The atrocity exhibition
la noria que revolotea y la caña de azúcar; también vino la princesa que asomó su rostro una mañana y desde lejos un dragón la vio y quedó prendido de ella y ocurrió entonces una aventura extraordinaria donde se dieron la mano Polifemo y Circe y acudieron a la asamblea de la luna menguante Kali y el Emperador de los orangutanes; ocurrió en un pueblo muy lejano que hubo una epidemia de llantos y más allá las niñas, una mañana, se cortaron los trenzas sin haberlo pactado y los niños lloraron nada más despertar por una tristeza que les llenaba los pulmones de ansias de gritar algo sin sentido; y más allá las burras se rebelaron contras los asnos y las mulas descubrieron, horrorizadas, que no estaban hechas para generar la vida sólo para acarrearla; ocurrió en el tiempo de las lluvias eternas; ocurrió cuando el alba no tenía nombre; ocurrió cuando las raíces no habían suscitado tallos; ocurrió cuando el averno sólo significaba abismo, antes de que las cuevas se llenaran de símbolos, antes de que las manos quedaran impresas en las rocas, antes de la primera estalactita, antes del primer diluvio; ocurrió entonces la separación de la urdimbre, se desgajó entonces la idea del aire, se quejaron en seco el ulular y el viento de una esencia invisible e inmóvil; ocurrió en la actual Sumatra y en la antigua Creta; ocurrió cuando el mar acababa en cascada y los osos se erguían como seres tormentosos que desaparecían en invierno para quedar dormidos; ocurrió que la hiel no cambió su sonido; ocurrió que la tez adquirió nuevos brillos; ocurrió que lo blanco se convirtió en rojizo; ocurrió que la sangre se elevó hasta el mito; ocurrió entonces el descubrimiento del círculo y los ojos sirvieron, por fin, para mirar lo cercano; se inventó la sonrisa y el estrecharse las manos; se anheló lo que hubiera tras el último álamo; se ensalzó lo que estaba más allá de las nubes y las estrellas tomaron el rumbo de la Tierra; se decantó el oro; se nombró a los seres; se dividió el saber; ocurrió la primera batalla; se escucharon los primeros gritos; se descubrió que la cópula era esencial para tener niños; se sacralizó el tiempo fecundo de las bestias; se trasladó al interior el laberinto de la vida; las aves sucumbieron en aras de adivinos; sus intestinos quisieron mostrar el camino y salvaron a muchos la levedad de la envidia; y hubo entonces, sólo entonces, los reyes y un pobre hombre, salteador de las olas, le dijo a uno de aquéllos al que apodaban Magno: a mí me llaman pirata porque sólo tengo un navío, a ti Emperador porque tienes mil; y fue colgado y surgieron las lobas amamantando a humanos y surgieron ciudades que fueron largos templos y surgió la palabra en el ágora de la polis y creyeron los hombres que el mundo ya era suyo.