No cuenta la tradición bíblica qué fue de las diez tribus de Israel que desaparecieron cuando el rey Sargón II de Asiria invadió el reino norte de Israel en el año 721 a.C.
Las diez tribus desaparecidas fueron las de Rubén, Simeón, Issacar, Zabulón, Dan, José, Benjamín, Neptalí, Gad y Aser. Las dos restantes: la tribu de Leví y la tribu de Judá son las que acaparan a partir del siglo VIII a.C. toda la historia veterotestamentaria.
¿De qué tribus de Israel son los asesinos de los cuatro niños palestinos que ayer jugaban en una playa de Gaza hasta que una bomba de Yahvé los hizo saltar por los aires de Dios?
Estos asesinatos rabiosos se producen durante la canícula; canícula deriva de can y can es perro; canícula tiene que ver con la estrella Sirio que pertenece a la constelación de Can y también se dice canícula porque los perros enloquecen durante este periodo de calor abrasador; estos perros judíos (no todos los judíos sino sólo los perros judíos que ordenan los ataques y quienes los ejecutan como hay perros wasp, como hay perros mormones, como hay perros católicos, y los perros budistas, y los perros islamistas, perros cargados de ideología rabiosa, rabiosas formas de destruir las vidas ajenas en aras de las ideas propias y las propiedades arrebatadas; estos perros sionistas ¿se puede decir así?) no deberían tener entre sus garras armas de destrucción tan sofisticadas; deberían luchar a campo abierto, a mordiscos y zarpazos. Y perros en su aspecto más fiero. No perro amigo sino perro entrenado para azuzar, perro entrenado para morder y odiar. Perro entrenado por hombres/perros odiadores, entrenadores de odios.
Ayer por la tarde, dieciseis de junio de 2014, cuatro niños jugaban en la playa. La canícula del gobierno israelí les impedirá por siempre volver a hollar la arena. Los han matado. A bombazos. En el nombre de Yahvé. Algunos de los seguidores de ese dios criminal y sanguinario se sientan en unas cómodas sillas compradas en la tienda de una multinacional de sillas baratas, en lo alto de sus colinas, cuando su ejército va a atacar a la población civil de Gaza para disfrutar del espéctaculo de la destrucción mientras beben un delicioso té helado.
Las diez tribus desaparecidas fueron las de Rubén, Simeón, Issacar, Zabulón, Dan, José, Benjamín, Neptalí, Gad y Aser. Las dos restantes: la tribu de Leví y la tribu de Judá son las que acaparan a partir del siglo VIII a.C. toda la historia veterotestamentaria.
¿De qué tribus de Israel son los asesinos de los cuatro niños palestinos que ayer jugaban en una playa de Gaza hasta que una bomba de Yahvé los hizo saltar por los aires de Dios?
Estos asesinatos rabiosos se producen durante la canícula; canícula deriva de can y can es perro; canícula tiene que ver con la estrella Sirio que pertenece a la constelación de Can y también se dice canícula porque los perros enloquecen durante este periodo de calor abrasador; estos perros judíos (no todos los judíos sino sólo los perros judíos que ordenan los ataques y quienes los ejecutan como hay perros wasp, como hay perros mormones, como hay perros católicos, y los perros budistas, y los perros islamistas, perros cargados de ideología rabiosa, rabiosas formas de destruir las vidas ajenas en aras de las ideas propias y las propiedades arrebatadas; estos perros sionistas ¿se puede decir así?) no deberían tener entre sus garras armas de destrucción tan sofisticadas; deberían luchar a campo abierto, a mordiscos y zarpazos. Y perros en su aspecto más fiero. No perro amigo sino perro entrenado para azuzar, perro entrenado para morder y odiar. Perro entrenado por hombres/perros odiadores, entrenadores de odios.
Ayer por la tarde, dieciseis de junio de 2014, cuatro niños jugaban en la playa. La canícula del gobierno israelí les impedirá por siempre volver a hollar la arena. Los han matado. A bombazos. En el nombre de Yahvé. Algunos de los seguidores de ese dios criminal y sanguinario se sientan en unas cómodas sillas compradas en la tienda de una multinacional de sillas baratas, en lo alto de sus colinas, cuando su ejército va a atacar a la población civil de Gaza para disfrutar del espéctaculo de la destrucción mientras beben un delicioso té helado.