¡Qué bien huele el Diccionario de Autoridades! Despiden sus hojas el aroma de las palabras, las palabras en sí mismas, con orden colocadas en columnas de dos por página.
¿No es lo justo enseñar que no se sabe?
Mostrar la ignorancia es enseñar el conocimiento.
La imposición. La autoridad. La tarima. La pizarra. Los libros sobre la mesa mayor que las de los alumnos. De frente, ¡Ar!
¿No es sonreír? ¿No es jugar?
O admirarse de las largas narraciones de reglamentos (disfrazados tantas veces de principios) como si se trataran de una ficción hiperrealista.
Declarar: Utilizaremos el método de la mayéutica. Sólo se puede enseñar a preguntar(se).
Enseñar: v.a. Instruir, doctrinar, amaestrar, dar reglas y preceptos para la inteligencia de las cosas. La raíz de este verbo parece sale del Latino Insinuare. Lat. Docere, Instruere, Erudire. M. Avil. Trat. Oye hija, cap. 48. Esta sabiduría es la que enseña el agradamiento de Dios en particular, la qual no mora en los malos.. Saav. Empr. 65. Más debemos algunas veces a nuestros errores que a nuestros aciertos: porque aquéllos nos enseñan y éstos nos desvanecen.
¿Cuál es tu pasión? ¿Cómo se describe el cambio? ¿Quién descubrió el olvido?
Tras preguntar sobre la insondable paciencia de las fotos el profesor Benedetti se interesó por el bazo del alumno (como era de esperar el interrogado ignoraba del todo su existir).
¿No es lo justo enseñar que no se sabe?
Mostrar la ignorancia es enseñar el conocimiento.
La imposición. La autoridad. La tarima. La pizarra. Los libros sobre la mesa mayor que las de los alumnos. De frente, ¡Ar!
¿No es sonreír? ¿No es jugar?
O admirarse de las largas narraciones de reglamentos (disfrazados tantas veces de principios) como si se trataran de una ficción hiperrealista.
Declarar: Utilizaremos el método de la mayéutica. Sólo se puede enseñar a preguntar(se).
Enseñar: v.a. Instruir, doctrinar, amaestrar, dar reglas y preceptos para la inteligencia de las cosas. La raíz de este verbo parece sale del Latino Insinuare. Lat. Docere, Instruere, Erudire. M. Avil. Trat. Oye hija, cap. 48. Esta sabiduría es la que enseña el agradamiento de Dios en particular, la qual no mora en los malos.. Saav. Empr. 65. Más debemos algunas veces a nuestros errores que a nuestros aciertos: porque aquéllos nos enseñan y éstos nos desvanecen.
¿Cuál es tu pasión? ¿Cómo se describe el cambio? ¿Quién descubrió el olvido?
Tras preguntar sobre la insondable paciencia de las fotos el profesor Benedetti se interesó por el bazo del alumno (como era de esperar el interrogado ignoraba del todo su existir).