El salto del toro. Fresco del Palacio de Cnossos II milenio a.C.
18.- No sé por qué estoy escribiendo estos aforismos. Me despierto. Desayuno. Veo los libros sobre religión comparada. Quizá sea una necesidad que tengo de decirles a los demás lo que he estudiado. Como si lo más valioso de mí fuera lo que otros saben.
19.- Entender la libertad, en el contexto del capitalismo y la economía de mercado, como algo distinto a la capacidad de poder disponer de lo que uno adquiere de forma legítima, carece de sentido (Locke y el liberalismo)
20.- Procrear. Tener hijos. Hay en esa necesidad fisiológica de trascender en otro una necedad de tal calibre que nos merecemos todo lo que ocurra a partir de ese hecho. Porque la realidad es perfecta.
21.- La diosa dual sumeria. La diosa Siamesa. Innana, Reina del Cielo que devino Afrodita y también la terrible Ereshkigal, Reina del Mundo Subterráneo que sería más tarde conocida como Perséfone. El joven dios que se unía a ellas era Dumuzi que nosotros conocemos como Adonis ¿quiénes nosotros?
22.- El anillo de Néstor. Árbol de la vida eterna. Hubo un tiempo en el que al morir íbamos a un lugar sin dolor ni juicio donde el león no mata, el lobo no apresa al cordero; un lugar donde la anciana no dice, Soy una anciana y el anciano no dice, Soy un anciano.
23.- Lo afable, místico, poético de un paraíso siempre presente en el seno de la madre-diosa -nunca perdido y por lo tanto nunca necesario el ser recuperado- en cuyo ser encontramos la muerte y la vida sin temor, pertenece a los tiempos anteriores a los guerreros arios.
24.- ¿Cuántas bestias han muerto por nuestras demencias? Pienso en el toro negro. Era los tiempos de Mesopotamia cuando las membranas de los tambores del templo se fabricaban con su piel negra. Negra como la pez.
25.- El toro de Creta era el animal de la luna: el dios menguante y creciente, por la magia de cuyo rocío nocturno la vegetación es devuelta a la vida; el señor de las mareas y de los poderes productivos de la Tierra, el señor de las mujeres, el señor del ritmo del útero.
Minotauro → toro-luna → hombre-luna/rey-luna
La muerte del toro en la arena de los cosos hispanos y franceses es la muerte ritual del dios que vive y muere eternamente: Posidón, el señor de la diosa Tierra. Por eso el matador viste de mujer.
26.- Aún siendo una cuestión necia y genética, la mitad del corazón del padre que es padre, que siente como padre, que ama como padre, se ha ido por siempre con su hija; allá donde ella vaya, su corazón está con ella; allá donde ella viva su corazón late en ella; el padre que sólo quiere ciegamente trascender dejando la mitad de sus genes en Otro, genera en su mente la idea y la realidad del amar. Se ama entonces sin mesura. Se ama sin latinajos. No existe en ese amor el quid pro quo. Es un amor como la fe de Abrahám en Eloí. Es un amor ciego. Es un amor que quedará para siempre en el universo finito, que vagará por las inmensas praderas vacías de todo que separan los discos de luz. Es un amor inefable. Es un amor absoluto.
27.- El arte minoico y su religión, es un arte emotivo y decoroso como corresponde a una cultura femenina. Esta cultura matriarcal y refinada es Bronce para nuestros corazones.
28.- ca. 2.500 a.C. en los valles del Indo y en la alejada de ellos isla de Creta existe una misma diosa que es a la vez benigna y entonces es Vaca y terrible y entonces es Leona. Esta diosa está asociada con el crecimiento, sustento y muerte de todos los seres y en particular de la vegetación; esta diosa tanto en el Indo como en Creta es simbolizada por un Arbol Cósmico que lo es de la vida y de la muerte y está relacionada con un dios cuyo animal es el toro y cuyo símbolo es el tridente al que a su vez -en los valles del Indo y en Creta- está asociada la luna creciente y menguante en un contexto que muestra numerosos vestigios de una tradición de regicidio ritual.
Estos aforismos se componen de dos partes:
textos de Las Máscaras de Dios de Joseph Campbell
y pequeñas -y casi banales- glosas mías