Terrorismo: Método de lucha política basado en el terror (Diccionario del español actual. Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos)
Terrorismo: Uso de la violencia, particularmente comisión de atentados, como instrumento político. (Diccionario de uso del español. María Moliner)
Política: II f 5 Actividad relativa al gobierno de la sociedad. (Diccionario del español actual. Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos)
¿Qué ha ocurrido en Oslo? La actuación de Anders Behring Breivik ¿se puede calificar de acto terrorista? Basado en las definiciones dadas, yo diría que no. Lo que ha hecho este asesino es asesinar (los motivos de los asesinos, por decirlo de alguna forma, forman parte de la instrucción del Sumario. No son el sumario en sí. No son el hecho en sí. En ocasiones, son atenuantes y en otras gravan la pena).
Tenemos, en Europa, un terrible sentimiento de culpa. De culpa antigua. Que a saber de dónde vendrá. Por lo que leo, tan sólo por las informaciones, yo aplicaría a este hombre los calificativos de perturbado, de criminal. Porque en su acto -solitario- no existe una relación con la actividad relativa al gobierno de la sociedad (política) sino un decisión de asesinar por cuestiones que -puedo equivocarme- son muy distintas de un mero enfoque político.
¿Qué siginifica asesinar la juventud?
¿Qué significa vestirse de orden? Iba disfrazado de policía.
No me parece saludable, ni alentador, que la masacre de un loco se tiña de política, de ataque a un sistema de vida; no me parece justo que sintamos miedo de vivir como vivimos. La sociedad occidental, muy lejos aún de los ideales democráticos, parece querer seguir esa vía y no será calificando como terrorismo cualquier acto de barbarie ejecutado por un hombre -es decir, como método de lucha política basado en el terror y por lo tanto con apoyo de un grupo porque es consustancial a la lucha política la existencia de una organización de personas- como podremos avanzar en nuestras justas aspiraciones. Creo que la democracia es la más justa de las aspiraciones de una sociedad.
En nuestro español más castizo diríamos que este hombre es un hijo de puta -con mis disculpas para las mujeres que ejercen tan digna profesión-. Tiempo habrá para que destapen el tarro de las esencias psicólogos, criminalistas y gentes que gusten de opinar.
A mí me da por pensar últimamente que la maldad se engendra en la ausencia de afectos y que ese hombre no pudo resistirse a la belleza de un grupo de jóvenes, en una isla hermosa, soñando y hablando su futuro, llenos de esperanza -que es condición humana- mientras él, en una granja, se retorcía las tripas con argumentos que, en vez de calmarle, le apretaban y supuraban su odio. Un odio que él tenía que resolver odiando y siendo, ahora sí, -justamente- odiado.
Terrorismo: Uso de la violencia, particularmente comisión de atentados, como instrumento político. (Diccionario de uso del español. María Moliner)
Política: II f 5 Actividad relativa al gobierno de la sociedad. (Diccionario del español actual. Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos)
¿Qué ha ocurrido en Oslo? La actuación de Anders Behring Breivik ¿se puede calificar de acto terrorista? Basado en las definiciones dadas, yo diría que no. Lo que ha hecho este asesino es asesinar (los motivos de los asesinos, por decirlo de alguna forma, forman parte de la instrucción del Sumario. No son el sumario en sí. No son el hecho en sí. En ocasiones, son atenuantes y en otras gravan la pena).
Tenemos, en Europa, un terrible sentimiento de culpa. De culpa antigua. Que a saber de dónde vendrá. Por lo que leo, tan sólo por las informaciones, yo aplicaría a este hombre los calificativos de perturbado, de criminal. Porque en su acto -solitario- no existe una relación con la actividad relativa al gobierno de la sociedad (política) sino un decisión de asesinar por cuestiones que -puedo equivocarme- son muy distintas de un mero enfoque político.
¿Qué siginifica asesinar la juventud?
¿Qué significa vestirse de orden? Iba disfrazado de policía.
No me parece saludable, ni alentador, que la masacre de un loco se tiña de política, de ataque a un sistema de vida; no me parece justo que sintamos miedo de vivir como vivimos. La sociedad occidental, muy lejos aún de los ideales democráticos, parece querer seguir esa vía y no será calificando como terrorismo cualquier acto de barbarie ejecutado por un hombre -es decir, como método de lucha política basado en el terror y por lo tanto con apoyo de un grupo porque es consustancial a la lucha política la existencia de una organización de personas- como podremos avanzar en nuestras justas aspiraciones. Creo que la democracia es la más justa de las aspiraciones de una sociedad.
En nuestro español más castizo diríamos que este hombre es un hijo de puta -con mis disculpas para las mujeres que ejercen tan digna profesión-. Tiempo habrá para que destapen el tarro de las esencias psicólogos, criminalistas y gentes que gusten de opinar.
A mí me da por pensar últimamente que la maldad se engendra en la ausencia de afectos y que ese hombre no pudo resistirse a la belleza de un grupo de jóvenes, en una isla hermosa, soñando y hablando su futuro, llenos de esperanza -que es condición humana- mientras él, en una granja, se retorcía las tripas con argumentos que, en vez de calmarle, le apretaban y supuraban su odio. Un odio que él tenía que resolver odiando y siendo, ahora sí, -justamente- odiado.