Comentarios

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/03/2009 a las 20:01

No sabía en qué epígrafe colocar este artículo (tampoco sé si la palabra artículo es la adecuada, quizá sea mejor entrada). Hace un par de días hablaba con César y me preguntaba si yo escribía comentarios en los páginas en las que aterrizaba (realmente en el ciberespacio la llegada a cualquier sitio es lo más semejante a un aterrizaje) y al contestarle que no y extrañarse él por lo mucho que me gusta a mí que me hagan comentarios, le contesté que curiosamente a mí sólo me hacían comentarios del blog cuatro personas -él entre ellas- y las cuatro muy cercanas. Nos quedamos los dos así, callados un instante, y le comenté que quizá escribiera algo al respecto, quizá pidiera a mis lectores que se animaran a enviarme sus comentarios.
Es cierto que cuando recibo un comentario siento algo especial porque ya no es la fría estadística que me va diciendo cuántos lectores hubo tal día o cuántas lecturas se hicieron sino que también están las palabras tuyas, sí las tuyas, si es que te animas, haces un click en comentarios (está justo debajo del artículo, en azul) y me escribes lo que tengas a bien pensar en ese momento.
¡Ah, yo también pienso animarme!
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