Alegoría de la vanidad de Guido Cagnacci 1641
1.- ¿Este vaivén sonoro tiene que ver con la cadencia de mi resaca?
2.- Determinemos la importancia de las horas. El tiempo como dimensión no existe (porque toda dimensión tiene como cualidad inexcusable ser mensurable). Entonces, la hora ¿qué es? Defino la hora como una unidad de medida del reloj, no del tiempo. La importancia de las horas se reduce así a una cuestión mecánica y aún matizaría más: a una cuestión de engranajes.
3.- Me debato en la cama sobre si el frío merece ser vivido y también me acuno levemente como levemente soy aún niño y tengo recuerdos, superfluos sí, de una higuera en septiembre.
4.- ¿Qué tiene el placer que necesita ser desmejorado cuando alcanza su cenit? Es como si buscáramos en penduleo humano y de inmediato su nadir.
5.- Me duele la espalda. No dejaré que ese dolor me venza. Voy a dar un trago a un té con hierbabuena.
6.- Alegre por la última recomendación, me llevé por delante un poste eléctrico y jugué con unos colegas a las canicas. Pedazos de electricidad recorrían el camino; latigazos diría si mi voz no fuera fiera.
7.- El abrazo y el beso nos llevaron a la cama. Para mí será un hito.
8.- Es el infinito lo que nos aterra y has de saber, amable lector, que como tantas cosas no siempre el infinito reinó entre los hombres.
9.- Lenin aseguraba que la revolución en Rusia sólo sería posible mediante el marxismo y la electrificación. Electrificaron y nunca fueron marxistas. ¿El marxismo es realmente científico?
10.- Dancé, malditamente, mis pies se hicieron un nudo. No rebajé la intensidad y adiviné que se gana si tan sólo se juega como se sabe no como se ha de jugar.
11.- Y también: sentir da más réditos que pensar.
12.- Y también: Demasiada soledad lleva a deducciones masturbatorias.
2.- Determinemos la importancia de las horas. El tiempo como dimensión no existe (porque toda dimensión tiene como cualidad inexcusable ser mensurable). Entonces, la hora ¿qué es? Defino la hora como una unidad de medida del reloj, no del tiempo. La importancia de las horas se reduce así a una cuestión mecánica y aún matizaría más: a una cuestión de engranajes.
3.- Me debato en la cama sobre si el frío merece ser vivido y también me acuno levemente como levemente soy aún niño y tengo recuerdos, superfluos sí, de una higuera en septiembre.
4.- ¿Qué tiene el placer que necesita ser desmejorado cuando alcanza su cenit? Es como si buscáramos en penduleo humano y de inmediato su nadir.
5.- Me duele la espalda. No dejaré que ese dolor me venza. Voy a dar un trago a un té con hierbabuena.
6.- Alegre por la última recomendación, me llevé por delante un poste eléctrico y jugué con unos colegas a las canicas. Pedazos de electricidad recorrían el camino; latigazos diría si mi voz no fuera fiera.
7.- El abrazo y el beso nos llevaron a la cama. Para mí será un hito.
8.- Es el infinito lo que nos aterra y has de saber, amable lector, que como tantas cosas no siempre el infinito reinó entre los hombres.
9.- Lenin aseguraba que la revolución en Rusia sólo sería posible mediante el marxismo y la electrificación. Electrificaron y nunca fueron marxistas. ¿El marxismo es realmente científico?
10.- Dancé, malditamente, mis pies se hicieron un nudo. No rebajé la intensidad y adiviné que se gana si tan sólo se juega como se sabe no como se ha de jugar.
11.- Y también: sentir da más réditos que pensar.
12.- Y también: Demasiada soledad lleva a deducciones masturbatorias.