Portada de la revista Affiches 1927
106.- El ingenio es trabajo; el genio es trabajo y daimon.
107.- Cuando Max Estrella y Latino de Hispalis atraviesan el callejón del Gato en la ciudad de Madrid, se enfrentan a sus imágenes deformadas por unos espejos cóncavos y de ahí se sigue una enseñanza ética. Frente a mi casa hay un hombre que podría ser la imagen deformada de mí. Es una imagen que me desagrada. Un ente que no quiero llegar a ser.
108.- Me preocupa que los pensadores a los que leo sean totalitarios y que sienta cierta afinidad con sus planteamientos. Pienso por ejemplo en Oswald Spengler.
109.- También llego a deducir que sencillamente es que escriben bien y son buenos retóricos. La filosofía, al fin y al cabo, es un género literario.
110.- Las relaciones sociales son un deporte. Basta dejar de entrenarlas para que los músculos de la sociabilidad se atrofien.
111.- Comentaba una amiga que le gusta cantar en un coro porque el equipo hace que lo individual se mejore -o que lo malo que se hace individualmente se diluya en las armonías con las otras voces- pasando así más desapercibido el error. No sé por qué rechacé esa idea. Me pareció una forma de encubrimiento. También es cierto que a mí me gusta la natación, el ajedrez y pasear solo con mi perro.
112.- No siempre hay que decir la verdad.
113.- Echo de menos varias conversaciones trascendentes que casi con toda seguridad jamás se producirán. Me parece un aliciente precioso -en el sentido de valioso- para seguir escribiendo.
114.- He de meditar más sobre la importancia del pelo en el hombre.
115.- Encontrado el hilo que ensartaba las cuentas del discurso, el orador sintió cómo las cuerdas vocales se le distendían y quedaba afónico, sin posibilidad alguna de hablar y fue su discurso, como si dijéramos, un collar de perlas ensartadas en hilo de plata que vagara sin cuello por el espacio sideral.
Los aforismos que van desde el nº 106 al número 115
-y que se compendian bajo el título de Aforismos (11)-,
son todos responsabilidad del director y autor de esta revista.
107.- Cuando Max Estrella y Latino de Hispalis atraviesan el callejón del Gato en la ciudad de Madrid, se enfrentan a sus imágenes deformadas por unos espejos cóncavos y de ahí se sigue una enseñanza ética. Frente a mi casa hay un hombre que podría ser la imagen deformada de mí. Es una imagen que me desagrada. Un ente que no quiero llegar a ser.
108.- Me preocupa que los pensadores a los que leo sean totalitarios y que sienta cierta afinidad con sus planteamientos. Pienso por ejemplo en Oswald Spengler.
109.- También llego a deducir que sencillamente es que escriben bien y son buenos retóricos. La filosofía, al fin y al cabo, es un género literario.
110.- Las relaciones sociales son un deporte. Basta dejar de entrenarlas para que los músculos de la sociabilidad se atrofien.
111.- Comentaba una amiga que le gusta cantar en un coro porque el equipo hace que lo individual se mejore -o que lo malo que se hace individualmente se diluya en las armonías con las otras voces- pasando así más desapercibido el error. No sé por qué rechacé esa idea. Me pareció una forma de encubrimiento. También es cierto que a mí me gusta la natación, el ajedrez y pasear solo con mi perro.
112.- No siempre hay que decir la verdad.
113.- Echo de menos varias conversaciones trascendentes que casi con toda seguridad jamás se producirán. Me parece un aliciente precioso -en el sentido de valioso- para seguir escribiendo.
114.- He de meditar más sobre la importancia del pelo en el hombre.
115.- Encontrado el hilo que ensartaba las cuentas del discurso, el orador sintió cómo las cuerdas vocales se le distendían y quedaba afónico, sin posibilidad alguna de hablar y fue su discurso, como si dijéramos, un collar de perlas ensartadas en hilo de plata que vagara sin cuello por el espacio sideral.
Los aforismos que van desde el nº 106 al número 115
-y que se compendian bajo el título de Aforismos (11)-,
son todos responsabilidad del director y autor de esta revista.