreo. Judío. Cristiano. ¡Qué estrecha es realmente la Tradición Bíblica! Ya lo hemos dicho. Dicho está) esa de la Torre Babel. Que si una torre que llegara hasta el Cielo (Heaven) era una osadía y así Yahvé (o Eloí) dijo (porque en el principio fue el Verbo. Y así nos va) embobado de sí (menudo complejo de inferioridad. Siento adelantarme algunos miles de años al tachar de acomplejado a Yahvé. ¿Hubieran surgido en Freud sus teorías si no hubiera vivido en la Época Victoriana? En fin, anacronismos): Os he de confundir las lenguas y así no os entenderéis y no podréis construir la puta torre (esto en verdad son licencias que me tomo con la literaridad de las Escrituras que aunque más violentas son menos obscenas). De donde resulta que la diversidad de lenguas viene dada por un nuevo castigo divino. Y entonces el hombre occidental busca la expiación y decide encontrar la lengua perfecta, la que nos reconcilie con Dios (ya es Dios) y entonces constatemos, eso, constatemos la pansemiótica cabalística, la lengua perfecta de Dante, el Ars Magna de Ramón Llull, la concordia universal en Nicolás de Cusa, Los Hieroglyphica de Horapolo, Kircher, la lengua mágica de Dee, Bacon, Comenius, Descartes y Mersenne, John Wilkins, la característica y el cálculo, el problema de los primitivos, el pesamiento ciego, Leibniz, la traducción. Constatemos. Constatemos. Y hagamos una pregunta. Lancemos esta pregunta: ¿por qué es perfección la unidad de la lengua e imperfección la diversidad? ¡Puto Platón!
La lengua perfecta
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/07/2013 a las 17:02Constatemos, eso, sí señor, constatemos; constatemos abiertamente, constatemos con la fuerza de una gravedad menor (energéticamente). Constatemos pues la inexcusable esencia del ser occidental a sentirse culpable. Culpa. ¡Oh, culpa, chúpame la polla! ¡Hazme una buena succión y a ver si así mi leche blanca te alivia esa sobrecarga que llevas como si fueras calva! Constatemos. Hagamos hincapié. No sometamos a veredicto. No esperemos a las mayorías que son siempre cerriles aunque por supuesto respetables en su esencia de oveja. No seamos injustos. No seamos vengativos. Ni esperemos de la Historia una sentencia favorable. La culpa, la culpa, la culpa, la culpa, ¡uhuhuhuhuhuhuhuhuhuhuhu! Bonita Idea (platónicamente hablando. Quiero decir que al igual que hay una quintaesencia de mesa que es LA MESA también habrá LA CULPA, LA CULPA, LA CULPA. Trío. Trinidad. Hebreo. Judío. Cristiano. ¡Qué estrecha es realmente la Tradición Bíblica! Ya lo hemos dicho. Dicho está) esa de la Torre Babel. Que si una torre que llegara hasta el Cielo (Heaven) era una osadía y así Yahvé (o Eloí) dijo (porque en el principio fue el Verbo. Y así nos va) embobado de sí (menudo complejo de inferioridad. Siento adelantarme algunos miles de años al tachar de acomplejado a Yahvé. ¿Hubieran surgido en Freud sus teorías si no hubiera vivido en la Época Victoriana? En fin, anacronismos): Os he de confundir las lenguas y así no os entenderéis y no podréis construir la puta torre (esto en verdad son licencias que me tomo con la literaridad de las Escrituras que aunque más violentas son menos obscenas). De donde resulta que la diversidad de lenguas viene dada por un nuevo castigo divino. Y entonces el hombre occidental busca la expiación y decide encontrar la lengua perfecta, la que nos reconcilie con Dios (ya es Dios) y entonces constatemos, eso, constatemos la pansemiótica cabalística, la lengua perfecta de Dante, el Ars Magna de Ramón Llull, la concordia universal en Nicolás de Cusa, Los Hieroglyphica de Horapolo, Kircher, la lengua mágica de Dee, Bacon, Comenius, Descartes y Mersenne, John Wilkins, la característica y el cálculo, el problema de los primitivos, el pesamiento ciego, Leibniz, la traducción. Constatemos. Constatemos. Y hagamos una pregunta. Lancemos esta pregunta: ¿por qué es perfección la unidad de la lengua e imperfección la diversidad? ¡Puto Platón!