...me he dicho. Luego he retirado lo dicho (me lo he retirado) y he mirado a los cielos que se van cubriendo fríamente como si quisieran arroparme. Venía con el perro, tenía una ensoñación tranquila y me he visto en el suelo con la rodilla dolorida. He pensado: no ensueñes mientras andas. Mientras andas, anda. Cuando ensueñes, sueña. Algo así. Luego he leído un poco sobre los cínicos (Diógenes) y los estoicos y no he llegado a sentir la emoción de la ausencia ni el placer de la nada. Tan alienado estoy, he llegado a intuir que pensaba mientras ya otro pensamiento irrumpía y era éste: un dulce libanés una tarde de domingo y a más a más ha seguido la mente (la loca de la casa) haciéndome pensar un mercadillo, los labios de L. anteayer cuando atardecía y el discurso (sin solución de continuidad) de un hombre de negocios hablando sin nombres ni apellidos. He vuelto a la frase que encabeza lo que escribo y he querido hacer una lista y -aunque sea fácil el juego de palabras- me he sentido tonto. Bebo entonces un poco de café, fumo, ya que estamos, una calada del cigarrillo que me lío, escucho la máquina que taladra, el martillo y el punteo de una guitarra y sé que he de destender la ropa y más tarde me sentaré en la otra mesa y haré el papel que vengo haciendo desde hace ya cuarenta años. ¿Porque es noviembre? ¿Porque todo está callado? ¿Porque las montañas a lo lejos se iban disipando y estiraban sus cumbres hasta parecer llanos? ¿Porque la princesa en lo alto del árbol le pedía al muchacho que había llegado a rescatarla que no entrara en la habitación cerrada y el muchacho entraba y se encontraba clavado en la pared con tres clavos a un cuervo que le rogaba que le desenclavara? ¿Porque di con el espejo en la columna? ¿Porque hablé con respeto de la muerte? He de empezar, lo sé. He de empezar como todos. Me lo dice la rodilla dolorida y también el suspiro del perro y las hojas del arce japonés, tan rojas, tan me estoy yendo a dormir apasionadamente.
Si esto es noviembre, aquí me tienes.
Si esto es noviembre, aquí me tienes.