S./T. Fotografía de Olmo Z. (2014)
La claridad del jardín con su estatua femenina al fondo me había mantenido en una suerte vespertina de dicha. Llegaba. Me desnudaba ante ella. La saludaba. En ocasiones, antes de lanzarme al agua, invocaba a una diosa la cual parecía encarnarse (o embronzarse) en la figura. Mientras nadaba, más de una vez, sentí su mirada vigilante. Sé que alguna vez pensé, Y si me ahogara ¿qué balbuciría?
Los días han pasado y ya va siendo hora de hacer el equipaje. Por mucho que el hombre se haya vuelto sedentario, no puede evitar transitar de continuo por las horas.
El tiempo, curiosamente rígido, propone en ocasiones un acertijo, ¿El tiempo de hace un año conformó las mismas sombras a esta hora?