¿y si estuvieras? ¿si esta sinfonía se volviera armónica? ¿y si la sensación fuera cierta? ¿y si el pálpito no consistiera tan sólo en una ilusión sino en la esencia -lo oculto por la cáscara- del orden de eso que llamamos universo? ¿y si tu boca? ¿y si tu piel? ¿y si esta mañana? ¿y si la lluvia lenta e invisible fuera la encriptación del mensaje más sencillo? ¿y si tu voz? ¿y si tu ausencia? ¿si tu silencio fuera un murmullo mudo? ¿y si tu pecho? ¿y si tu vientre? ¿y si tus muslos? ¿la llama que intuyo se encendió miles de años atrás? ¿la pulsión de mis dedos? ¿el dibujo de mis labios al deletrear tu nombre? ¿y si lo aprendido? ¿y si el absoluto olvido? ¿me dirás mañana? ¿seguirás despierta? ¿y si estuvieras en lo alto? ¿y si caminara desnudo? ¿y si la tierra refrescara la escara que deja al aire el hueso? ¿si tus manos entonces? ¿si tu sonrisa?